Dos Bocas va… al precipicio

IA golpe de realidad, se pulveriza Dos Bocas, el sueño energético de Andrés Manuel, la apuesta por lo imposible, la necedad y la ceguera, la ausencia de razón. Un proyecto inviable, el de las gasolinas, que lo va a aniquilar.

Mal le amanece al régimen obradorista, el lunes 20. Se desploman los precios del petróleo y el barril mexicano se cotizó en menos 2.37 dólares por barril, arrastrado por la sobreproducción de crudo, la saturación de los espacios de almacenaje a nivel mundial y la baja demanda de combustible. Hay pandemia por coronavirus. Hay parálisis social, sana distancia. Y no se mueve el transporte. Y disminuye la demanda de gasolina.

Meses antes, Arabia Saudita y Rusia detonaron una guerra de precios y el alza de sus respectivas plataformas de producción, orillando a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, sus aliados y los países integrantes del Grupo de los 20 a un recorte.

Y ahí mostró López Obrador que si se trata de morder, muerde. Rocío Nahle, secretaria de Energía, atoró la resolución, empecinada en negarse al recorte de 400 mil barriles; únicamente ofreció dejar de producir 100 mil. Estados Unidos anunció que absorbería lo correspondiente a México. El presidente Donald Trump expresó que luego se le compensaría, sin aclarar cómo. Y 12 días después ni López Obrador ni Nahle han terminado de explicar qué pidió Trump a cambio del arreglo.

Ha sido esa la peor negociación en la historia de Pemex. Se firmó un cheque en blanco. Se pagará por un petróleo que ninguna compañía norteamericana ha extraído. Se pagará a precio que Estados  Unidos quiera porque el acuerdo fue a futuro cuando el mercado se normalice.

Aquello fue denigrante. Y los árabes, que Rocío Nahle dijo le aplaudieron cuando concluyó la reunión de la OPEP, actuaron acaparando el mercado de Asia, arrebatándole los clientes de México. Teóricamente el gobierno morenista perdió el 30 por ciento de sus ventas.

Pero lo del lunes 20 es peor. La caída del petróleo West Texas Intermediate, que sirve de referencia, arrastró a la mezcla mexicana, cotizándose en menos 2.37 dólares, su nivel más bajo históricamente.

Un día después llegó la recuperación, el repunte a 7.12 dólares en el precio por barril aún por debajo del costo de producción.

Pero el petróleo ya no es opción. Y Andrés Manuel no lo ve. Supone que se puede fincar el desarrollo en la fragilidad del petróleo. La estrategia energética de Andrés Manuel es vulnerable. El petróleo vale poco; las gasolinas no tienen futuro.

Y aún así, la refinería de Dos Bocas va. Contra todo, va. Contra los indicadores y la voz de los expertos, va.

Es el proyecto del tabasqueño para los tabasqueños, sea un derroche, un sueño inalcanzable, un elefante blanco en plena gestación.

Dos Bocas, para López Obrador, significa abastecer de gasolina al país, satisfacer la demanda interna, exportar excedentes… si es que a futuro hay quien aún use ese combustible.

Son las gasolinas un energético contaminante, energía sucia. La tendencia son los automóviles eléctricos, perfeccionados y ganando mercado, llevando páneles solares, lo que evita pérdida de tiempo en la recarga. Otros vehículos son híbridos, mitad a gasolina, mitad eléctricos.

Es la realidad mundial pero Andrés Manuel no la ve. O la ve y le vale. Su apuesta de campaña fue construir seis refinerías; luego expresó que sería la de Dos Bocas y su gobierno invertiría en rehabilitar las seis que se hallan en el territorio nacional: Salina Cruz, Salamanca, Ciudad Madero, Minatitlán, Tula y Cadereyta.

Son las energías limpias el futuro de la humanidad, pero López Obrador vive hacia el pasado. Su apuesta es por lo antiguo, lo rancio, lo obsoleto.

Dos Bocas es su obra cumbre, así produzca las gasolinas que nadie le va a comprar.

Voces diversas alertan al presidente del error, del costoso desatino que implica apostar por una energía que va quedando en desuso.

