* La nueva fiscal Aurelia Jiménez, su incondicional * En su mano, la impunidad de los cárteles * Nahle cede el área más sensible de su gobierno * Mauricio Quintanilla, detenido en EU * Sus amigos gasolineros en Coatza * Amado y Yunis, cabildeando en palacio * El aquelarre de la basificación de Gersaín
Tan nefasto, tan perverso, Eric Cisneros ya cogobierna con Rocío Nahle o por encima de Rocío Nahle, vía Lisbeth Aurelia Jiménez, la nueva fiscal, no para procurar justicia sino para tenderle un manto de impunidad a los cárteles.
Su reducto sigue siendo la Fiscalía de Veracruz, el feudo en el que impuso a Verónica Hernández Giadans hace seis años y en el que hoy coloca a la magistrada Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre, su nuevo eslabón de poder.
Su madriguera, la Fiscalía, le sirvió de azote contra sus enemigos, de escudo contra la ley, de látigo para mantener a raya, callado, apanicado, descalzonado al ex gobernador Cuitláhuac García Jiménez y contenido, neutralizado, al yunismo azul con el que finalmente pactó.
Con Verónica Hernández cubrió por igual a malosos de marca, capos del narco, generadores de violencia, a lo más granado de la delincuencia organizada –ocho cárteles, según fuentes de inteligencia– y hasta se le ubicó como punto de contacto del Cártel de Caborca de Caro Quintero y de los enviados del Cártel de Sinaloa.
Y hoy, vía Aurelia Jiménez, renueva su poder en la Fiscalía de Veracruz.
Y se coloca a la par o por encima de Rocío Nahle, su pupila en Morena, a la que le manejó la campaña en la elección por la diputación federal en Coatzacoalcos, en 2015.
El jefe, pues, sigue siendo el jefe.
Conocido en el bajo mundo como Bola 8, el rufián Cisneros desechó a Diego Castañeda, el favorito de la gobernadora para la Fiscalía de Veracruz. Y a los alcaldes Amado Cruz Malpica, de Coatzacoalcos, y Alberto Islas Reyes, de Xalapa, y al abogado Tomás Mundo Arriasa, con una hoja de presentación de alto nivel, o a Jennifer Bravo, abogada con trayectoria impresionante, dos maestrías y conexiones de altísimo alcance en la cúpula de Morena y de palacio nacional.
Bola 8 quiso tener una autómata tan vil como él y la encontró.
Aurelia, por servil y rebuscada, insensible al dolor de las víctimas, fría como un témpano si se trata de fabricar culpables o de torcer la ley, fue la pieza ideal en la trama de Bola 8.
Todo se lo debe a Eric, dice la magistrada con licencia, hoy fiscal.
Su entronización es digna del peor teatro de revista, un vodevil infame, un episodio de carpa, revestido de transgresión a la ley pues la susodicha Aurelia Jiménez, con su consabida proclividad a lo ilegal, era todo, menos elegible para la Fiscalía.
La farsa incluyó una reforma constitucional y un Congreso abyecto, lamebotas, sobradamente cínico y profundamente servil, que armó el entramado para asestar una puñalada artera a la precaria autonomía de la Fiscalía de Veracruz.
A una voz, los remedos de legisladores guindas y las rémoras del Verde y el Partido del Trabajo obedecieron la orden tiránica de la testaruda de palacio, llámese Rocío Nahle. Hincados, los diputados matraca le besaron los pies.
Tía Rabietas instruyó matar la autonomía de la Fiscalía, acortar de nueve a cuatro años el periodo de gestión del titular y otorgarle a la gobernadora la facultad de nombrar o deponer al o a la fiscal. Y la manada legislativa acató.
El lunes 8, Verónica Hernández Giadáns se fue. Y con su despido se actualizaron mil tropelías que engañan su historial, extorsión, tortura, fabricación de culpables, encarcelamientos ilegales, persecución de inocentes y la impunidad de los cárteles, de la delincuencia organizada, de los pillos morenistas, sátrapas de los días en que gobernaba Cuitláhuac García Jiménez y los malvivientes que hoy pululan en los pasillos del palacio de gobierno donde a ciegas despacha Tía Rabietas o Lady Buitre.
Horas después, el vodevil siguió. Llegó Lisbeth Aurelia Jiménez al Congreso de Veracruz y el Congreso se volvió un circo romano. Los tribunos de pacotilla elogiando a la inelegible. Los payasos de la curul aplaudiendo a rabiar, gozando la pillada, sabiendo que Aurelia, siendo magistrada con licencia, no puede litigar asuntos de orden público en dos años luego de separarse del cargo en el Poder Judicial. Por eso era inelegible.
Retumbó una voz discordante, la del priista Héctor Yunes Landa. Hizo trizas a Aurelia y exhibió la bajeza de la bancada morenista y sus aliados, los patiños de la 4T. Citó las transgresiones a la ley de la hoy procuradora –sí, procuradora, como en los tiempos priistas– y las trastadas de su secretario particular, David Cardeña, alias La Almohada que Manda, denunciado por abuso de autoridad, con tres imputaciones encima, acusado de presionar jueces y volverlos jueces de consigna, so pena de echarlos del Poder Judicial o inventarles delitos y ponerlos tras las rejas, como es el caso del juez Florencio Hernández Espinoza, al que ya casi tres años después nada le han podido probar.
