* El escándalo de Marko Cortés en Coahuila * Fregó el relanzamiento de campaña * El mensaje: oposición es corrupción * Diputado de Morena amenaza de muerte * Coatza, paraíso de la extorsión * Fraccionamiento San Martín: cuando un alcalde miente * Amado ofreció municipalizar y no cumplió
Xóchitl está frita. No requiere enemigos para perder. Le bastan Marko Cortés y Alito Moreno, o Vicente Fox, o los bribones que la usan para volver al poder, a robar y abusar.
Intenta salir del limbo electoral en que se metió –tres meses estancada, sin levantar en las encuestas, decepcionando a la masa– y llega Marko, abre la red, sube un documento y le dice a México que el PRIAN es la basura de siempre.
El show de Marko Cortés es devastador. Coahuila es la evidencia tangible que estos ladrones siguen siendo ladrones; que ahí no se negociaron candidaturas sino un botín político; que PRI y PAN se habían repartido el botín.
Pero el gobernador no cumplió. O le vio la cara de güey a Marko Cortés. Le negó al PAN la candidatura a la alcaldía de Torreón, que es la joya de la corona política en Coahuila, y la podredumbre comenzó a fluir.
PRI y PAN acordaron repartirse las candidaturas a diputados y alcaldías. Eso es normal. Pero al PAN, que no postuló candidato a gobernador, pero respaldó al priista Manolo Jiménez, le tocaría el Instituto de Transparencia local, subsecretarías, un cargo de magistrado, órganos de fiscalización, oficinas recaudadoras y hasta notarías. O sea, e l cofre del tesoro. Pero la alcaldía de Torreón fue el punto de quiebre.
Y la bomba estalló en las manos de Xóchitl Gálvez Ruiz.
Que el PAN vaya solo a la contienda del 2 de junio en Coahuila, es irrelevante. Que el PRI, PRD y el partido local Unidad Democrática de Coahuila conformen otra coalición y enfrenten a Morena y al PAN, no es tan costoso, así pierdan posiciones clave. El golpe letal es el cochinero que destapó Marko Cortés. Es el asalto a las instituciones para saquearlas. Es el uso de la democracia para acceder a cargos públicos donde reina la corrupción.
Y eso mata el discurso de Xóchitl Gálvez.
Y prende alarmas en un amplio sector del electorado que ve en el PRIAN la misma ambición y voracidad de Morena.
Y mueve a cuestionar si es Xóchitl Gálvez una opción de cambio o más de lo mismo.
Y peor: si acaso Xóchitl es cómplice por omisión de las trastadas de Marko Cortés; del líder nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, y las mafias que controlan a los dos partidos hegemónicos que la usan para treparse una vez más al poder.
Xóchitl está frita porque cuando relanza su campaña, reinventa su discurso, airea su imagen, replantea su imagen pública, gana la guerra de spots con señalamientos contundentes, fustigando al porro de la nación –Andrés Manuel López Obrador– y a la bastonera de cuerda, Claudia Sheinbaum Pardo, y habla mejor, y gesticula mejor, y se planta mejor, pero llega Marko Cortés y lanza el mensaje de que la oposición es corrupción.
Xóchitl Gálvez está pelada por las trapacerías que devoran al líder del PAN y por el pasado reciente de “Alito” Moreno, los audios con los que fue desnudado como el sátrapa que es, el que le roba al erario, embiste a sus adversarios, desprecia a los periodistas críticos –”mátalos de hambre, papá”– y traba acuerdos en lo oscurito con Morena.
Cada día, Xóchitl tiene menos con qué ganar y es rehén de un auténtico gang, capos políticos de voracidad desmedida, negociantes de lo público, la pandilla del PRIAN.
El PRIAN de hoy es el PRIAN de toda la vida. No ha cambiado. Roba, abusa, desfalca, usa el poder como negocio. Es el PRIAN corrupto. Es el PRIAN que sigue viendo a México como un botín.
Y Xóchitl Gálvez, la candidata de Fuerza y Corazón por México, el nombre de la coalición priista, rema en los rápidos de un río impetuoso, que la azota, la golpea, la sacude y la conduce a una cascada que presagia un final trágico.
