Cisne Silva: el PRI encubre a los suyos

* César Camacho tambalea el desafuero  * Por “deficiencia de la Fiscalía”, dice  * Le refuta diputado del PRD  * Xóchitl, vinculada a proceso  * Otro tanto y la traen en bikini  * Eva Cadena: los retratos hablados  * Políticos y empresarios en otra lista de zetas  * El H y el arraigo  * El abogado que escondió la coca

No vale un centavo El Cisne. Y menos con el estigma de la corrupción y el saqueo, los alardes del pedante por el que sólo se puede sentir desdén y repudio, su mano en las arcas públicas, en las empresas fantasma y el abuso de poder. Y aún así, lo encubre el PRI.

Punto para Alberto Silva Ramos, El Pato de Tuxpan —o el Cisne—, que tiene en César Camacho Quiroz, su líder cameral, un aliado sin par, el que advierte que el desafuero del vocero de Javier Duarte no va.

“Ese asunto ha quedado sin efecto, justamente por la deficiencia de la Fiscalía de Veracruz”, acusa este priista de torpezas y dislates únicos en el albazo de San Lázaro que de entrada provoca irritación.

Para eso, y sólo para eso, sirve César Camacho, líder del PRI en la Cámara de Diputados, intendente de la impunidad, tapando los desechos y la pestilencia del priismo duartista —al menos cinco legisladores con denuncia encima— que con el fuero de diputado logran evadir la ley.

Para eso está ahí el ex gobernador del Estado de México, hijo del Grupo Atlacomulco, de Chuayffet y Peña Nieto, que ve por la suerte de la pandilla de Javier Duarte, los Tarek y los Silva, los que enfrentan la acción de la Fiscalía de Veracruz tras el escándalo de corrupción que tiene al gordobés en prisión y sujeto a juicio.

Su argumento, de arranque, es así de concreto: “Este asunto ha quedado sin efecto”.

Y le imputa la culpa a la Fiscalía del joven abogado Jorge Winckler, el minifiscal del yunismo que con el caso Tarek Abdalá Saad mordió el polvo ya, ya, ya.

Engreído y borrachín, intragable como es, Silva Ramos enfrenta un juicio de desafuero para encarar las denuncias que le enderezó la Fiscalía de Veracruz, la epopeya del saqueo en la Coordinación de Comunicación Social, una tanda de millones para pagar publicidad a medios propiedad de la pandilla duartista o untando la mano de industriales del periodismo que cobraron con creces la lisonja y el aplauso, el silencio y la complicidad.

Tan sucio como Javier Duarte, el Cisne pasó por la Sedesol estatal y ahí ordenó pago a empresas fantasma, proveedoras de las que no hay rastro de lo que le hayan suministrado al gobierno. Y luego se las llevó a la Coordinación de Comunicación Social, donde siguió el saqueo. Y osa decir que lo de las denuncias sólo son ganas yunistas de joder.

Su desafuero se tramitó el 14 de julio. Ese día la Secretaría General de la Cámara de Diputados recibió la solicitud de la Fiscalía de Veracruz para proceder contra él. Se exige retirar la inmunidad. Se pide dejarlo en manos de la justicia.

Se le imputan por lo menos de tres delitos: abuso de autoridad, incumplimiento de un deber legal y coalición de servidores públicos.

“Entre otras acciones se les acusa de ordenar pagos a medios de comunicación y no reportar los gastos al Congreso del estado, de un total de mil 567 millones, 771 mil 359 pesos, por lo que se desviaron recursos públicos para los cuales no existía presupuesto ni suficiencia presupuestal”, cita un comunicado la Fiscalía General del Estado.

Pero Camacho Quiroz, y Peña Nieto, y Osorio Chong, quieren ver a su estirpe libre y a salvo, el priismo corrupto inoculado contra la vacuna de la justicia.

Camacho, en ese punto, tiene el refuerzo de otro priista, Ricardo Ramírez, presidente de la Sección Instructora donde se ventilan los juicios de desafuero. Y Ricardo Ramírez es igual de gandalla. Advierte que las carpetas integradas por la Fiscalía de Jorge Winckler presentan inconsistencias.

