De traidor y chapulín, falso y oportunista, no bajan los priístas a Rafael García Bringas. Lo dicen en corto. Le aplauden y lo detestan. Lo aclaman pero no caminan en campaña, ni le operan el voto, ni lo quieren ver triunfar.
Paga así García Bringas su paso por el Partido Acción Nacional, masacrar al PRI en 2009 y regresar en plan estelar, diputado local plurinominal y robarse la candidatura a diputado federal por Coatzacoalcos, impuesto por Javier Duarte, el gobernador.
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