Tarek Abdalá: del DIF con Rosa Borunda a narcodiputado

* Reforma sacude al PRI  * Jefe de plaza habría operado su campaña  * ¿Hacia una narcoelección?  * Pepe Yunes: la inseguridad puede castigar  * Tonatiuh: riesgo en la conurbación   *Tres semanas y los jóvenes no aparecen  * Bien pelado el PRD en Coatza Urbano y Rural  * Marcelo, a salvar a su pupilo Víctor

Algo llama a Tarek Abdalá al bajo mundo. Y no por algo menor, implicado ahora con un jefe de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación, presunto operador de su campaña, acarreador de votantes, financiero el día de la elección. Así pues, pasó a ser mediáticamente el narcodiputado por Cosamaloapan.

Sacude Reforma al PRI, a los priistas, a las estructuras fidelistas y duartistas, y a Veracruz, pues son conocidas de sobra las mañas del ex tesorero del gobierno estatal pero era inimaginable que para llegar a San Lázaro hubiera tenido que valerse del apoyo de los emisarios del crimen organizado.

Lo liga con el empresario Francisco Navarrete Serna, detenido por la Gendarmería Nacional, el 21 de enero, aunque la versión de los familiares es que fue la Fuerza Civil de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz la que lo aprehendió y luego incurrió en un montaje para matizar la violación al debido proceso.

Refiere Reforma que “según testimonios… el presunto narcotraficante (Navarrete), apoyó en el traslado de personas a mítines; la entrega de playeras, tortas y cervezas, y en garantizar que el sufragio en la urna fuera para Abdalá en 2015”.

Tarek Abdalá aparece en una fotografía con Francisco Navarrete Serna, supuesto jefe de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación.

A Navarrete se le imputa la desaparición de los cinco jóvenes levantados por la policía estatal en Tierra Blanca cuando se dirigían de Veracruz a Playa Vicente, su lugar de origen, el 11 de enero.

Una vez en las manos criminales de la policía, fueron entregados a un grupo delincuencial, el Cártel Jalisco Nueva Generación, y de entonces a la fecha nada se sabe de ellos.

Ahora el escándalo revienta en Cosamaloapan, el distrito de Antonio Tarek Abdalá Saad, fidelista en sus inicios, a las órdenes de Rosa Borunda, esposa del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, en el DIF estatal, y en el duartismo donde ocupó la tesorería de la Secretaría de Finanzas y Planeación.

Santo, por supuesto, no es. Sobre Tarek Abdalá pesan denuncias de la Auditoría Superior de la Federación que lo implican en la malversación de más de mil millones de pesos, recursos provenientes del gobierno federal, presuntamente aplicados pero sin demostrar dónde y por qué, sin solventar las inconsistencias y la normatividad.

“De acuerdo con los testimonios en Tierra Blanca —agrega Reforma—, el presunto capo (Navarrete, no Tarek), de 54 años, contaba con el apoyo gubernamental, en especial, de la Policía de Veracruz. A Navarrete se le identifica como uno de los principales operadores del PRI en Tierra Blanca y en todos los casos apoyó a sus candidatos”.

Dice el reportero Benito Jiménez, asignado por Reforma para cubrir temas relativos a Veracruz, que Navarrete Serna “es mencionado en el poblado (Tierra Blanca) como colaborador en ‘tareas de limpieza’, es decir, en señalar a presuntos delincuentes que operaban en el municipio para que fueran detenidos”.

Sostiene Reforma que Navarrete Serna, en la campaña de Tarek Abdalá “apoyó en el traslado de personas a mítines; la entrega de playeras, tortas y cervezas, y en garantizar que el sufragio en la urna fuera para Abdalá en 2015”.

Asegura Reforma que de acuerdo con testimonios obtenidos en Tierra Blanca, “el presunto capo, de 54 años, contaba con el apoyo gubernamental, en especial, de la Policía de Veracruz”. Y agrega: “A Navarrete se le identifica como uno de los principales operadores del PRI en Tierra Blanca y en todos los casos apoyó a sus candidatos”.

