* Embiste a Movimiento Ciudadano * Revictimiza a candidatos que ya fueron declarados inocentes * Y todo porque Morena perdió Poza Rica * Pedro Miguel, el perrero oficial * Rocío Nahle imita la estrategia de Yunes * Recompensa por información de delincuentes * Zarco y la violencia política de género
Con el hígado, como siempre, Rocío Nahle reacciona a la felpa de Movimiento Ciudadano, a la pérdida de Poza Rica, vertiendo bilis y –¡joder!– revictimizando a los presos políticos, ya libres, que la llevaron a la humillación.
Herida, no oculta ni maquilla el efecto de la elección. Ultrajada políticamente, se vuelca contra el partido que le arrancó la alegría. Y lo fustiga. Y lo acusa de haber postulado delincuentes o estar vinculados a generadores de violencia o a criminales ene activo.
Apaleada en las urnas, la gobernadora hace las cuentas y las cuentas le salen mal.
Perdió la mitad del territorio. Perdió Morena la mitad de las alcaldías. Pero, sobre todo, aún con todo y maniobras, perdió Poza Rica, el feudo de la familia política, el negocio de los Peña Peña, caja chica que sirve de combustible al Movimiento de Regeneración.
Y entonces ya no busca quién se la hizo sino quién se la ha de pagar. Y qué mejor que la oposición, los naranjas, los Máynez, y de paso raja contra Del Río Virgen, y Jesús Uribe, y Elvis Ventura, y Rogelio Franco, y hasta contra el empresario y dirigente obrero, Ramón Ortiz Cisneros, con cuyos hermanos -ah, qué mala memoria tiene– se fotografiaba en campaña la gobernadora de Veracruz.
Es un espectáculo doña Rocío Nahle. Es cómica, trágica, divertida, un volcán de hilaridad. Todo en uno.
“No respondo a provocaciones”, acababa de decir, y que se engancha.
No responde a provocaciones pero ese día, en la conferencia de prensa, llevaba las notas con las zarandajas que iba a lanzar.
Y con el acordeón en la mano, así, muy espontánea, le dice a Máynez que es un simulador profesional. ¡Qué fuerte! Obvio, Máynez y Dante y Agustín Torres y Luis Carbonell e Ivonne Ortega y Sergio Gil Rullán ríen a morir.
Nahle, la vesánica, trae el ardor a flor de piel. Atizada por sus furias, irritada al ver perdidas la mitad de las presidencias municipales como no le ocurrió ni al imbécil de Cuitláhuac García, su antecesor, le pone lodo al ventilador y lo echa a andar.
Acusa Nahle a Movimiento Ciudadano de postular candidatos con vínculos con delincuentes o ser delincuentes. Y los categoriza. Y les llama el “Club de los Presidiarios”. Pasaron por las cárceles de Veracruz, sí, pero la justicia los declaró inocentes. O lograron amparos y están en prisión domiciliaria porque los jueces de Veracruz se niegan a acatar.
Raja contra José Manuel del Río Virgen, ex secretario ejecutivo de la Junta de Coordinación Política en el Senado, amigo de Dante Delgado, amigo de Ricardo Monreal, a quien Cuitláhuac García le inventó delitos y lo entancó seis meses.
Aquel episodio provocó que el Senado planteara la desaparición de poderes en Veracruz, o sea que Cuitláhuac García se fuera al diablo y se le juzgara por abuso de poder.
Del Río Virgen fue declarado no sujeto de acción penal y un amparo le devolvió su libertad. Y ahora Nahle lo acusa de integrar el “Club de los Presidiarios”. Revictimización.
Nahle atacó a Gregorio Gómez, ex alcalde perredista de Tihuatlán, por haber operado para MC y logrado el triunfo. Goyo Gómez es otra víctima de Cuitláhuac García, enfrentando encarcelamiento y como nada le pudieron probar, le achacaron un homicidio. Con un amparo logró prisión domiciliaria y espera su absolución.
Nahle vació la tripa contra el ex secretario de Gobierno yunista, Rogelio Franco, acusado de delitos que no le pudieron demostrar, con 13 amparos a su favor, con una sentencia federal que le otorga libertad pero que el Poder Judicial de Veracruz, obradorista, se niega a acatar. Permanece en prisión domiciliaria. Otro preso político del obradorismo.
No paró ahí. La iracunda se enfiló hacia Jesús Uribe, alcalde electo de Las Choapas. Estuvo en la cárcel, sentenciado a 20 años por el homicidio de un militar. Así lo dijo Nahle. Mintió. Estuvo en prisión por la confabulación de la fiscal Verónica Hernández Giadáns con Cuitláhuac García, que exigían una condena ejemplar.
Al juez Florencio Hernández lo destituyeron por negarse a la infamia. Le inventaron un cohecho y lo tienen sujeto a juicio en un penal de Tapachula, Chiapas.
Chucho Uribe barrió con Morena en Las Choapas. Humilló al líder estatal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, el “Cazachichifos”, que vio perder a su pupilo, Oscar Reyes Guzmán, “El Pachocha”. Chucho Uribe fue absuelto totalmente, pero Nahle lo revictimizó.
Uno más: Ramón Ortiz Cisneros, empresario del transporte, dirigente obrero, ex de la CTM y luego de la Catem. Seguridad Pública lo asedió. Le allanó sus oficinas sin orden judicial. Pasó un año y medio en prisión acusado de ser generador de violencia. Al final, con un amparo logró su libertad. Hoy dice la gobernadora que es prófugo de la justicia. Pero sus hermanos apoyaron a Morena en la campaña de 2024 y en el parque independencia de Coatzacoalcos se fotografiaron con Rocío Nahle.