Ya no hay quien retenga en la mente la idea de que Xóchitl proviene de la marginación y la pobreza, y que se superó, estudió, fundó su empresa, creó fundaciones de ayuda a los indígenas y comunidades en el desamparo y les llevó alimento. Ese choro ya acabó. Marko Cortés le arruinó el guión.
Se va fijando en la mente de aquellos que creyeron en la propuesta de la candidata que representa a la sociedad, a la Fuerza Rosa, que con Xóchitl volverán al poder los delincuentes de siempre.
Xóchitl carga con una banda integrada por auténticos ladrones. Son el lastre de su campaña. Son militantes del lado oscuro, los que le empañan la oferta política a la candidata de la oposición.
Marko Cortés detonó un escándalo de corrupción y fregó el relanzamiento de Xóchitl Gálvez. Jodió la estrategia para revertir las encuestas cuchareadas que le dan 20 puntos de ventaja a Sheinbaum.
Xóchitl Gálvez lanzó un discurso demoledor en su cierre de precampaña, en la Arena México, haciendo trizas al mesías macuspano, a su gobierno de cartón, a su falta de resultados, al desastre en seguridad, el millón de muertos por la violencia, la pandemia y el desabasto de medicamentos, el desastre social. Y cuestionó si la continuidad que ofrece Claudia Sheinbaum es el futuro que merecen los mexicanos. Pero lo que seguía en el ambiente era la corrupción de Marko Cortés.
A Marko Cortés es el “hampón e idiota” del que escribe Ricardo Raphael, en Milenio. Pero también hace énfasis en el rol que juega Xóchitl, si tiene poder para exigir su renuncia a la presidencia del PAN o si no pasa de un simple “encabronamiento”.
“Pues su enojo, sin otras implicaciones, sería considerado una irritación benévola y sobre todo cómplice”, apunta Ricardo Raphael.
Claudio Ochoa, en su columna Miocardio, en El Universal, condensa las reacciones de panistas de alto nivel ante la metida de pata de Marko Cortés al divulgar el acuerdo mafioso con el hoy gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, y su rabieta porque no le concedieron la candidatura de la alianza en Torreón.
“A Marko Cortés no le importa la presidencia y tampoco a muchos panistas que guardan silencio porque tienen miedo que los saquen de las listas de premios. Su interés va por delante”, le confían a Claudio Ochoa.
Y la reacción de Alito Moreno, contada por Claudio Ochoa, lo dice todo:
“¿Y esa no ha entendido que el carrito es nuestro?”.
Juan Ignacio Zavala, panista, autor de la columna Autonomía Relativa, en El Financiero, tácitamente exige la renuncia de Marko Cortés.
Y señala: el escándalo exhibe “corrupción, cinismo, ambición desmedida, estupidez, falta de escrúpulos y la carencia de una brújula moral. Todo eso representa el presidente del PAN”.
Xóchitl pudo terminar la precampaña con todo para remontar. Pero el escándalo la frenó. Lo podrá hacer cuando Marko Cortés sea relevado y “Alito” Moreno pase a último plano.
Eso le pasa por cargar con un PRIAN que regresa para robar.
ARCHIVO MUERTO
* Que no le toquen al gobernador porque el diputado San Román amenaza de muerte. El diputado panista Miguel Hermida Copado lo denuncia en la tribuna del Congreso de Veracruz; algo muy grande hay entre Cuitláhuac y el legislador morenista. https://bit.ly/3Hig9fd
* Coatzacoalcos, paraíso de la extorsión. Se comete el triple de extorsiones de las que ocurren en el resto del país, refiere el Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos 🔥 https://bit.ly/3O7xF9R
* Mantiene Amado Cruz en el olvido a los habitantes de San Martín y cree que los puede engañar. En campaña, en 2021, ofreció municipalizar el fraccionamiento; año y medio después los visita, pero exige que no haya protesta; lo recibirán con reclamos, quejas y mentadas. https://bit.ly/47AStxe
Fotos: Sin Embargo, Político MX