Cita que en 2013 Navarrete Serna apoyó a su cuñado Obet García Díaz, quien aspiraba a ser alcalde de Tierra Blanca. “Era el encargado de otorgar las facilidades para los candidatos del PRI y del PVEM”.

Dice que en la elección de Obet García, su cuñado, “acompañado de un grupo armado, Navarrete robó varias urnas para favorecer a su candidato, que a la postre perdió”.

Con Tarek Abdalá fue diferente. En 2015 fueron otras las condiciones electorales y el ex funcionario de Rosa Borunda y ex tesorero de Javier Duarte arrasó en la elección federal.

“Navarrete lo apoyó para juntar gente, en la entrega de playeras, tortas y cervezas, y por supuesto, en garantizar que el sufragio en la urna fuera para el priista”, dice Reforma.

Mal día para el joven diputado federal, el señor de Cosamaloapan y la cuenca del Papaloapan, donde surca las aguas el yate extremadamente lujoso de Javier Duarte y donde los pescadores refieren que ahí, hasta donde la vista llegue, “es del señor Tarek”.

Horas después, Tarek aclaró, desmintió, tratando de desvirtuar el golpe y negó que tuviera relación con Navarrete. Pero lo hizo con un mensaje en la red social Twitter.

“En relación con la persona que publica hoy Reforma, no lo conozco ni tengo vínculo alguno. Durante mi campaña me tomé miles de fotos”, escribió.

Casi una hora después, envió otro tuit: “Lamentable que Reforma base su nota en una débil investigación; niego cualquier vínculo con el ‘repartidor de cervezas’ a que se refieren”.

Luego diría: “Ese tipo de acusaciones no sólo me afectan a mí sino también afectan al distrito. Creo que es importante dejar en claro que yo no tengo absolutamente nada que ver con este personaje, no tengo vínculo alguno y él no tuvo nada que ver con mi campaña y lo importante, tiene que quedar muy en claro, yo quiero dar un buen nombre a mis hijos y creo que con situaciones como estas, donde con mentiras están intentando difamarme, son totalmente muy mal recibidas de mi parte”.

Nada convincente el diputado federal, un rato después sintió el embate de legisladores panistas, encabezados por el senador Fernando Yunes Márquez, hijo del cuasi candidato de la alianza PAN-PRD al gobierno de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, quien promete enviar a prisión a Fidel, Duarte y su pandilla, en lugar preferente Tarek Abdalá.

“Este caso de Veracruz —señaló Yunes Márquez— está claramente comprobado: el cuñado de Francisco Navarrete Serna, detenido como lugarteniente del Cártel de Jalisco Nueva Generación, fue el candidato a presidente municipal del PRI en Tierra Blanca, apenas en el año 2013, y esta misma persona es quien el propio gobernador Javier Duarte, la semana pasada, da como presunto responsable de los cinco desaparecidos en Tierra Blanca, y es quien hoy queda plenamente confirmado que fue uno de los coordinadores y quien financió y ayudó a la movilización de la campaña del candidato a diputado Tarek Abdalá”.

El coordinador de los diputados panistas, Marko Cortés Mendoza, instó al líder nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, a informar “qué tipo de vínculo hay en Veracruz con sus sus operadores políticos, con sus candidatos con la delincuencia organizada”.

Y abundó:

“Nosotros solicitamos que el presidente nacional del PRI nos informe qué es lo que está pasando en Veracruz, ¿acaso se está preparando una narcoelección?, y también queremos exigir que el diputado federal priísta vaya ante las autoridades”.

Otro diputado del PAN, Fernando Herrera Ávila, expresó que Tarek Abdalá “debe responder por las acusaciones que lo vinculan con narcotraficantes” y exigió a Javier Duarte de convertir a Veracruz en el “reino de la impunidad”.

Y remató: Tarek Abdalá está vinculado con una red de extorsión de empresas locales.