No es que la gobernadora sea de memoria corta o que traiga el chip dañado. Nahle es de cerebro retorcido. A la alcaldesa de Sayula de Alemán, Lorena Sánchez Vargas, el obradorismo la protege así pesen sobre ella señalamientos de vínculos con huachicoleros, de desvío de recursos públicos, de encarcelar a su tesorero por no prestarse al saqueo, de tener una relación con un jefe de plaza de Los Zetas. Renunció el cabildo y la presidenta del Congreso de Veracruz, Tania Carola Viveros Cházaro, la encubrió. Morena la arropa. Nahle la solapa.
Sátrapa en ciernes, la gobernadora anda purgada por perder Poza Rica, el feudo de los Peña Peña, las hermanas, los sobrinos, los amigos del esposo, José Luis Peña, ministro sin cartera, gobernador bis de Veracruz.
Morena pudo arrebatarle el puerto de Veracruz a los Yunes del Estero, retener Xalapa, Coatzacoalcos, Minatitlán, pero no alivia el fracaso en el resto de la entidad. Por más que alteraron boletas electorales en Poza Rica, que se trasladó el conteo a Xalapa, que los paquetes electorales llegaron abiertos, que se rompió la cadena de custodia, que a aquellas boletas favorables a Movimiento Ciudadano le marcaron otro emblema de partido para convertirlas en voto nulo, MC refrendó el triunfo.
Y como Álvarez Máynez acusó fraude y exhibió videos, Rocío Nahle estalló.
Los números la matan. Morena gobierna hoy en 153 municipios pero en enero de 2026 sólo lo hará en 71. Eso es una debacle política.
Los triunfos del Partido del Trabajo no son de Morena. No hubo alianza. PT contendió contra Morena en Veracruz y lo derrotó en 30 municipios.
La alianza Morena-Partido Verde fue parcial. En 12 municipios PVEM derrotó a Morena.
De ahí las rabietas contra Máynez y Movimiento Ciudadano, el amago de una persecución política, la ley contra los enemigos. Nahle es un clon de Javier Duarte, que encarcelaba, que perseguía, que torturaba en las siniestras cárceles de Veracruz.
Ardida por la derrota, ahora revictimiza a los presos políticos que la llevaron a la humillación.
METADATO
Pedro Miguel ahora es el perrero oficial. Ganador de la contienda por la alcaldía de Coatzacoalcos –con casi 35 mil votos menos que Amado Cruz Malpica–, Pedro Miguel Rosaldo García pretende mantener su imagen hasta asumiendo la pose de paladín de la causa animal. Ya lo hizo cuando comenzó su muestreo político, antes de campaña, con aquellos perros salvados por un ciudadano que luego se lo atribuyeron al morenista. Y la prensa palera y la broza zalamera en las redes gritando porque los lomitos ya tienen un héroe. Rodeado de aduladores que lo embarcan hasta en lo más insólito, el Super-Kan jarocho algún día habrá de reparar en que lo suyo, lo suyo, no es hacer política. Hay un abismo entre ser alcalde electo y ser perrero oficial… Rocío Nahle imita la estrategia de Yunes. Hoy es la recompensa por el “Doble Cero” –Abraham Morales Trinidad– como antes, con Miguel Yunes-Jorge Winckler fue con “El 80”, Roberto Sánchez Cortés. La misma gata nada más que revolcada. Una y el otro, Nahle y Yunes, contra un jefe de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación. Una y el otro con la misma estrategia a los seis meses de gobierno cuando los cárteles y hasta los delincuentes de medio pelo hacían y hacen de las suyas, levantaban y levantan inocentes, ejecutaban y ejecutan rivales, extorsionaban y extorsionan a comerciantes y empresarios, y el trasiego de droga cunde, y el huachicol también. Y a la gobernadora de Veracruz, Norma Rocío Nahle García, se le ocurre imitar la estrategia de las recompensas como lo hacía Yunes Linares. Por muy original que se diga, no lo es… Tundido, el PAN de Coatzacoalcos se desplomó al cuarto lugar. Su candidato a alcalde, Moisés Zarco Lacunza, fue un fiasco. Imaginó que con videos en vivo en Facebook tendría votos. Sus denuncias, muy válidas; sus reclamos al gobierno municipal morenista, bien fundamentadas. Exhibió a Amado Cruz Malpica, el peor alcalde que haya tenido Coatzacoalcos; la falta de servicios, el olvido, el atropello a ciudadanos. Pero Zarco no tuvo estructura electoral. Se hundió en sus necedades, lanzando balandronadas, despotricando contra el panismo, y al final un pleito en redes con el dirigente del PAN, César Soto Santiago. Lo que se vio fue escandaloso. Lo que no, peor. Hay evidencia de violencia política de género. Zarco pedía retirar de la planilla a una dama que no se integraba a su campaña. Se le recordó que estaba embarazada y su embarazo es de alto riesgo; requiere reposo absoluto. Antes del inicio de campaña, Zarco lo sabía. Aún así quería el cargo por tenerlo ya comprometido con un particular. La evidencia apunta a violencia política de género y no termina cuando llegue a su fin el proceso electoral. El caso revela la personalidad de Moisés Zarco. De ahí la reticencia del panismo a postularlo. Le hicieron el vacío. Le cobraron el desdén con el que tiempo atrás los había tratado. El saldo, un PAN sin capacidad para competir. Un PAN rebasado por Morena, Movimiento Ciudadano y PRI; sólo superó al PT. De cinco en la contienda, fue relegado al cuarto lugar…
Foto: