* Multa de 800 salarios mínimos al PRI * Colocó propaganda en áreas de equipamiento urbano * El sainete entre Theurel y La Guachi * Funcionarios ineficientes con salario de 40 mil mensuales * León Mendívil, salvavidas para la campaña de Rocío Nahle * Juzgado federal niega amparo a Tony Macías
Marcado por la tragedia, Veracruz vive días de profundo dolor, sacudida su realidad por la muerte de 44 personas, veracruzanos en su mayoría, gente de bien, en un accidente carretero entre Alamo y Potrero del Llano, al norte de la entidad.
Aquel viernes 20, horas después del infausto suceso, se sabría que algunos de ellos viajaban en la búsqueda de un mejor destino. Movidos por la falta de empleo en el sur de estado, se habían contratado en los campos de algodón de Coahuila, convertidos en jornaleros de zonas agrícolas que ofrecen lo que Veracruz no da.
Otros más intentarían de llegar a la frontera con Estados Unidos. Habían padres e hijos que visitarían a familiares en el norte mexicano, y otros tenían como destino Monterrey.
Viajaban 70 personas en aquel autobús, evidente el sobrecupo, unos sentados y otros de pie, en un sacrificio brutal, sus cuerpos en el límite, cuando al filo de las 4:30 de la madrugada fue impactado de frente por la caja de un trailer que se desprendió de la cabina que lo remolcaba y literalmente se proyectó y lo despedazó.
Aquel momento no sólo produjo muerte y desolación. Retrató un serial de corrupción en el manejo del transporte público federal el tráiler llevaba un evidente sobrepeso y el autobús iba sobrecargado de pasajeros y la incapacidad del gobierno veracruzano para generar las condiciones de empleo que arraiguen a los veracruzanos a sus lugares de residencia.
Aquellas víctimas mortales, y quienes por fortuna sobrevivieron, abordaron aquel autobús movidos por su precaria situación económica. Pagaron un boleto barato y al final los sorprendió la muerte.
Afloró el Veracruz expulsor de mano de obra; el campo veracruzano jodido, que denota la falta de proyectos productivos dirigidos a abatir el desempleo, negación total, contundente del estado próspero del que tanto alardea el gobernador Javier Duarte de Ochoa.
Electrizante, ese episodio de muerte también retrató el alma mezquina de los políticos. Los exhibió rapaces, ventajosos y oportunistas.
Javier Duarte convirtió su solidaridad en una estrategia de imagen pública. Su área de comunicación social implementó un bombardeó informativo para difundir los buenos oficios del régimen duartista con respecto a las víctimas del carreterazo de Alamo; la mejor disposición para sufragar los gastos médicos y funerarios; la visita del gobernador y su esposa Karime Macías Tubilla a las clínicas en que se hallaban los lesionados; las instrucciones del secretario de Salud Pablo Anaya y del director del DIF, Juan Antonio Nemi Dib.
Marco César Theurel Cotero, alcalde de Coatzacoalcos, y su esposa Guadalupe Félix Porras, usaron su aparato mediático para aterrizar su cara noble, sufrida, con las víctimas de la tragedia. Publicitaron la contratación de un autobús para trasladar a los familiares de las víctimas a los hospitales y a los sitios en que fueron confinados los cuerpos de los fallecidos. Show puro, puro show.
Unico en su género, Héctor Yunes Landa, candidato priísta a la senaduría por Veracruz, exigió investigar y deslindar responsabilidades de quien provocó el accidente y de quienes permiten camiones con sobrecupo y transporte con sobrecarga.
Su compañero andanzas, José Francisco Yunes Zorrilla, fue más burdo. Dijo que su interés por llegar al Senado es para poder racionar cuál es el equilibrio que tienen estados y regiones como Veracruz, a propósito de la migración de jornaleros porque el campo veracruzano no garantiza mejores niveles de vida.
Pepenadores de la tragedia ajena, los políticos son repelentes al dolor de otros. Lucran, sin embargo, con la adversidad; se promueven y dimensionan su imagen, montados en un hecho inafusto; usan a su prensa para proyectar un falso retrato, estampa de una angustia que ni remotamente sienten.
Profundamente hipócrita es la conmiseración política. En nada alivia la tristeza de los demás. Engaña y miente. Pero, frágil como es, trasluce el malsano interés de quien la practica.
De esa calaña son quienes la profesan.
Archivo muerto
Multa al PRI por 800 salarios mínimos y retiro de propaganda, determinó el Consejo Distrital el IFE en Coatzacoalcos por el uso de áreas de equipamiento urbano. Sesionó la noche del domingo 22 y emitió su acuerdo, con el voto a favor de los seis consejeros ciudadanos y el voto en contra del consejero presidente, Juan José Zamudio Ramírez, quien se pronunció por una amonestación contra el tricolor y sus candidatos. La queja fue interpuesta el lunes 16 por el representante del Partido Acción Nacional, Víctor Hugo Espinosa Hernández, quien acreditó que el tricolor colocó propaganda de sus candidatos en el puente peatonal de la avenida universidad a la altura de la colonia Teresa Morales; una barda perimetral en el municipio de Agua Dulce y un bastidor en la confluencia de las calles Gloria Corrales y General Anaya. El PRI fue multado con 300 salarios mínimos; el candidato presidencial, Enrique Peña Nieto, 200; el candidato a diputado federal por Coatzacoalcos, Joaquín Caballero Rosiñol, 200, y aspirante a senador por Veracruz, José Yunes Zorrilla, 100 salarios mínimos. Se espera que el PRI y sus candidatos interpongan recursos de revisión y que el Consejo Local del IFE, con sede en Xalapa, atenúe la sanción y que la reduzca a una amonestación Incorregible, fiel a su multipolaridad, el alcalde de Coatzacoalcos, Marco César Theurel Cotero, protagonizó otro sainete el día que entregó la pavimentación de la calle Reforma, en la colonia Puerto México. Ese 22 de marzo recibió el reclamo de los vecinos por errores en la construcción. Llamó a la supervisora, Lourdes Carrión, la escaneó, puso cara agria y la despidió, sin reparar en que es madre de tres hijos y cabeza de su hogar. Turnó el caso a su secretario de Obras, Daniel Aguilar Avendaño, conminado éste a corregir las fallas un plazo de 15 días; de no hacerlo, la próxima visita sería con otro titular de Obras. Vino lo mejor. Un show con la subdirectora Técnica, Irma León, alias La Guachinanga, a las puertas de una bodega clandestina. Episodio inédito de la novela El Multipolar, tan explosivo como el del audio con el constructor Mario Alberto Escobar Guzmán, el Travis Presume el tesorero municipal de Coatzacoalcos, Daniel Jiménez Medina, que ante el recorte de participaciones federales, habrá que ajustar el gasto corriente y de ser necesario, al personal de confianza. Por fin dijo algo inteligente el señor de las finanzas. Pueden comenzar por los funcionarios ineficientes. Uno de ellos es el secretario de Gobierno, Roberto Salas, cuyo salario quincenal es de 20 mil pesos, o sea 40 mil al mes, más sobresueldo de otro tanto. Además de ser un cero a la izquierda, Roberto Salas ha provocado zafarranchos como el de las promotoras sociales por el engaño del ayuntamiento en la asignación gratuita de baños ecológicos durante el Carnaval Coatzacoalcos 2012, como se les había prometido, y que terminaron en manos del grupo de la ex alcaldesa de Minatitlán, Guadalupe Porras David. Como Roberto Salas, hay por lo menos 20 funcionarios a quienes se les paga un salario alto y que, por supuesto, no justifican. Por ahí debiera empezar el recorte Tiene más colmillo que años y eso que suman muchos el viejo perredista Antonio León Mendívil, pero difícilmente podrá rescatar la campaña de Rocío Nahle García a la diputación federal por Coatzacoalcos. Llega como apagafuegos el ex dirigente del PRD en Veracruz cuando las tribus se comen viva a su candidata, la ignoran, exhiben sus limitaciones, su soberbia, sus ganas de mal inventar una campaña política, su historial de fracasos. Complicada, difícil, la encomienda de León Mendívil pareciera misión imposible. Rocío Nahle encabeza una campaña descompuesta; su bunker de mando es un desierto; su mensaje no impacta a nadie. Desairada por el perredismo, es presa del escarnio amarillo; le llaman la Llanera Solitita. Cree doña Rocío que para ganar la elección basta con colgarse del efecto López Obrador, con el riesgo de que no le alcance Peladísimo con la justicia federal, el suegro incómodo de Veracruz, Jesús Antonio Macías Yazegey. Acaba de serle negado un amparo contra actos de la Junta de Conciliación número 8, que emplazó al propietario del Parque Tecnológico Puerto México y de la empresa Frutas y Verduras de Veracruz, en el juicio laboral 1449/X/2009/VIII por conflictos con sus trabajadores. El Juzgado Noveno de Distrito, según el expediente 186/2012, sostiene que Tony Macías no acreditó que fue emplazado ilegalmente, como dijo, el 14 y 15 de enero de 2010. Revelador, el caso deja a flote que el suegro incómodo del gobernador Javier Duarte tiene ahora a su servicio un abogadazo de mala muerte y de malos resultados, Gustavo Sánchez Guerrero, quien antes fuera director jurídico del Instituto Veracruzano de Desarrollo Urbano Regional y Vivienda (INVIVIENDA), desde donde se orquestó un sinnúmero de despojos, entre otros el de la reserva territorial de Coatzacoalcos para entregársela a Tony Macías, negocio turbio, construido con recursos públicos que le allegó su yerno, el entonces secretario de Finanzas de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa
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