“La carpeta jurídicamente no está estable —señaló—. Además, el propio fiscal de Veracruz, hizo público que invitó al diputado Silva a comparecer para que revise la información de la demanda, debido a que hay inconsistencias”.

Con esa treta van salvando al Pato de Tuxpan. Le atañen torpeza a Winckler y mantienen a Silva Ramos en una burbuja de impunidad.

Lo dicho este jueves 3 por César Camacho y Ricardo Ramírez fue refutado por el diputado del Partido de la Revolución Democrática, Omar Ortega. Quién puede exculpar si la Sección Instructora no ha sesionado aún. Y se desecharía sólo si la Fiscalía General de Veracruz se desiste.

“La información que yo tengo es que el próximo martes sesiona la Sección para atender el caso de Silva Ramos. Esa manifestación (de César Camacho) es un error, porque aún cuando las carpetas estén incompletas, la solicitud llegó a la Secretaría General de la Cámara y se debe atender”, agregó.

Otro diputado federal, del PAN, también integrante de la Sección Instructora, Juan Pablo Piña, acusa que no hay motivo para no desahogar el tema del desafuero del Cisne. Pero la mayoría priista tiene la encomienda de encubrir.

Pinta mal el caso Silva. Va por el mismo camino que el juicio de desafuero seguido a Antonio Tarek Abdalá Saad, ex tesorero de Javier Duarte, acusado de malversar 23 mil millones de pesos, de desviar recursos hacia una cuenta concentradora para evitar su fiscalización y de arrebatar recursos de origen federal a dependencias del gobierno duartista.

Y sigue impune.

El 27 de abril, la Sección Instructora de la Cámara de Diputados desechó el juicio contra Tarek Abdalá. Arguyó que había un juicio de amparo sin resolver y que por ello no procedía retirar la inmunidad.

Del caso, el portal Animal Político refirió:

“Los diputados del PRI que integran esta sección decidieron no presentar ni siquiera el dictamen de desafuero para que se votara, con el argumento de que no había condiciones.

“De esta forma, Tarek Abdalá conserva su fuero y no podrá ser detenido por la Fiscalía de Veracruz, que lo acusa de desviar fondos públicos por un monto de 23 mil 156 millones de pesos.

“No es procedente emitir dictamen en ningún sentido, y por eso propongo aplazarlo”, decía Ricardo Ramírez.

Le imputó a Jorge Winckler la carga del caso. “Obstruyó la acción de la justicia, al ocultar y distorsionar la información que tenía sobre un amparo que protegía al diputado Antonio Tarek Abdala de la acción de la justicia”.

Y justificó:

“Dicho ‘desorden judicial’ genera ‘condiciones no favorables a la emisión de un dictamen en ningún sentido por parte de este órgano jurisdiccional del Poder Legislativo’ ”.

Así se le fue Tarek Abdalá al fiscal Winckler.

Así se le está yendo ahora el Cisne Silva.

Así salva el PRI a los suyos.

Lacra de uña filosa el ex alcalde de Tuxpan, donde dejara una deuda descomunal, un conflicto con el IMSS, bombazos en el parque central, el tufo a complicidad con el narcoempresario Francisco Colorado Cessa, sentenciado a 20 años de prisión en Texas por lavarle dinero a Los Zetas, a los hermanos Treviño Morales, o auspiciar la exhibición de la playmate paraguaya Larissa Riquelme, convertida en promotora de carnaval.

No vale un gramo en cobre Alberto Silva, madreador de periodistas, que se ensañó con Jorge Manrique, y que sus golpeadores en el penal de Tuxpan mantuvieron en el infierno a Maryjose Gamboa, comunicadora y diputada del PAN.

Insolente y patán, enfrenta denuncias por el saqueo a las arcas de Veracruz, codo con codo con Javier Duarte, siendo vocero pero, sobre todo, su manipulador y empinador.

Su vida es un lastre. Su paso por el gobierno, un ejemplo de corrupción. Sus manos en el escándalo de las empresas fantasma, en el pago que consintió, en la trama que inició cuando mandaba en Sedesol estatal y que culminó en la Coordinación de Comunicación.

Sólo César Camacho, Peña Nieto, Enrique Ochoa, el líder nacional del PRI, van por salvar su fama, la del cómplice que ayudó a Javier Duarte a destrozar las finanzas de Veracruz.

