* Lo condenan por segunda vez en Estados Unidos * Lavador de los Zetas * Financiando la campaña de Javier Duarte * Denuncias contra Samuel y Bringas * Verónica también cobra * Samyra a juzgados federales * Silviano y Peralta: cobros ilegales * Escuelas de Excelencia: los supervisores se agandallan
Oficialmente, y por segunda vez, Pancho Colorado es narco. Y cómo no. Se lo imputa la justicia de Estados Unidos, nuevamente enjuiciado y nuevamente hallado culpable de adquirir caballos de carreras para los Zetas, lavador, pues, de dinero de la droga.
Condenado en Austin, Texas, la sentencia arrastra a su empresa ADT Petroservicios, a su operador y apoderado, Francisco Silva Ramos; a su hermano, el Pato de Tuxpan, Alberto Silva Ramos, líder misógino del PRI en Veracruz, y al gobernador Javier Duarte, cuya campaña, en 2010, se nutrió de recursos de origen ilícito, entre ellos los de Francisco “Pancho” Colorado Cessa.
Llega la sentencia con precisión milimétrica, nada al azar, cuando el gobernador de Veracruz, hecho bolas, como siempre, maniobra para evitar que la sucesión se le pulverice entre los dedos, que el PRI pase de la fisura a la fractura, que la necedad por imponer a los miembros de su pandilla en la candidatura provoque la salida de los Yunes rojos y eventualmente traben una alianza de bajo perfil con los Yunes azules.
Detona el fallo contra Pancho Colorado y deja constancia que la de Javier Duarte fue una narcocampaña, tal como lo denunciaba el entonces candidato del PAN, Miguel Ángel Yunes Linares, con un suministro de recursos que provenían de la oscuridad y, peor aún, de personajes vinculados a cárteles para el trasiego de droga.
Viernes 11. Viernes negro. Hablan los tribunales. Es día de sentencia y la de Pancho Colorado es demoledora. Lo halla culpable el jurado de la Corte Federal de Travis, en Austin, Texas, por “conspiración para cometer lavado de dinero” al adquirir más de 400 caballos cuarto de milla, y así ayudar a blanquear el dinero del líder de los Zetas, Miguel Ángel Treviño Morales, hoy preso.
Según los alegatos de la Fiscalía Federal norteamericana, las operaciones se realizaban con fondos de ADT Petroservicios, la empresa a la que Pemex y el gobierno federal otorgaron más de 2 mil millones de pesos y el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán benefició con más de 20 contratos de obra y con la venta a precio de regalo de un predio de más de 6 hectáreas en la reserva territorial de Coatzacoalcos, a un costado de Los Almendros —fideicomiso F/50101-3 de Banorte—, que estando en prisión extinguió, vía una maniobra legaloide.
Pancho Colorado mismo admitió que la compra de caballos se realizaba con dinero de ADT Petroservicios, pero sostiene que no es dinero ilegal, que es producto de su trabajo, que está manifestado en declaraciones fiscales. Ajá.
En prisión se vive del silencio o se muere por hablar. Sentenciado por vez primera en septiembre de 2013, Pancho Colorado desbordaba optimismo cuando el periodista Ciro Gómez Leyva lo abordó para Milenio Diario. Decía que con la apelación concedida en un tribunal de Nueva Orleans, que derrumbaba la sentencia de 20 años que le había impuesto un juez, lograría demostrar que todo era una infamia. Pero se fue de la lengua.
Ese día reveló que a Javier Duarte lo había apoyado en campaña, “como muchos otros empresarios”. Y lo expresó como si aquello no fuera un delito electoral.
Era la revelación de un narco, categorizado así por la Oficina de Bienes Extranjeros del Tesoro (OFAC por sus siglas en inglés), incluido para entonces en la Ley de Cabecillas del Narcotráfico Extranjero.
Una primera sentencia lo condenaba a 20 años de prisión pero con la apelación la dejó sin efecto. Tenía encima otro cargo por intento de soborno a un juez, implicado su hijo y un contador público, a los cuales les sería revocada la sentencia después.
Lo que decía a Ciro Gómez Leyva es explosivo. Evidenciaba que “mucho otros empresarios” habían aportado recursos a la campaña del candidato del PRI al gobierno de Veracruz, en 2010. Sí, pero no todos tenían la condición de lavadores de dinero del Cártel de los Zetas como Pancho Colorado.
