En 2012, Marcelo Montiel tenía tres razones para pervertir, usar y lucrar con los programas sociales federales: su candidato era Joaquín Caballero Rosiñol, recuperar la alcaldía de Coatzacoalcos y detentar mil millones de presupuesto anual. Ahora no. Ahora es por el PRI. Y por el hijo de Fidel Herrera Beltrán.
Lo acusa el senador Alejandro Encinas Rodríguez de malversar 500 millones de pesos, manipular los programas de la Secretaría de Desarrollo Social federal y sacar ventaja electoral para los candidatos del PRI. O sea, la reedición de los “Ladrones de Elecciones”.
Autor: Mussio Cárdenas Arellano
Marcelo Montiel: el mapache y el Congreso
No ha sido diputado federal, pero Marcelo Montiel ya es la estrella del Congreso. Ahí le llueve lodo. Le reviven denuncias del pasado, lo acusan de abuso de autoridad y le condenan el lucro electoral con los programas sociales. Y fuera de la Cámara, lo instan a irse de Sedesol.
“Sedesol Mapaches del PRI”, decían las cartulinas con que los diputados del Partido de la Revolución Democrática elevaban su protesta —martes 28—, tras revelar el senador Alejandro Encinas Rodríguez, que el ex alcalde de Coatzacoalcos opera una red que desvía recursos y manipula los programas sociales para la compra de votos.
Marcelo Montiel, entre Sedesol y el fraude electoral
Rara vez se altera. Rara vez reacciona. Y no es que Marcelo Montiel sea de piedra. Es su piel gruesa y el cinismo que lo distingue. No lo punza la crítica ni lo sacude la controversia; elude el ataque, es insensible a la denuncia. Nada lo inquieta, excepto cuando se trata de la verdad.
Acusado de malversar recursos públicos, de lucrar con los programas sociales, de ser parte de los “ladrones de elecciones”, ha tenido que salir el delegado de la Sedesol federal en Veracruz a enfrentar el escándalo y a mitigar el caos.
Debate en Coatzacoalcos: nada para nadie
Planos y chatos, contestatarios y retadores, nueve candidatos hablan del paraíso y del México real, del cielo y el infierno, de la transparencia y la corrupción, de la magia con que dicen pueden transformar y de la promesa para enfrentar a un sistema político que devora a quienes se estacionan en la ilusión.
Debatieron sin cuestionar proyectos. Arañaron sin provocar dolor. Cada uno ofertaba su propuesta, limitada por el tiempo, apenas en unos trazos, rasgos de imaginación para decir qué harían de llegar a la Cámara de Diputados, pero sin revelar cómo podrían vencer las inercias del poder.
“Fuera Fidel Herrera Asesino”
Sobre la fachada del PRI, la advertencia: “Fuera Fidel Herrera Asesino”. Lo dicen los oaxaqueños y se lo dicen a Fidel. Así lo miden. Le advierten que no es impune y que lo van a enfrentar.
Llega disminuido, desprestigiado, vituperado el ex gobernador de Veracruz a su nueva encomienda: Oaxaca. Llega como delegado del PRI nacional, no se sabe si como premio o castigo, llevado a una trampa, a un infierno electoral.
Rolando Quevedo: cátedras de lodo
Con la venia, o no, del Magistrado Cara de Muela, Edel Álvarez Peña, su amanuense Rolando Quevedo Lara dispara lodo, salvas de inmundicia y una avalancha de mentiras. Infama y agravia. Ataca a mansalva, implica al que puede y denuesta al que tiene a su alcance.
Usa las páginas del diario Liberal del Sur, propiedad del intratable Edel, para implicar a su gremio, el periodístico, generalizando, en una relación sórdida y turbia, nebulosa, con el área de comunicación de gobierno de Veracruz.
Marcelo Montiel y su mapache: Sedesol en campaña
Impura su mano, negra su alma, Víctor Rodríguez Gallegos siempre ha sido un mapache de Marcelo Montiel Montiel, timador de incautos, a su alcance Sedesol y sus recursos, millones en efectivo y otros millones en especie que sirven, principal y por encima de todo, para el fraude electoral.
Pueden no aparecer en el video de Boca del Río. Pueden ser ajenos a Manzur, a Pablo Anaya, a Zarrabal, al mismo Javier Duarte y al propio Fidel Herrera Beltrán. Pueden tener, como los truhanes de alta escuela, su propio historial. Pero Marcelo y sus cortesanos también saben robar elecciones.
García Bringas: la foto que irritó a todos
No sonríe; él sólo muestra el pulgar. Sonríe el candidato del PRI, Rafael García Bringas. Posa, un tanto serio, el suplente, Roberto Chagra Nacif. Pero el niño no. Tiene el niño el gesto adusto, retraído y esquivo, mientras de su cuello cuelga su caja de dulces y en la otra mano sostiene un ramo de rosas, lo que le da el sustento diario, signo de explotación laboral.
Así los captó la lente de la cámara. Y de ahí las imágenes fueron montadas en las redes sociales, difundida la escena entre los priístas para exaltar el click de su candidato con todos los sectores y grupos de Coatzacoalcos, con los que tienen y con los menesterosos, y hasta los niños que no votarán en la elección de 7 de junio.
Fidel Herrera: el retorno y las denuncias
Tipo terco, rejego, Fidel Herrera Beltrán no ha cambiado ni va a cambiar. Es suyo el odio, y lo provoca. Se sabe intragable. Y así, sin atisbar en que su pasado es de vergüenza, y sobre todo de vergüenza política, inicia un retorno a la vida pública que agravia al priísmo y ofende a la sociedad.
Ya es delegado del PRI nacional en Oaxaca. No va la tierra de Juárez a coordinar las campañas del PRI ni a posicionar candidato alguno. Su misión es menos noble. Fidel está ahí para robar elecciones, desviar recursos públicos, manipular programas sociales, untarle la mano a la oposición, controlar los órganos electorales, cooptar a la prensa y consumar el fraude.
Apatzingán: las manos llenas de sangre
“Mátenlos como perros”, dice un federal. “Mátenlos, mátenlos”, grita otro. Los colocan de rodillas y les disparan. Yacen en el piso, heridos, y los rematan. Dice una mujer, también a gritos, que está embarazada, y aún así la arrastran, la patean, la detienen. Hay sangre, olor a muerte, el miedo en cada rincón.
Es el relato de Laura Castellanos para Proceso, Aristegui Noticias y Univisión. Cita y documenta los hechos del 6 enero, un Día de Reyes que terminó en una masacre perpetrada por la Policía Federal, resumidos en un reportaje demoledor, crudo, que cimbra e irrita, bajo el título “Las ejecuciones de Apatzingán”.