Azul pálido es el del PAN. Políticamente así es. No gana una elección por arrastre, ni por motivación, ni por identificación del votante con su oferta y ni remotamente por candidatos surgidos de sus filas. Gana cuando el priísmo está de su lado.
Por lo menos en Coatzacoalcos esa es su historia, labrada a punta de coyunturas y alianzas circunstanciales que le han favorecido para obtener la ínfima cosecha de una diputación federal y nada más.
Categoría: Informe Rojo
Keren Prot: nepotismo a sangre y fuego
Entre el fuego del crimen organizado, una ráfaga de metralleta sobre su hogar, Keren Prot Vázquez vive días malos y días mejores. Los buenos son de jauja, el poder en su mano, un sueño hecho realidad. Los goza y los transforma en alegría familiar, el presupuesto a su alcance, el nepotismo a su mayor nivel.
Villa Allende es tierra violenta, sin control, rebasada la autoridad en la congregación más importante de Coatzacoalcos, donde la joven Keren gobierna a los tumbos, cuestionada por la población, intrigada por tantos y tantos a los que les prometió una alianza y les salió con una traición.
CBTIS Las Choapas: cátedra de corrupción
Cree Emilio Chuayffet Chemor que la reforma educativa es real, aplicable. Quizá en todo el país. Quizá en Guerrero, Oaxaca, Chiapas no. Tampoco en Las Choapas. Ahí, por decisión de la mafia sindical, es letra muerta.
Callejistas, los líderes sindicales siguen en lo suyo, convertida la educación en negocio millonario, de alcances exponenciales, usado el presupuesto para enriquecer a grupos afines al líder moral del magisterio veracruzano, Juan Nicolás Callejas Arroyo, un peón de lujo del PRI.
Joaquín Caballero y Juanelo: traición al amanecer
Es infinita la capacidad de traición de Joaquín Caballero. Lo hace con sus amigos, y con sus mecenas, y con sus aliados. No sabe de lealtades, pacta y olvida, cumple a medias o no cumple. Y cuando puede, que es siempre, ejerce el poder para sojuzgar, aplastar y congelar a los miembros de círculo estrecho, su círculo rojo.
Su nueva víctima es Juan Manuel Rodríguez Caamaño. Lo ninguneó, lo maltrató, lo insultó, lo despedazó en una reunión clave, vital en las horas electorales por venir, sombrías las jornadas que vive el PRI en el distrito de Coatzacoalcos, disperso el rebaño, a flote los odios y el ajuste de cuentas, como sicarios políticos en medio de una vendetta.
PRD, la mascota del PRI
Sin pena ni gloria, desvencijado, el PRD tiene la encomienda de perder. No emociona. Carece de lustre. Arrastra una historia infame, enrojecida por su vinculación al priísmo, al docenato de la fidelidad y marcado por su condición de partido venido a menos, sometido y profundamente corrupto. Fue una fiera en el espectro político y hoy es la mascota dócil del PRI.
Hace tiempo que el Partido de la Revolución Democrática dejó de ser un trabuco electoral en Veracruz, marcado por pleitos y conflictos, por la disputa de espacios, por el sometimiento al gobierno estatal en turno y a un cúmulo de prebendas que hicieron que militantes y dirigentes se dejaran seducir.
Fidel Herrera y Murat: el golpe del New York Times
A Fidel Herrera Beltrán le gusta la buena vida y la riqueza, el lujo y el dispendio, los negocios desde el poder, los autos y los aviones, las casas, las mansiones, los departamentos. Y si son en el extranjero, lejos de las miradas inquisidoras, mejor.
A lo que no es afecto es a la discreción. Presume y ostenta. Y si no lo hace de viva voz, sus allegados, sus aliados o sus cómplices se encargan de relatar para qué sirve ser senador o gobernador.
Fidel Herrera y Marcelo Montiel: pleito a muerte
Fidel Herrera Beltrán es truculento, mañoso, voraz y despiadado, pero ni cuando estaba “en la plenitud del pinche poder” pudo someter a Marcelo Montiel Montiel. Lo cercó. Lo marginó. Le regateó espacios. Le concedió una alcaldía. Le arrebató dos. Y hoy, por una diputación, se han vuelto a agraviar.
Su pleito es, como dicen los clásicos, a muerte. Y si no, es hasta ver quién despedaza a quién. Proviene de los días en que Fidel Herrera aspiraba a ser gobernador de Veracruz, en 2004, y daba rienda suelta a su hiperactividad política, amarrando, soltando, trabando acuerdos, pactando por cuenta propia, decidiendo por encima de los caciques y los hombres de poder.
El Hay Festival Xalapa y el déspota ilustrado
Sadomasoquistas, los defensores del Hay Festival Xalapa que auspiciara Javier Duarte filosofan con sofismas y venden verdades sin tocar la verdad. Dicen que pierden los xalapeños por el retiro del festival, los hoteleros, la cultura y que el mandatario, cansado de que ahí mismo se le critique, está feliz. No es así. El golpe fue político y le pegó al gobernador.
Su argumento es pueril. También es insensato. Políticamente, la cancelación del evento provoca un impacto demoledor en la figura central del poder, vapuleado Javier Duarte por los once crímenes de periodistas en su sexenio, por las cuatro desapariciones, por los exiliados y por su constante agresión a la libertad de expresión.
El cementerio que decía Solalinde
Veracruz, decía Alejandro Solalinde, el sacerdote de los migrantes, es un cementerio monumental, fosas clandestinas por doquier. Y es verdad. Hay muertos, muchos muertos, de los que no se volvió a saber. Es el sello de la mano criminal, de la violencia, de la impunidad y del horror.
Y sí que lo es. Las fosas están en Pueblo Viejo, en Alvarado, en Actopan, en Tres Valles, en Agua Dulce, en Acayucan, en Las Choapas, en Cosoleacaque. Y ahora en Coatzacoalcos.
De periodistas asesinados, desaparecidos y reprimidos
Javier Duarte es rejego y lo que le sigue. Suman 11 periodistas asesinados y cuatro desaparecidos. Lo agobia la muerte de Moisés Sánchez Cerezo. Y en la víspera del aniversario del levantón a Gregorio Jiménez de la Cruz, ultimado por informar, su policía reprime a los periodistas de Coatzacoalcos.
Su hostilidad hacia la prensa es proverbial, propia de su nula formación política, de su improvisación en la esfera pública y de su incapacidad para ejercer el poder.