Javier Duarte, la UV y los 12 mil millones

* Comenzó a reventar a la UV en 2008  * Desvío de recursos federales desde 2008  * 12 mil millones a juicio  * Bueno Torio quiere la mesa servida  * “Culín” y el caso Moisés Sanchez  * Carrillo Almeida, fiscal especial  * De jueces a magistrados  * El juez Vargas y su mala fama  * Garduza Mazariego sustituye a Renato  * Será crítico como el minicacique

2008 es año clave. Ahí comenzó la crisis universitaria. Ahí inició el desvío de recursos federales en Veracruz. Eran los días en que Javier Duarte servía de mago de las finanzas —el que todo lo desaparece— a Fidel Herrera Beltrán.

Siete años después, la Universidad Veracruzana reclama un adeudo de 2 mil 256.1 millones de pesos, entre recursos federales y aportaciones estatales, retenidos ilegalmente por la Secretaría de Finanzas y Planeación.

Siete años después, la Auditoría Superior de la Federación tiene en la mira al gobierno de Veracruz, documentado el desvío de por lo menos 12 mil millones de pesos de origen federal y en un hecho insólito, inédito en la prosapia de la clase política, lleva al gobierno de Javier Duarte a instancias legales, denunciada la pandilla rapaz ante la Procuraduría General de la República.

En dos sexenios —titular de Finanzas en el fidelismo y gobernador actual— Javier Duarte aniquiló el futuro de Veracruz, disparó la deuda pública, agravó la crisis social y gestó un conflicto sin precedente con la máxima casa de estudios de la entidad, que él mismo inició en 2008.

Ningún gobernador se ha peleado así con la UV. Su conflicto es de antología, irracional, aldeano, por su intransigencia, por su tozudez, por la inquina y las ganas de fregar.

Lo punza que la rectora Sara Ladrón de Guevara haya sacado los trapos sucios al tendedero público. Reunida con tres diputados federales electos —Miguel Ángel Yunes Linares, José Luis Sáenz Soto y Erick Lagos Hernández— reveló que la administración Duarte debía a la UV mil 800 millones de pesos. Esa fue la cifra original. Pedía que el Congreso federal fortaleciera las aportaciones federales.

Nadie tocó el tema más que Yunes Linares. Acudió a la radio y prensa escrita y exhibió a Javier Duarte. Ahí comenzó la debacle.

Exhibió el gobernador pobreza intelectual supina. Dijo que adeudo no había, que a la UV se le otorga anualmente un subsidio y, Larousse en mano, refirió que el subsidio es ayuda, no obligatoria, de acuerdo a la disponibilidad de recursos del gobierno de Veracruz.

Para qué lo dijo. Lo arrolló la comunidad universitaria, la prensa, sus adversarios políticos. No había leído el decreto que firmó aprobando el presupuesto de egresos, que señala el subsidio a la UV con carácter de obligatorio.

Siguió terco, reacio a suministrar los recursos, soltó que en su sexenio le había soltado a la universidad de 10 mil 157.7 millones de pesos. Le reviró la rectora con que, documentos aparte, la retención era de 3 mil 100.7 millones, de agosto de 2013 a la fecha.

Aún así, Javier Duarte permaneció inamovible. No es deuda, decía. Entonces el caso se ventiló en la prensa nacional. Miembros de la Junta de Gobierno de la UV denunciaron el adeudo en el periódico La Jornada y eso lo obligó a distender.

Ofreció calendarizar los pagos, revisar las demandas de la universidad y resolver el conflicto. Lo ofreció pero no cumplió mientras la UV comenzaba a resentir la falta de liquidez.

Encantan a la rectora las palabras melosas. Le creyó y atribuyó el conflicto a los medios de comunicación. “Los medios nos subieron al ring”, dijo olvidando que fue ella quien reveló la cifra del adeudo a los diputados federales electos y que ahí detonó el caso.

Semanas después, lo exhibieron 40 universidades del país que se solidarizan con la UV. En respuesta ofrece que el gobierno de Veracruz cumplirá con su respaldo financiero a la institución. Y otra vez lo dijo, pero no lo hizo.

Apretado de nuevo, llevado el conflicto a la sede del Senado, la rectora Sara Ladrón de Guevara con los senadores José Francisco Yunes Zorrilla y Juan Carlos Romero Hicks, presidentes de las comisiones de Hacienda y Educación, responde Javier Duarte con soberbia y altivez: a la UV no se le ha retenido ni un centavo.

Desata entonces una embestida, acusada la universidad de incumplir sus obligaciones con el Instituto de Pensiones del Estado donde debe 2 mil 65 millones de pesos, casualmente la cifra que la UV le demanda al gobierno de Veracruz.