Luego diría que no era así. Ya publicado, reculó. A Javier Duarte le dio su voto, dijo en un intento de reparar su error. Y entonces enfiló el revire contra Yunes Linares. Decía que él sí le pidió dinero, pero no le dio nada. Y acusó al panista de ser el cerebro que urdió la acusación que lo tiene en prisión.
No es un sólo episodio con los Zetas. A Pancho Colorado se le cita en Villarín, cerca de Soledad de Doblado, cuando una carrera de caballos desata una masacre, muerto el líder Zeta, Efraín Teodoro Torres; heridos otros más; el secretario del Turismo fidelista Gustavo Souza apenas tocado por una bala en la pierna.
A Pancho Colorado se le implica en el choque de Zetas con fuerzas federales, el 22 de marzo de 2007, en Tuxpan. A su rancho Flor de María llega la Policía Federal, detiene a 25 narcos, entre ellos a un jefe de plaza. Y pese a la gravedad del hecho, de hallar narcos en su interior, nadie inquietó al señor Colorado.
Una de sus casas, en Tuxpan, su tierra y la del Cisne Silva Ramos, fue tiroteada en octubre de 2010, por presuntos integrantes del crimen organizado. El asunto ahí quedó.
Afamado apostador, no había quien ignorara en el Hipódromo de Las Américas las hazañas del dueño de ADT. Corrían ahí los de la cuadra Flor de María: Tw Cartel, Valentina Teller, Tsunami Cross, The King of Seas y Ferrari Colorado.
Un día, cuentan las reseñas sobre su vida y milagros, hubo dos operativos en las cercanías del hipódromo, alertado el Ejército para evitar confusiones. Elementos de la Policía Federal buscaban a Pancho Colorado sobre la avenida Industria Militar, Avenida El Pípila y Avenida del Conscripto.
Ironías de la vida, Pancho Colorado no esperó a que lo hallaran sino que se entregó. Acudió a Houston, Texas. Trató de explicar que adquirió los caballos para los Zetas obligado, amenazado, quebrado y doblegado por los narcos. Creía que podría llevar su juicio en libertad, mediante el pago de una fianza. No fue así. Lo encerraron, lo enjuiciaron, lo condenaron a 20 años de prisión, le agregaron otros cinco por intento de soborno a un juez federal, apeló la sentencia, derribó la condena y logró un nuevo juicio. El viernes 11 por segunda ocasión fue condenado por conspirar para lavar dinero de los Zetas.
Fidelista y duartista, beneficiario de contratos y terrenos, más de 2 mil millones con Pemex y el gobierno federal, decenas de millones con el gobierno de Veracruz, Pancho Colorado es la pista más sólida hacia el narcoPRI.
Su contador y apoderado en ADT Petroservicios es Francisco Silva Ramos, alias El Negro, hombre de confianza, hermano de Alberto Silva Ramos, alias El Pato de Tuxpan o El Cisne, líder estatal del PRI, misógino, borrachín, lenguaraz y favorito de Javier Duarte en la sucesión. El gordobés busca cómplice y su amigo llena el perfil.
De sus ligas con Pancho Colorado no había duda. Figuran en portales de internet, los contratos de obra asignados a ADT Petroservicios por el gobierno de Veracruz, así como por Pemex, en los cuales aparece el nombre de Francisco Silva Ramos como apoderado general de la empresa.
Por si algo faltara, el periódico Notiver reveló la existencia de la escritura pública en que ADT Petroservicios otorga facultades a Silva Ramos para que la represente, ligando así al grupo duartista con el hoy narco Pancho Colorado.
Pero la liga va más allá. Alejandro Sanchez Rosales, gerente de Construcción de ADT Petroservicios, fue director de Obras Públicas de Alberto Silva Ramos, El Cisne o El Pato, en sus días de alcalde de Tuxpan.
Otro de los allegados a los Silva Ramos es el ex diputado panista, converso al priismo, Miguel Martín, el mismo que en 2010 usó la tribuna de la Cámara de Diputados para debatir sobre el uso de los recursos públicos en la compra del voto, exhibidos los marranos que solía entregar Javier Duarte para ganarse el favor de los electores de Córdoba, su tierra adoptiva. Luego de esa gesta, Miguel Martín dejó el PAN y se volvió duartista.
Da tufo a narco la línea Colorado-Silva-Duarte, a partir del fallo judicial de Austin y la confesión de Pancho Colorado a Ciro Gómez Leyva: apoyó a Javier Duarte en la campaña de 2010.
