Instalaciones en mal estado e inspectores de Tesorería que pretendieron extorsionar a comerciantes
Guerra de baja intensidad, pero guerra al fin, entre Amado Cruz Malpica y Sandra Collins.
Muy empeñosa, la regidora segunda se echó a cuestas el evento de la Guelaguetza en Coatzacoalcos. Fue el motor de un evento municipal de alta relevancia. Movió a su gente. Convocó a expositores. Dio la cara.
Luego habría de escuchar el reclamo de aquellos que vieron los locales de la Expo Feria en el abandono, techos caídos, láminas desprendidas, espacios malolientes.
Avanzaban los días, las quejas aumentaban, Sandra Collins exigía una solución y el alcalde Amado Cruz Malpica dejaba que el caos reinara. Del abandono hay evidencia, fotografías y videos.
De la dejadez de Amado, hay constancia pública. Y una buena dosis de inquina.
A medio evento, les cayeron los inspectores de Tesorería y pretendieron extorsionar a comerciantes. De no ser por la intervención de los emprendedores, se habrían ido rayados. Terminaron corridos.
Amado Cruz no le metió un peso a la Guelaguetza pero sí se paró el cuello. Y eso lo sabe Rocío Nahle.
El feudo de la zacatecana cruje, y hace crisis, y se dan todos con todo y todos contra todos.
Sandra Collins, que llegó a la regiduría segunda con la bendición de la ex secretaria de Energía, Norma Rocío Nahle García, dejó siempre claro que no se debía al alcalde.
Su jefa política y madrina, es Nahle. Y cuanta torpeza comete Amado, cuanta corrupción aflora, los contratos en subasta en Obras Públicas en tiempos de Arturo Delgadillo y Onésimo Mendoza; cuanto abuso se le detecta a la esposa del presidente municipal, Esther Mortera Zetina; en la regiduría segunda no lo dejan pasar.
Y Amado Cruz, que no sabrá gobernar pero sí vengarse, se la cobra.
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