Tipo terco, rejego, Fidel Herrera Beltrán no ha cambiado ni va a cambiar. Es suyo el odio, y lo provoca. Se sabe intragable. Y así, sin atisbar en que su pasado es de vergüenza, y sobre todo de vergüenza política, inicia un retorno a la vida pública que agravia al priísmo y ofende a la sociedad.
Ya es delegado del PRI nacional en Oaxaca. No va la tierra de Juárez a coordinar las campañas del PRI ni a posicionar candidato alguno. Su misión es menos noble. Fidel está ahí para robar elecciones, desviar recursos públicos, manipular programas sociales, untarle la mano a la oposición, controlar los órganos electorales, cooptar a la prensa y consumar el fraude.