La amedrentan, la arrollan. Amaga el IPE con hacer efectivo el “adeudo” de la UV y que sea la universidad quien pague las pensiones al personal jubilado. Refuta la UV arguyendo que ha cubierto todos sus pagos al IPE y que tiene constancia de ello.

Así atrae a la rectora Sara Ladrón, dialoga y acuerdan entre las sombras: el gobierno de Veracruz, dice, saldará los adeudos de la UV con el IPE. De los recursos federales y estatales retenidos por la Secretaría de Finanzas nada se sabe.

Sostiene Javier Duarte que habrá de pagar. Lo secunda, evasiva, la rectora de la universidad, sin evidencia de que el adeudo se comenzó a saldar.

Trasciende que de los casi 2 mil 300 millones de pesos retenidos, sólo mil 308 millones recibirá la UV. “Los toma o los deja”, le habría dicho a la rectora, según análisis del periodista Aurelio Contreras, autor de la columna Rúbrica. Y los tomó.

El acuerdo es un fraude. No fluyen los recursos y la comunidad universitaria increpa a la rectora. Ella cree en la palabra del gobernador, los catedráticos no.

Dice el catedrático Alejandro Saldaña que la crisis viene de 2008 cuando la Secretaría de Finanzas del gobierno de Veracruz comenzó a retener el dinero con que opera la universidad.

Eran los días en que Javier Duarte servía de mago financiero a Fidel Herrera Beltrán. Se ve que desde entonces quería matar a la UV.

Barre parejo Javier Duarte. 2008 fue también el año en que comenzó el caos para Veracruz.

De ese año datan las primeras investigaciones críticas de la Auditoría Superior de la Federación. Ahí halló inconsistencias, danza de millones, recursos no aplicados, dinero desviado, simulación y saqueo.

En siete años el daño a las finanzas públicas es demencial. Suman 12 mil millones de pesos, sujetas a investigación en la Procuraduría General de la República.

El último caso corresponde a mil 600 millones de pesos del ejercicio 2013, según reveló el diputado federal del PAN,Miguel Ángel Yunes Linares.

Acusa que la mafia duartista convirtió al gobierno de Veracruz en un “barril sin fondo de corrupción”, que afecta recursos en áreas diversas, educación, salud y seguridad entre las de mayor impacto social.

Dice el diputado panista:

“La Auditoría Superior de la Federación ha interpuesto nuevas denuncias contra funcionarios y exfuncionarios del gobierno de Javier Duarte por desviación de miles de millones de pesos que debían haberse destinado a mejorar los servicios de salud, educación y seguridad pública.

“La denuncia más reciente señala que fueron desviados casi 1 mil 600 millones de pesos de fondos que el Gobierno Federal entregó en 2013 al Gobierno del Estado de Veracruz para aplicarlos al Seguro Popular, lo que no sucedió. Javier Duarte en complicidad con el entonces Tesorero Tarek Abdala (actual diputado federal por Cosamaloapan) indebidamente dispuso de éstos recursos federales y hoy tendrá que enfrentar las consecuencias penales de haberlo hecho y deberá devolver esa cantidad más los intereses.

“Adicional a esta denuncia, la Auditoría Superior de la Federación ha presentado ya otras doce más que se encuentran en trámite ante la Procuraduría General de la República por la desviación de más de 10 mil 500 millones de pesos de los Fondos de Educación, Salud y Seguridad, cifra que equivale al 10% del presupuesto total del Estado de Veracruz para un año.

“Este atraco a las finanzas de los veracruzanos es lo que ha provocado la situación de crisis financiera que vivimos. La falta de medicinas en los hospitales, la deficiencia de los servicios educativos, la grave situación de inseguridad y la inexistencia de obras públicas no obedece a falta de recursos, sino a la deshonestidad con que han sido manejados desde el gobierno anterior, en el cual Duarte se desempeñó como Secretario de Finanzas.

“Los veracruzanos no podemos permitir que esta situación continúe y que quienes atracaron las arcas públicas se vayan del gobierno llenos de riqueza y cubiertos por el manto de la impunidad.

“Quien llegue a Gobernador del Estado tiene el compromiso legal, ético y moral de proceder contra esta banda, hacer que devuelvan lo que se robaron y que paguen las consecuencias jurídicas del atraco.

“Javier Duarte, Tomás Ruiz, Gabriel Deantes, Vicente Benítez, Edgar Spinoso, Tarek Abdala y otros más están siendo hoy ya juzgados por la historia. Mañana tienen que juzgarlos los tribunales. La Constitución no admite excepciones”.