Respondió Tarek Abdalá a Reforma, vía su derecho de réplica. Dice que la nota es irresponsable, que son falsas las imputaciones, que niega cualquier vínculo con persona o grupo delictivo, que su prestigio está a la vista de todos y que pone a disposición de la autoridad toda información que requiera en caso de existir alguna indagatoria.

Sólo contra el mundo, el ex funcionario de confianza de Rosa Borunda, el señor de los dineros de Javier Duarte, lo único que ve es que nadie mueve un dedo por él. Quizá sientan los duartistas y fidelistas que si algo hubiera a todos los alcanzaría el fuego.

Y algo hay. Cesar Camacho Quiroz, líder de la mayoría priista en la Cámara de Diputados, señalaba que no habría defensa de Tarek Abdalá.

“El Partido Revolucionario Institucional (PRI) no meterá las manos al fuego por el diputado federal Antonio Tarek Abdalá Saad, señalado de tener presuntos vínculos con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). El PRI es un partido político. Las personas somos responsables de nuestros propios actos”, dijo Camacho Quiroz.

“Si hay alguna investigación que siga, que se profundice, que se haga con absoluto sentido de la responsabilidad. Y cada quien, porque las conductas penales son personales e intransferibles, afrontará las consecuencias. Por ahora lo que hay es una fotografía”, remató.

Qué lío. Alto como es, Tarek Abdalá es llamado hacia el bajo mundo. Si no lo acusan de desvío de miles de millones de pesos del erario, lo implican con un jefe narco, operador, coordinador, mecenas, “repartidor de cervezas” en campaña, como llamó a Navarrete.

Tiro mortal. Ha de saber que el agravio tiene su precio. Sus palabras son un desenfreno, un auténtico suicidio.

¿Qué habrá dicho Navarrete en SEIDO? ¿Qué habrá dicho de Tarek y de Javier Duarte?

