Samuel Muñoz

Samuel Muñoz: la menor de edad y la denuncia

Su vocación es engañar y vender infamias es lo suyo. Pero lo imperdonable en un sedicente defensor de los derechos humanos, es agredir, intimidar y causar daño psicológico a una menor de edad. De ahí que Samuel Muñoz de la Rosa enfrente una denuncia más, la enésima.
Suma a su historial de por lo menos 25 denuncias, la de una pequeña de 10 años cuyo nombre por mandato de ley se mantiene en reserva, que sufrió la agresión del abogadazo en el predio Ampliación Tierra Nueva y a partir de ahí experimenta alteraciones en su conducta, sufre temor a tratar con personas ajenas y con sólo escuchar el nombre de Samuel Muñoz se pone fuera de sí.

Patricia Peña y Joaquín Caballero

Patricia Peña: la culpa es de la prensa

No se retracta, no se disculpa y, en todo caso, el lío de los migrantes lo armó la prensa. Obcecada, en lo suyo, persiste Patricia Peña Recio, la diputada federal, en decir que no es xenófoba, que no es ella sino los vecinos quienes los tildan de asaltantes, matones y prostitutas. Y que ella sólo lo expuso.
Valen poco las excusas de la legisladora priísta. Sigue atrapada. La azota el torbellino, balconeada en la prensa nacional, denostada en las redes sociales, aplaudida por xenófobos auténticos que denuestan a los ciudadanos indocumentados, y acribillada en dos medios cuyo público reside en Estados Unidos: Univisión y Azteca América.

secuestro

Javier Duarte: Unidad Antisecuestro y policías torturadores

Si no fuera tan insensato, Javier Duarte jamás habría externado aquel optimismo que de origen era falso. Decía que el delito disminuía, que la violencia menguaba, que la criminalidad iba a la baja. Presumía el combate al secuestro y exaltaba las pinceladas del éxito. ¿Era real? Nada era verdad.
Veracruz, en sus manos, alcanzó la cima del fracaso en seguridad. Es cuarto lugar nacional en secuestro. Es pueblo sin ley. Es territorio impune. Es zona para levantar gente, intimidar a la familia y canjear sus vidas por miles, cientos de miles o millones de pesos. El mercado del terror da para eso y más.

Pepe Yunes

Pepe Yunes: el pacto de la impunidad

Asediado, cercado, Pepe Yunes escucha las voces de aliados que no lo son, de santones del PRI que traen el mensaje del duartismo y de personeros con propuesta que tienta y que, si titubea, hace caer: no dos sino un gobierno de cinco años a cambio de impunidad total.e
Eso oye el senador por Veracruz. Le hablan al oído. Le dicen los enviados del gobernador Javier Duarte que no hay fijón. Le dicen que hay remedio. Que le da pa’ tras el señor de palacio al minigobierno porque aún hay tiempo. Y es que puede que lo haya aprobado el Congreso estatal, lo avalara la mayoría de los municipios, pero aún no ha sido promulgado.

Patricia Peña

Patricia Peña: criminaliza y luego miente

Ella dice que no, que no lo dijo así. Niega Patricia Peña que haya tildado a los migrantes de asaltantes, matones y prostitutas, que no los criminalizó, que no pidió que cierren los albergues para indocumentados, que no los discriminó. Dice que no. Pero resulta que sí.
No se apagan los fuegos sobre la diputada federal, nada digna legisladora por Coatzacoalcos, atrapada en el escándalo pues no a diario una figura pública trasluce los rasgos de la intolerancia, el menosprecio a los de abajo y el repudio a los que vienen y se van.

La caída de Javier Duarte

Javier Duarte: caído, arrollado y de rodillas

Literalmente, Javier Duarte anda en los suelos, arrollado y maltratado, su imagen hecha añicos, pieza de escarnio y mofas, pues no es común que un gobernador, queriendo darse baño de pueblo, termine de rodillas y escuche la risa burlona de todos a su alrededor. Qué oso, dirían los chavos.

Le sucedió en Córdoba, su tierra adoptiva. Acudió a la inauguración del gimnasio Javier Duarte Franco, que lleva el nombre de su padre, en la Secundaria General numero 1. Habló y agradeció. Luego, cuando ya iba de salida, se le ocurrió tomarse la foto —la selfie, le dicen ahora— con los estudiantes que se hallaban en las gradas.

Patricia Peña

Patricia Peña: la diputada, migrantes, matones y prostitutas

Odiar es lo de menos. Lo malo es expresarlo. Discriminar es inaceptable. Y más si quien lo trasluce es Patricia Peña Recio, una diputada federal, de un distrito, Coatzacoalcos, donde uno de los problemas sociales es la migración ilegal centroamericana. Ella odia y discrimina. Y eso es inadmisible.
Vive la diputada una pesadilla de antología, acribillada a cada instante, denostada, insultada, increpada en foros públicos, medios de comunicación y redes sociales porque ella, menos que nadie, tiene derecho a criminalizar al migrante.

Invasión en Los Alemndros

Caso Bringas: la escritura y el fraude

Hay malas noticias para Manuel Bringas Burelo y su abogadazo, Samuel Fernando Muñoz de la Rosa, alias San Samuel, santo patrono de los derechos humanos: su fraude ha quedado al descubierto.

Una escritura pública revela que los hermanos Bringas Burelo ya no cuentan con un metro de tierra y, en consecuencia, la venta de terrenos en Los Almendros y Tierra Nueva, fraguada como invasiones, fraccionamiento indebido y cobro a colonos —unos incautos, otros vivales—, en cómodos pagos, constituye una grave violación a la ley.

Javier Duarte

Javier Duarte ya perdió el poder

Hecho un guiñapo, Javier Duarte ya dejó de tener poder. Ve cómo se le desbarata entre los dedos Veracruz. Miguel Ángel Yunes, el azul, evidencia la quiebra y se la documenta. Y los Yunes rojos, uno en su regazo, negociando, el otro no, beligerante, desfasan los tiempos de la sucesión. Sólo a un político que no es político le podría ocurrir algo así.
No atesora el desgobernador poder alguno en año electoral, la diputación federal en puerta y por lo menos seis distritos clave en riesgo para el PRI, su partido. Y los actores políticos sueltos, sin control, aún los de casa, los de la fidelidad y el duartismo.

Miguel Ángel Yunes Linares

Y Veracruz se fue a la quiebra

Andar con Miguel Ángel Yunes Linares es como andar en el infierno. Lo abraza el fuego. Lo asedia el pecado. Quema el entorno, suscita ira y provoca encono. Pero hay algo que al demonio azul no se le puede negar: dijo que Veracruz, con Fidel Herrera y Javier Duarte, iba a la quiebra, y Veracruz está en la quiebra.
Se ufana de ello. Lo advirtió hace seis años, en 2009, víspera de una candidatura al gobierno veracruzano que lo catapultó en campaña, lo proyectó en las urnas y lo barrió en los tribunales.