Pero AMLO no escucha. O escucha el canto de las sirenas, el elogio de los enanos y los bufones de la Cuarta Transformación. O el cuento mareador de la secretaria de Energía.

Jorge Fernández Menéndez, autor de Razones, en Excélsior, advierte el error:

“Seguimos con una política energética que no tiene sentido, gastando miles de millones de dólares en una refinería innecesaria cuando se están derrumbando los precios del crudo, ignorando las energías renovables, resucitando la ambición de monopolios estatales en el sector. Y la secretaria de Energía, Rocío Nahle, miente frente al propio Presidente respecto a su participación en las reuniones de la OPEP, sin comprender que en las redes sociales se puede comprobar con facilidad que lo que cuenta no es verdad.

“¿Nos mienten a todos nosotros o esos funcionarios le mienten también al propio Presidente?

“¡Quién sabe!, lo que es verdad es que ante este apabullador panorama no hay respuesta y la que hay, argumentando que somos ‘un ejemplo para el mundo’, es, simplemente, un extravío de la realidad”.

AMLO es obsesivo y necio. Ve la tormenta y va a su encuentro. Sabiendo que la producción de gasolinas pierde mercado, insiste en que Dos Bocas es a salvación. Primero, dice, abastecer el mercado interno; luego la exportación. Y el mundo no para de reír.

Dos Bocas representa una inversión oficial de 8 mil millones de dólares y un tiempo de construcción de cuatro años. Extraoficialmente se estima que habrá que destinarle 12 mil millones de dólares y arrancaría en seis años más, cuando el Mesías ya no ocupe la presidencia.

Dos Bocas, de origen, es fracaso. Se ubica en el municipio de Paraíso, a pie de costa, en el Golfo de México, a corta distancia de la terminal petrolera del mismo nombre que recibe crudo extraído de los pozos de la Sonda de Campeche. Se construye sobre terreno fangoso que ha complicado el relleno por la cantidad de arena absorbida y el daño a los equipos de transporte y compactación que constantemente sufren averías.

Su mercado es potencialmente nulo. Cuando concluya el período de construcción, la industria automotriz será predominantemente eléctrica.

Frente a la debacle petrolera, dice López Obrador que hay voltear la mirada hacia las energías renovables. Vaya contradicción. Hará unas semanas despotricaba contra los aerogeneradores de La Rumorosa, en Baja California, por afear la naturaleza, expresaba, por ser negocios de neoliberales, por subsidiar a las empresas privadas.

Andrés Manuel es político descontinuado. Sus ideas transpiran polvo viejo. Sus proyectos huelen a rancio. El de las gasolinas y el petróleo, es la volatilidad total. Un día valen poco y otro día nada, y son el puntal, así parezca una locura, de la Cuarta Transformación.

No termina de zarpar el barco y ya naufraga. De cuatro proyectos clave —Dos Bocas, Tren Maya, aeropuerto de Santa Lucía y Corredor Transoceánico— el más frágil es la refinería. 

Sin mercado a futuro, Dos Bocas es un pozo sin fondo. La crisis petrolera mundial, el tiempo que se extienda mientras la pandemia por coronavirus impacte las economías de cada país, el transporte parado, implican una oportunidad para cancelar su ejecución, redireccionar los recursos hacia proyectos productivos y paliar la crisis de la pandemia. Pero Andrés es Andrés. Y lo mantiene como puntal de su proyecto.

A golpe de realidad, Dos Bocas está pulverizado. Lo acabó la crisis petrolera, el desplome del precio del barril, el viraje del mercado hacia combustibles alternativos y amigables con la naturaleza.

Dos Bocas va… al precipicio.