Así encubre el PRI a los suyos.

Archivo muerto

Ropa de playa, casi en bikini, cubría la piel de Xóchitl Tress. Así la apañó la Policía Ministerial en Puerto Vallarta, a las puertas de un fraccionamiento de lujo, en los límites de Jalisco y Nayarit. En ropa menuda se le tomó declaración, allá en el Pacífico. Así se le trajo a Veracruz. Algo de saña yunista hubo ahí, quizá la de la venganza porque Xóchitl Tress, antes, durante o después de contender por la alcaldía de San Juan Evangelista, en 2013, rompió con los Yunes azules y se entregó a la causa de Javier Duarte. Ya es reclusa oficial, con dos años en prisión preventiva y medio año más para la aportación de pruebas. Este jueves 3, un juez la confinó. Sigue en el imaginario colectivo el estupor. A Xóchitl Tress la embiste el aparato judicial con más severidad que a los secuaces de Javier Duarte que serían culpables del desvío de cantidades mucho mayores… No sólo son los videos, que por su origen son prueba ilícita. Eva Cadena Sandoval invoca otra evidencia con la que los cargos en su contra se van cayendo: los retratos hablados de quienes participaron en la entrega de recursos para Morena, que debían llegar a Andrés Manuel López Obrador. En ellos acredita la ex diputada por el distrito Coatzacoalcos Rural la identidad de quienes consumaron la celada, vinculados al diputado local Amado Cruz Malpica, coordinador de Morena en el Congreso de Veracruz. Sábese además que la identidad de por lo menos dos personajes clave está totalmente demostrada, con nombre y apellido, y sus ligas con el grupo morenista que arribará al próximo ayuntamiento de Coatzacoalcos son inobjetables. Sin mayor ruido, Eva Cadena destroza el argumento yunista y morenista con el que casi la llevan a prisión… Esa lista quema. Y la otra peor. En aquella están “El Lolo”, el “Pela Papas”, el “Tatuado” y advierten que van por el “Cuper”. Son los nombres del último narcomensaje, una cartulina naranja y en ella la sentencia de muerte. Hay otra lista y esa alude a políticos y empresarios del sur y de otros rincones de Veracruz, los que solían posar la foto con los malos y los que terminaron lavando los millones que les hacían llegar. Esa lista, cuando se cumpla su contenido, escandalizará… Se agota el tiempo y el H vuela rumbo a la impunidad. Hará un mes Hernán Martínez Zavaleta cayó junto con dos matones, en Cárdenas, Tabasco, cuando huía de la ley. Aquel 29 de junio, el H se enfrió. Y voló a la Ciudad de México, bajo resguardo de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO). Ahí le dictaron el arraigo, imputándole la autoría intelectual de la masacre de los niños, los cuatro menores ultimados hasta con tiro de gracia, su madre Martidiana y su padre Clemente, el taxista y marino al que el gobierno yunista vincula con la ejecución del “Berna”, Bernardo Cruz Mota, lugarteniente del Comandante H. Habría ordenado el H a uno de sus sicarios, Alaín López Sánchez, alias “La Liebre”, la masacre de los niños, pero el matón no aparece y, peor, se presume que ya no habita entre nosotros, que fue ejecutado y desaparecido. Sería “La Liebre” el testigo de cargo y su voz, letal contra Hernán Martínez, el jefe regional zeta. Pero si no aparece, tácitamente se cae el Caso H. En breve concluirá el período de arraigo y habrá que ver con qué elementos de prueba lo puede retener y consignar la SEIDO. Una pifia ahí y el gobernador Miguel Ángel Yunes entrará en zona de crisis… ¿Quién es ese empleado de juzgado federal al que hará unos años le hallaron un “queso” —paquete de coca— en su escritorio y no en el área de resguardo para sustancias prohibidas? Pista 1: lejos de llevarlo a juicio, sólo le aplicaron un castigo de seis meses. Pista 2: a su jefe lo degradaron, simularon haberlo inhabilitado de por vida y lo jubilaron. Justicia pervertida…

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www.mussiocardenas.com

Foto: Libertad Bajo Palabra

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