El rehén político favorito de Cuitláhuac, regresó a su hogar
Al final, Rogelio Franco venció a Cuitláhuac García, a su perversidad, a su paranoia. Logra su libertad tras 15 amparos, 10 delitos imputados y seis procesos penales, dos años y medio tras las rejas.
La justicia federal absuelve de unos delitos y libera de otros al ex secretario de Gobierno de Veracruz, el preso político número uno del gobernador morenista.
A Rogelio Franco Castán no le pudo probar ni el delito de ultrajes a la autoridad, ni la asociación delictuosa, ni el desvío de recursos, ni el abuso de autoridad, ni la violencia intrafamiliar.
Difamado en todos los frentes, ganando amparo tras amparo, Franco venció a Cuitláhuac y a la inquina de la fiscal Verónica Hernández Giadáns, y a la insidia venenosa de Eric Cisneros, el mal llamado secretario de Gobierno morenista sobre el que hasta el Ejército ha acreditado que protege a grupos delincuenciales.
Franco Castán salió de la prisión de Pacho Viejo la noche del viernes 18, luego de horas y horas de trámites hasta que el régimen represor de Cuitláhuac García ya no pudo más.
Se le varió la medida cautelar a prisión domiciliaria. Desde ahí continuará su defensa.
Llegó a su hogar. Lo recibieron sus hijas, su madre, sus amigos, los leales que estuvieron a su lado siempre, que no cejaron ni desistieron, que alzaron la voz y marcharon por las calles.
Convertido en el rehén político de Cuitláhuac, su libertad vale oro. Es un golpe demoledor al uso arbitrario, cruel y demencial del poder por parte de la pandilla que mal gobierna a Veracruz.
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