El personaje es Javier Duarte. En 2008 era secretario de Finanzas de Fidel Herrera Beltrán y ahí comenzó el saqueo.

Inició el sexenio fidelista como subsecretario de Finanzas, en 2004, y ascendió a secretario en 2008 hasta el 25 de enero de 2009, en que renunció para contender por la diputación federal en el distrito de Córdoba.

En 2008 se hallan los primeros indicios de desvío de recursos federales, según la Auditoría Superior de la Federación.

En 2008 comenzó a dejar de fluirle el dinero a la UV.

Es la mano de Javier Duarte.

Archivo muerto

Comodísimo, quiere Juan Bueno Torio camino libre para contender por el mingobierno de Veracruz. Quiere que se invalide el acuerdo del consejo estatal del PAN que aprobó que el candidato sea designado. Quiere que Miguel Ángel Yunes Linares se haga a un lado porque “ya tuvo su oportunidad y perdió”. Eso es oportunismo. En cinco años, Yunes Linares desgastó, apabulló, hizo trizas a Javier Duarte, denunció el desvío de recursos federales, detonó el tema de la violencia y la complicidad con los cárteles de la droga, dimensionó el adeudo millonario con la UV, reveló la existencia de propiedades del gordobés en el extranjero. Lo debilitó y provocó que el deterioro de su imagen arrastrara al PRI hacia una fractura. Y ahora Bueno Torio pretende que Yunes Linares se retire y le deje el banquete servido. Exactamente lo mismo quiso hacer Gerardo Buganza en 2010 y terminó siendo comparsa del duartismo. Eso es mezquindad y es pecado… Que alguien sacuda a “Culín”. Que entienda el fiscal Luis Ángel Bravo Contreras que el caso Moisés Sánchez ya valió. Dos amparos, uno al escolta Martín López Meneses y otro al alcalde de Medellín de Bravo, Omar Cruz Reyes, exhiben que la justicia inventada no es justicia. Con acusaciones de oídas los consignó y por las acusaciones de oídas están libres. Quiere ahora “Culín” matizar el fracaso y envía a Ricardo Carrillo Almeida como fiscal especial a Medellín de Bravo, el municipio donde fue levantado y asesinado el periodista Moisés Sanchez Cerezo, director del semanario La Unión y del portal en internet del mismo nombre. Si se trata de hacer justicia, Carrillo Almeida no es la clave. Al inocente lo encierra y al culpable lo deja en libertad. Y hay algo peor: Carrillo Almeida fue subprocurador en Córdoba, bajo el dominio de Los Zetas, y ahora es confinado a Medellín, feudo del Cártel Jalisco Nueva Generación. Eso es perversidad… Además de su oficio de juez, Guillermo Vargas debiera ser comediante. Lo serio lo hace risible y lo dramático, jocoso. Dice, por ejemplo, que los jueces de carrera debieran ser considerados para una magistratura. Sí, los jueces con solvencia, con prestigio, con capacidad y con historial impecable. Él no. Guillermo Vargas, juez primero de Primera Instancia en Coatzacoalcos empantana los casos, desacata a los jueces federales, se larga de vacaciones provocando indefensión de las víctimas, otorga autos de formal prisión que luego le son refutados y otorga autos de libertad que le son revocados. Del tal juez Vargas —símil del célebre juez Barragán— hay imputaciones graves, una en 2006 y otra en mayo de 2013, por dejar ir a transgresores de la ley obviando las agravantes de cada caso. Y ahora pontifica que los jueces de carrera debieran llegar a ser magistrados. Ajá… Sigue Francisco Garduza Mazariego los pasos de Renato Tronco. Rinde protesta, asume la diputación y pregona que será tan crítico como su líder y amigo. No rehuye su amistad. Refuta los argumentos de la Fiscalía de Veracruz, porque “yo lo que veo es que no pudo cometer el delito que dicen que cometió”. Se integró como diputado independiente, en la condición en que estaba el minicacique de Las Choapas, sin ánimo de incorporarse al Partido Verde Ecologista de México, bajo esas siglas, en alianza con el PRI, por las que obtuvieron la la diputación en el distrito 30 de Veracruz. Con que no vaya a seguir los pasos de su maestro, que cobraba sin dar golpe, todo es ganancia. A salto de mata, huyendo de la justicia, anda Renato Tronco, presunto autor intelectual del crimen del ex regidor panista de Las Choapas, Alfredo Pérez Juárez, ocurrido el 5 de junio de 2006, cuando el líder del tronquista era alcalde…

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Foto: Publimetro

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