Archivo muerto

Pemex cuenta ya con 167 trabajadores contagiados de coronavirus y de ellos 15 fallecieron. Es la versión oficial. Sábese también que los 180 obreros y técnicos de la plataforma Pool-Akal, en la Sonda de Campeche, fueron puestos en cuarentena luego que 10 tripulantes de la embarcación Blue Pioneer, que realiza traslado de personal, dieran positivo a Covid 19. Cuando concluye el período de trabajo, el Blue Pioneer se encarga de mover a los obreros y técnicos de las plataformas, en este caso de la Pool-Akal, a tierra. Según información de Agencia Alerta 2, se hallan en cuarentena 180 trabajadores petroleros, algunos de ellos con residencia en el sur de Veracruz… Con infraestructura precaria, un hospital improvisado, sin equipar para lo que se le diseñó, Coatzacoalcos enfrentará al coronavirus. La Jurisdicción XI atenderá a sospechosos de contagio provenientes de las jurisdicciones de Cosamaloapan y San Andrés Tuxtla. En palabras del diputado local Amado Cruz Malpica, un universo de 2 millones de personas. Si el 1 por ciento de ellos diera positivo, se requerirían 20 mil camas de hospital, personal médico, equipo de protección a médicos, enfermeras, capital humano, ventiladores para auxiliar en casos en que que dificultad para respirar es extrema. Veracruz se mantiene con 165 casos confirmados y 13 personas fallecidas, con una media de letalidad de 7.88, en el lugar 18 nacional. Oficialmente esas son las cifras. En hospitales trascienden otras cifras, múltiples casos de contagiados a los que se les mantiene en sus hogares por no acreditar síntomas suficientes y por ello no se les practican las pruebas clínicas. México es el país en que menos pruebas se aplican. Es la política de Andrés Manuel López Obrador, acatada a ciegas por el gobernador Cuitláhuac García… Gresca sangrienta, criminal, intramuros del penal Duport Ostión. Gresca y una historia de corrupción, enredos con el Cártel Jalisco Nueva Generación, y tres reos que al correr las horas terminarían sin vida. La muerte les llegó de la mano de la Cuarta Transformación. Fue el clímax de un negocio inconfesable, el autogobierno consentido de los antiguos directivos del penal Duport que se entendieron de maravilla con el CJNG. Uno de ellos, Enrique A. T., terminó baleado, herido cuando se hallaba en la tienda Oxxo ubicada frente al reclusorio. Lo encararon los sicarios y soltaron la metralla, que sólo lo hirió. Se le trasladó a Xalapa y ya no volvió. Lo relevó Jorge Luis Cruz Naranjo, ex custodio, impreparado, amigo de quien no debía y le dio las llaves del reino a una partida de reos ligados o integrantes del CJNG. Al nuevo titular de Duport Ostión, Héctor Morales Sobrevilla, le estalló el escándalo. Los grupos rivales, los que sufrieron vejaciones y abusos, se rebelaron el 14 de abril. Oficialmente no hubo heridos graves. Sin embargo, Pedro Yépez murió cuando se le trasladaba al Hospital Comunitario. Presentaba múltiples cortes, heridas en el cuerpo. Pero la versión oficial fue “suicidio”. Otro reo, Víctor Pestaña, célebre por el crimen de un niño, sufrió un “derrame cerebral” cuando era trasladado a Pacho Viejo, en Coatepec, como parte de una cuerda. Una fuente afirma que “lo picaron” en el trayecto. Y tras bambalinas, el secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, y el secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, zares de un negocio descomunal y criminal: los reclusorios de Veracruz. Apenas un esbozo de lo que pronto se sabrá… Yazmín, la síndica, también se acaba de titular. Es licenciada en Educación por la Universidad Pedagógica Nacional, campus Coatzacoalcos, con cédula número 11793226. Su título fue expedido en 2019 y así quedó inscrita en el Registro Nacional de Profesionistas. Sus detractores —el alcalde Víctor Manuel Carranza Rosaldo y le susodicho director jurídico municipal, Agustín Jiménez Hernández, el embustero que a diario engaña a los regidores— la acusan de ostentarse como “licenciada” sin serlo. De 2019 a la fecha sí lo es; antes, no. Habría que ver cuántos documentos suscribió Yazmín Martínez Irigoyen como síndica municipal, usando el clásico “Licenciada”. Los hay, entre ellos contratos que datan de 2018… ¿Quién es ese notario con ínfulas de ilusionista, que de buenas a primera se inventó una manzana —una veintena de lotes— y la escrituró a una inmobiliaria para darle viso de legalidad a un fraude descomunal? Pista: ocurrió en un municipio del sur pero muy al sur…

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www.mussiocardenas.com

Fotos: DW, La Silla Rota

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