Le hace falta un escarmiento. Siete meses en prisión son muchos y no tanto. Muchos para el inocente; no tanto para el delincuente. Debiera sufrirlos Javier Duarte, sentir el abandono, el aislamiento, la impotencia, vivir el encierro, dejar que permee el miedo en la piel. Y así quedar. ¿Por cuánto? Siete meses y algo más.
Javier Duarte de Ochoa se merece eso y más, ser vapuleado, denostado por la sociedad, condenado moralmente por su infinita capacidad para el abuso, pues envió a prisión a la periodista María Josefina Gamboa Torales, siendo inocente, víctima de quienes aplican la ley.
![Maryjose Gamboa, libre.](https://mussiocardenas.com/wp-content/uploads/2015/03/maryjose-gamboa-libre-50x50.jpg)