Acto seguido, el Congreso de los serviles hizo fiscal a la violadora de la ley.
Consumatum est. Todo se había consumado.
Se fue una fiscal espuria y llega otra fiscal espuria.
Consumatum est. Todo se ha cumplido.
Y ambas son hechura política de Bola 8.
Lo festina el ganador del certamen, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, gobernador bis de Veracruz.
Lo disfrutan los capos y los sicarios, la delincuencia organizada que ven en aquel que aparece en reportes del Ejército como su interlocutor, a la pieza ideal para que la impunidad siga y crezca.
Nahle, que se pinta sola para hacer rabietas y lanzar sapos y zarandajas, terminó cediendo la procuración de justicia a quien la traicionó, el ex secretario de gobierno de Veracruz, Eric Cisneros, cuando ambos eran corcholatas de la sucesión.
La Fiscalía es la puerta a la injusticia. Ahí se procesan, o no, las carpetas de investigación contra líderes delincuenciales y sus matones, contra secuestradores, extorsionadores, ladrones. Ahí se deja libre al criminal por “falta de pruebas”. O se integran mal las carpetas para que los jueces emitan fallos absolutorios, o simplemente no sometan a juicio a los infractores.
Nahle cede la Fiscalía a Bola 8 y por extensión al grupo enemigo, con el que Cisneros hace causa común: el senador Adán Augusto López Hernández, Lord Barredora; el diputado Sergio Gutiérrez Luna, esposo de Dato Protegido, y el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, némesis de la gobernadora de Veracruz.
Cedió el área más sensible de la seguridad. Con Aurelia Jiménez en la Fiscalía, el dueño de la inseguridad, la violencia y la impunidad a los cárteles, es Bola 8 por cuatro años más.
A la par o por encima de Nahle, Eric Cisneros es ya, de facto, el cogobernador de Veracruz.
METADATO
Mauricio Quintanilla, detenido en EU, y su conexión con Coatzacoalcos. Al socio propietario de TUM (Transportes Unidos de México) lo acusan de faltar a su estatus migratorio, y de tener 60 demandas civiles y mercantiles, así como seis carpetas de investigación en México. Poco se sabía, aunque ya se sabe, que Mauricio Quintanilla es amigo de gasolineros de Coatzacoalcos, protegidos por Nahle desde la Secretaría de Energía, Pemex y el gobierno de Veracruz. Poco se dice pero la palabra común entre esos grupos es huachicol. Y es la punta de la madeja de un nuevo escándalo que implica a empresarios con fortunas monumentales y políticos que antes fueron de medio pelo y hoy son los nuevos ricos de la Cuarta Transformación… Amado y Yunis cabildearon hasta el final en el palacio de gobierno de Veracruz. Caminaron una y otra vez los pasillos de la sede oficial, el remodelado palacio donde despacha la zacatecana Norma Rocío Nahle García. Amado Cruz Malpica, alcalde de Coatzacoalcos, sabía de sus precarias o nulas posibilidades, pero traía colgado a su compadre Jorge Yunis Manzanares en los días en que se dilucidaba la suerte de la fiscal Verónica Hernández Giadáns y el relevo que apuntaba a ser, como finalmente fue, Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre. Algo necio Amado, sabiendo que su compadre Yunis figura en una investigación de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) en la que se lee que solía reunirse con un líder zeta en Coatzacoalcos, Braulio Arellano, apodado “El Gonzo”, el “Verdugo” o “Zeta 20”, en el teiboldans Extravagance, de acuerdo con una diligencia en la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/528/2009, cuya copia tiene este reportero. A menos que lo que pretendieran fuera la Fiscalía Regional en Coatzacoalcos, que Yunis ocupó cuando era Subprocuraduría Regional. Con ese antecedente, ni cómo aprobar el examen de control de confianza… El aquelarre de la basificación en el ayuntamiento de Coatzacoalcos. Gersaín Hidalgo, el cacique del Sindicato Único de Empleados Municipales (SUEM), negoció plazas definitivas para sus amigos, sus súbditos, los parientes del líder formal, Francisco Díaz Juárez, y dos familiares de la mejor amiga de Gersaín. Amado Cruz Malpica, el ya casi ex alcalde, no se quiso quedar atrás. Regaló bases para amigos y familiares de amigos, abogados compañeros de profesión, que llegaron con él, que sólo cuentan con menos de cuatro de servicio en el ayuntamiento de Coatzacoalcos. Son 130 plazas definitivas, inamovibles, que le saldrían en un ojo de la cara al erario si en el futuro despidieran a esos empleados. Mientras, hay trabajadores sindicalizados fijos con 15 años de antigüedad a los que Amado despidió con la venia de Gersaín Hidalgo, a los que sólo se les ofrece una liquidación de 20 mil pesos. O hay sindicalizados con 20 años labor a los que su líder ignoró para consumar el festín, el aquelarre de la basificación. Pero hay que oír a Pedro Miguel Rosaldo, alcalde a partir de enero de 2026, pregonando su reestructuración administrativa. Él con su perorata y ya se lo madrugaron…