Archivo muerto

Si no es Pepe Yunes, es Tonatiuh Pola. Uno y otro ven riesgo de derrota, el PRI en la lona, ya sea por la inseguridad o porque en la conurbación Veracruz-Boca del Río nomás el panismo es casi invencible. Refiere el senador originario de Perote: “El proceso electoral es una oportunidad para premiar o castigar resultados de gobierno, lo relevante de los datos como lo ha señalado Héctor Yunes, quien es nuestro candidato y se ratificará el 13 de marzo, sin dudas es el de dejar en claro que es una expresión distinta dentro del PRI”. Sí y no. Es una “expresión distinta” al duartismo, pero de palabra, intentando deslindarse del lodazal que representa el gordobés y antes el fidelismo. Y es también una falacia porque si algo hizo el hoy candidato del PRI al microgobierno de Veracruz, o sea Héctor Yunes, fue sumirse en el silencio y, peor aún, salir en defensa de Fidel Herrera Beltrán y de Javier Duarte de Ochoa, cuando el saqueo, la violencia de los cárteles, la corrupción policíaca, la sangre de los inocentes, la desaparición de veracruzanos estaba en todo su esplendor. Parafraseando a Pepe Yunes, la violencia que agravia a Veracruz será factor determinante en la elección del 5 de junio. Eso que ni qué. Tonatiuh Pola atisba el riesgo de un descalabro priista en los distritos de Veracruz y el de Boca del Río, ahí donde perdieron Miguel Alemán y Javier Duarte, ahí donde Anilú Ingram y Carolina Gudiño sucumbieron ante el PAN, ahí en el feudo de los Yunes azules y Julen Rementería. O sea que ahí ya valió el PRI… Tres semanas ya. Tres semanas desde aquel 11 de enero en que un grupo policíaco levantó a los cinco jóvenes de Playa Vicente en su paso por Tierra Blanca y luego los puso en manos del crimen organizado, del Cártel Jalisco Nueva Generación, al que el fiscal “Culín”, alias Luis Ángel Bravo Contreras, se negaba siquiera a mencionar hasta que ocurrió la aprehensión de Francisco Navarrete Serna, presunto jefe de plaza del CJNG, junto con su hijo y un amigo, y a quienes Javier Duarte llama criminales sin que un juez lo haya determinado aún. ¿Pues de qué tamaño es el enredo, señor fiscal, como para no invocar el nombre del Cártel Jalisco? 22 días de angustia para sus padres y hermanos, sus amigos y Veracruz entero, porque se trata de muchachos de buena estirpe, sin tacha, sin dar de qué hablar, sin conflicto con nadie, estudiosos y trabajadores. Tres semanas y nada, mientras los padres denuncian que la policía de Veracruz secuestra y es la que puso a sus hijos en manos del crimen organizado. Eso es desaparición forzada. Y por eso conminan a Enrique Peña Nieto a actuar… Famélica, la caballada del PRD para los distritos Coatzacoalcos Urbano y Rural en nada inquieta al PRI. De mediano nivel, ínfimo el perfil, los aspirantes a la candidatura a diputado local no tienen con qué ganar la contienda. Balconean para el Coatza Urbano a Armando Rotter Maldonado, mal visto por perredistas y panistas; a Victoria Rasgado, mal vista por la mitad de los periodistas de Coatzacoalcos y en su haber una derrota cuando quiso ser alcaldesa de Moloacán; Homero Gutiérrez Melchor, abogado sin trayectoria política; José Alberto Pavón David, de buena gestión cuando digirió CMAS y hasta dinero en caja dejó, pero alejado de las lides partidistas, y Gabriela Sosa, de la cuadra del ex regidor Alejandro Wong Ramos, cuyo historial es garantía de derrota. En el Coatza Rural es lo mismo: lo menos peor es Jesús Martínez Monroy, el dueño de las regidurías del PRD en Agua Dulce con amplios vínculos con el priismo, y Mayra Gutiérrez, agente municipal de Mundo Nuevo, aplaudidora de Marcos Theurel cuando lo ungieron candidato del PRI a la alcaldía de Coatzacoalcos quien terminó su gestión entre arrebatos, locuras, sobregiros, endeudamiento, obras para los amigos, los empleados y los prestanombres, y un saqueo descomunal. Si con eso piensa el PRD enfrentar la contienda, que se dé por muerto Miguel Ángel Yunes Linares en los dos distritos del sur… Cargadísimo, deja Marcelo Montiel Montiel la delegación de la Sedesol federal en Veracruz. Se consumó este lunes 1 el relevo, sustituido por Anilú Ingram —del Carnaval al Congreso y de ahí a Sedesol—, sobre quien pesará el uso y abuso de los programas sociales para mover el voto duro del PRI y a quien, en consecuencia, le habrá de reventar el conflicto poselectoral porque disponer de recursos públicos para inflar la votación de Héctor Yunes, siempre implica la posibilidad de pagar los platos rotos e ir a prisión. Para eso está ahí Anilú. Marcelo Montiel se concentrará en Coatzacoalcos, tratando de salvar la campaña de su pupilo Víctor Rodríguez, su brazo derecho, que contenderá por la diputación local en el distrito urbano, a quien no quieren ni en su casa, pues hacer la chamba sucia siempre tiene su costo. Vuelve Marcelo a lo único que hace bien: robarse las elecciones, engatusar a los incautos, venderle espejitos a los ignorantes y ofrecer que la tierra prometida es de todos pero el botín es suyo. A cambio de la diputación local, Héctor Yunes tendrá votos para enfrentar el repudio popular. Habrá que ver si los electores prefieren caer en los embustes de Marcelo o sopesar que mientras la violencia propiciada por el PRI enluta familias, le roba la tranquilidad a la sociedad, genera un estado de psicosis y aleja inversión, al capo del marcelismo cada vez le ha ido mejor. O sea, saqueo, te engaño, te endulzo, me enriquezco y regreso a ver qué jodido estás. De risa…

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