Misión cumplida: Amado Cruz Malpica en el basurero político

* Lugar 100 entre 100 alcaldes  * Un Coatza olvidado y jodido  * Corrupción y nepotismo  * Suspenden al notario Alejandro Durán  * Esmeralda Mora debiera ir a juicio  * Un caos, la alcaldía de Nanchital  * Silverio Quevedo, nuevo vocero del Congreso  * Esteban Bautista le pegó doble a sus enemigos

Aletargado, bostezando, sumido en una insultante corrupción, Amado Cruz Malpica se propuso ser el peor alcalde entre los 100 municipios más importantes del país y lo logró. Yace en el sótano, en el último escaño, en el basurero político.

Su más grande sueño mutó a una pesadilla de la que no va a despertar. Así deje de ser alcalde, no va a despertar.

Hizo de Coatzacoalcos rehén de su parsimonia, de su dejadez, la inacción en cuatro años en que pudiendo transformar optó por hundir más a la tierra que lo vio nacer.

Lo hizo, también, coto de trastupijes y arañazos al presupuesto, obras fantasma, obras sin iniciar que reportó como avanzadas, cuna de moches y extorsión de dos allegados, el tal Delgadillo y el tal Onésimo, que se tuvieron que ir del ayuntamiento, denunciados y los delitos probados y aún se espera la sanción que habrá de imponer el Tribunal Estatal de Justicia Administrativa.

Califica en la encuesta de Arias Consultores en el lugar 100 de 100 presidentes municipales. Sólo cuenta con la aceptación del 2.9 por ciento de los entrevistados en el sondeo.

Don Fiasco Político fue rebasado hasta por el presidente municipal de Córdoba, el morenista Juan Martínez Flores, que ocupa la posición 96, quien se la vive paseando en Europa o dejando el ayuntamiento en manos de la síndica Vania López, que integró un clan que enfrenta múltiples reclamos por abuso de poder.

O peor calificado que el alcalde de Xalapa, Alberto Islas Reyes, posición 91, que entró al relevo en la capital veracruzana luego que el presidente municipal, Ricardo Ahued Bardahuil, alias “El Conserje de Palacio”, se fue a chambear como secretario de Gobierno en el desgobierno de Norma Rocío Nahle García.

La encuestitis es un mal que agobia a la fauna política. A unos los ilumina, a otros los hunde. Y a Amado Cruz siempre lo ha puesto en su lugar; o sea, en el cesto de la basura.

A Patricia Lobeira Rodríguez ex de Yunes, presidenta municipal de Veracruz, la mantuvo en los cuernos de la luna hasta que la traición de su marido, el célebre Miguel Ángel Yunes Márquez, aportando el voto sucio que avaló la reforma judicial de Andrés Manuel López Obrador, la arrastró.

Hoy Paty Lobeira ya no es la mejor alcaldesa mujer del país, ni la mejor alcaldesa panista, ni la mejor de la oposición. Del podium pasó al sitio 47 con 32.3 de los encuestados que avalan su gestión.

Pero el caso de Amado es patético. Así como es, dejado, haragán, transgresor de la ley, hasta bien librado salió. Si Arias Consultores hubiera encuestado sobre la gestión de 200 alcaldes, Cruz Malpica se hubiera situado, una vez más, en el lugar 200, en el sótano.

El descrédito de Amado, reportado por Arias Consultores, pudiera ser un albazo si no fuera porque el pueblo que todo lo sabe y todo lo ve, ha respondido a lo que aquí y en otros espacios críticos se ha documentado en torno al bodrio de ayuntamiento encabezado por el morenista Amado Cruz Malpica.

Amado hizo de Coatzacoalcos una réplica de La Habana vieja, un malecón infame donde el tiempo no transcurre y el olvido se refleja en hoteles y negocios destechados, muros que algún día fueron paredes, fracturados, inmuebles sin pintura, descarapelados, con varillas que revientan el concreto por la acción del salitre de la costa.

Así encontró Coatzacoalcos y se esmeró por dejarlo peor. El maquillaje a las primeras calles del malecón, que inició en su segundo año de gobierno, fue cosmético. Y la obra se la dio a los mecenas electorales de Morena con pésimos resultados: banquetas y guarniciones que meses después y al primer impacto se quiebran.

Los servicios decayeron. Dejó en el abandono el parque vehicular municipal y hoy no hay unidades para una eficiente recolección de basura. Igual las ambulancias de Protección Civil. Pero sí hay recursos para adquirir vehículos para los ediles y, por supuesto, para doña Esther Mortera, su esposa.

Amado fue leal a su nepotismo. Ignoró los llamados a no sucumbir a la tentación de llevar a la parentela a cargos públicos. Primos, sobrinos, sobrinas, primos de su esposa incrustados en la nómina, violando la ley.

La joya de la corona es Ricardo Ordóñez Malpica, su primo. Es alcalde suplente por elección popular. Lo hizo coordinador de asesores, director del deporte y secretario del Ayuntamiento. Para los dos primeros cargos bastó ejercer su facultad; para el tercero, Amado propuso y el cabildo avaló. Todos violaron la ley.

Ha sido un carnaval de transas, licitaciones amañadas, dirigidas a los cuates y cómplices, contratistas que sirven de pantalla en una repetición de nombres con vínculos con Morena, que en el pasado fueron perredistas.

Una de sus truculencias fue ese jugoso contrato de suministro de comida para la Policía Municipal, millones y más millones cada año, cada bandeja con sobre precio. Obvio, el chef es del clan de la corrupción.

Tres años, ocho meses, y Coatzacoalcos no tiene otro rostro que las calles atestadas de baches, alumbrado deficiente, basura que se acumula en la esquina de las calles o en los camellones.

Y la deuda hiper millonaria de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento, que al ser organismo municipalizado ya es una carga para el erario de Coatzacoalcos. Algo así como 500 millones de pesos. 241 millones por adeudo a la Conagua federal por extracción del líquido y por las descargas residuales, y el resto por adeudos históricos de la CMAS.

Amado es un espectáculo de mediocridad, de ignorancia y desinterés, valemadrismo hacia Coatzacoalcos y manga ancha a la corrupción.

En la Tesorería Municipal, en Desarrollo Económico, en Adquisiciones, la rapacidad no tuvo freno. Se construyeron negocios. Se lucró con el dinero del pueblo.

A cuatro meses de partir, se ha ganado su lugar. Es el alcalde número 100 entre los 100 presidentes de los principales ayuntamientos del país.

En el sótano. En el basurero político. En el basurero de la historia.

 

METADATO

 

Tanto tentó al diablo hasta que la notaría se esfumó. Alejandro Durán Estrada se fue a vacacionar, le cayó un inspector y le decretaron la suspensión. La notaría se halla en Chinameca pero el señor Durán despacha en Coatzacoalcos, en la avenida Gutiérrez Zamora. El inspector llegó a la sede de la notaría 23, en Chinameca, y ahí supo que hacía un mes el titular se hallaba ausente. O eso le dijeron. La diligencia sólo fue una formalidad. Al notario Durán ya lo tenían en la mira. Enfrenta diversos litigios, algunos graves, y la Ley del Notariado del Estado de Veracruz establece la suspensión cuando hay vinculación a proceso. No ha sido hallado culpable de nada, pero hay un proceso penal en curso. Por más que el secretario de Gobierno, Ricardo Ahued Bardahuil, el conserje de palacio, volteó la mirada hacia otra parte, y que la fiscal, notaria con licencia, Verónica Hernández Giadáns, omitió solicitar la suspensión de su colega Alejandro Durán, el caso no podía esperar más. El jueves 20 de agosto, en la Gaceta del Estado apareció la resolución: “Acuerdo por el cual se suspende de la función notarial al licenciado Alejandro Durán Estrada” como titular de la notaría número 23 (…) con residencia en Chinameca, Veracruz”. Y hay otro tema aún más explosivo… Esmeralda no debería irse a su casa; debiera ir a juicio. Su paso por la alcaldía de Nanchital es desastroso. Esmeralda Mora Zamudio, egresada del club de las comadres de Rocío Nahle, gobernadora de Veracruz; hundió a Nanchital en un caos político y social; auspició negocios; atropelló al morenismo que le dio los pocos votos con los que llegó a la alcaldía; importó morenistas de Coatzacoalcos a los que colocó en la nómina; entregó el poder a su Rasputín de cabecera, Antonio García, secretario del ayuntamiento, quien lo único que sabía era lucrar con la publicidad en el gobierno municipal de Víctor Manuel Carranza Rosaldo, en Coatzacoalcos; generó una repulsa ciudadana cuando pretendió imponer el relleno sanitario regional, motivando marchas, reclamos, quejas tan airadas que a punto estuvo de la toma del palacio  municipal. De entrada, su nieto se vio implicado en una aprehensión y la sospecha de conducir un automóvil con reporte de robo. De salida, su hija, Carla Rosas Mora, se integró al gobierno de Rocío Nahle y salió disparada cuando se detectó un sobreprecio en el pago de un evento. Así se habrá puesto la gobernadora que no le tembló la mano para destituirla de la Dirección de Colegios de Bachilleres. Mientras, el crecimiento financiero de la familia, casa, alberca, lujo, hicieron de Esmeralda Mora candidata a un juicio que los nanchitecos van a disfrutar. En el club de las comadres de Nahle también hay desterradas… Silverio Quevedo Elox es el nuevo vocero del Congreso de Veracruz. Asume el cargo relevando a Esaú Valencia Heredia. Golpeado a mansalva, Esaú fue el pararrayos de la tormenta pero no el objetivo final. La broza morenista, diputados del cuitlahuista Juan Javier Gómez Cazarín y la mafia diputadil, querían la cabeza de Esteban Bautista Hernández, el maestro rural, diputado por Cosoleacaque, ex diputado federal que hoy preside la Junta de Coordinación Política. No lo lograron. Esteban les tumbó la presidencia de la Mesa Directiva, arrinconando y echando a la disruptiva y vesánica Tanya Carola Viveros Cházaro, la que pendejea y mienta madres en los pasillos del Congreso y que una y otra vez viola la Ley de Símbolos Patrios alzando el puño, no con un saludo respetuoso, cuando se entona el Himno Nacional. A la presidencia del Congreso va Naomi Santos Gómez, diputada por Minatitlán, de la confianza del maestro Esteban. Y a la coordinación de Comunicación Social, Silverio Quevedo Elox, columnista de Imagen de Veracruz y ex presidente de la Comisión Estatal para la Atención y Protección de Periodistas. Al final, el movimiento de Esaú Valencia es estratégico, de ajedrez. El maestro Esteban Bautista no deja la Junta de Coordinación Política y les quitó la Mesa Directiva del Congreso. Un ala de Morena, la de Gómez Cazarín y sus marranillos, perdió…

 

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