Es esa la línea más sólida hacia el narcoPRI.
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Archivo muerto
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Timados, engañados, por lo menos 30 invasores van por la cabeza de Samuel Muñoz de la Rosa y Manuel Bringas Burelo, artífices del fraude en el predio Los Almendros, vendiendo lotes sin autorización para fraccionar, introduciendo servicios al margen de la autoridad, esquilmando el dinero que los afectados con miles de trabajo logran reunir. Les viene una cascada de denuncias penales por fraude, pues el desalojo, así se haya excedido la fiscal regional Samyra del Carmen Khoury Colorado, exhibe que ese predio dejó de pertenecer a la Sucesión Bringas y pasó a manos de Gestiones Inmobiliarias Arkitektur, previo pago de 40 millones de pesos. Así se justifique el abogado sin título, falso redentor de los derechos humanos, cerebro del atraco a los invasores, este lunes comenzaron a entrar las primeras denuncias. Una vez ratificadas, la fiscalía se le irá con todo al abogadazo Muñoz de la Rosa y a su títere de ocasión, Manuel Bringas Burelo, incluida la sobr¡na del pastor Benito Cruz, la tal Yolanda, encargada de cobrar las mensualidades a los invasores. Y quien no salvará el pellejo es la fiscal Samyra Khoury, pues en el desalojo de Los Almendros agarró parejo, afectando el predio de la empresa Balfin, un lote del ex alcalde Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”—, vía un prestanombres, otro lote del ayuntamiento de Coatzacoalcos y la propiedad que ubican a nombre de José Gertrudis Guízar Valladares, pero que en documentos la titular es una dama de apellido Ramírez. En la demolición del inmueble que relacionan con Gertrudis Guízar se fue la evidencia judicial sobre el asesinato del vigilante que murió quemado, en el que se hace mención a Samuel Muñoz. Por lo pronto, circulan ya los recibos de pago con que Manuel Bringas cobraba a los invasores, y existe un audio en que su hija Verónica se da un agarrón con el abogadazo Samuel. Verónica Bringas es señalada de realizar la colecta de 500 pesos por familia para interponer el amparo para dejar sin efecto el desalojo. Otro atraco más… A Silviano le va súper. Y como no. Es un giro negro el deporte, un negocio, un botín. Su clientela está ahí, en las áreas deportivas, porque la necesidad es grande. Son los de los kioskos de comida, golosinas, aguas frescas y refrescos en la Alameda, que pagan por vender, que pagan mano a mano, sin recibo, todos con el profe Peralta —Alberto Hernández Peralta—, ex técnico de los Delfines y del Atlético Coatzacoalcos, los equipos de futbol, hoy en funciones de cobrador extraoficial, y si no, con personal de confianza de la Dirección Municipal del Deporte. Un día, la Contraloría del ayuntamiento fue por ellos y los tuvo a centímetros de capturarlos en plena faena. Instaron a los vendedores a testificar pero nadie accedió, sabedores que lo que estaba en juego era el sustento del hogar. Medio ayuntamiento, incluido el alcalde Joaquín Caballero, lo sabe. Por lo pronto, a Silviano Delgado, otrora orgullo del futbol mexicano, se le ve en un March que, por supuesto, asegura que no es suyo sino de su esposa. A eso es se le llama tener un romance con el éxito… Se llaman Escuelas de Excelencia pero lo único excelente es el atraco que están a punto de consumar directores, supervisores escolares y constructores. Innovador, el programa tiene como misión dignificar los centros escolares, dotarlos de aulas, reparar lo que sea, mejorar las condiciones de estudio. Es uno de los ingredientes de la reforma educativa. En teoría es un hit. En los hechos es una pillada. Y lo es porque desde antes que se trasladen los fondos del gobierno federal a las cuentas asignadas a los directores de los planteles, las obras ya están asignadas a constructores que, de entrada, ya cumplieron con su diezmo. No existe proceso de licitación, lo que permite contratar los trabajos con la cotización más elevada. Los supervisores escolares —léase SNTE— “sugieren” tal o cual compañía. Algunas de las constructoras proceden de lugares distintos al sitio donde se encuentra el plantel escolar; o sea, las constructoras locales son marginadas de la asignación de obra. De las 240 mil escuelas del país, fueron seleccionadas 20 mil, una de las cuales se halla en Coatzacoalcos. Es más de lo mismo. La reforma educativa se tuerce cuando aparece el factor SNTE, el factor corrupción, el factor ambición…
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