Fuera de sí, Javier Duarte gesta un escenario de caos en Veracruz. En tres frentes pega y golpea: con la agresión al gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares; llevándose hasta el último peso que hay en las arcas, y construyendo una burbuja de impunidad, vía fiscales, magistrados, un contralor a modo y un comisionado del IVAI que retenga y oculte información clave.
Primer evento: el 29 de junio, un grupo afín a Javier Duarte, el Movimiento de los 400 Pueblos agredió a Yunes Linares a las puertas del Congreso de Veracruz, con el líder nacional del PAN, Ricardo Anaya, y el ex secretario de gobernación, Santiago Creel.
Segundo evento: dispone Javier Duarte de lo último que queda en las arcas del gobierno, dona helicópteros, inmuebles, pretende hacerlo con el World Trade Center de Boca del Río, con Casa Veracruz, residencia oficial de los gobernadores. Crea fideicomisos para pagarle a sus amigos, socios y empleados. La quiebra financiera está a la vuelta de la esquina.
Tercer evento: Javier Duarte crea la Fiscalía Anticorrupción y el Tribunal Anticorrupción. Ahí pretende imponer a sus allegados, al ex subsecretario e Gobierno, Francisco Portilla, y a la ex alcaldesa de Minatitlán, Guadalupe Porras David, sobre quien pesan acusaciones precisamente de corrupción. Serán inamovibles durante cinco años. Se suman a, fiscal general y al comisionado del Instituto Veracruzano de Acceso a la información, donde pretende imponer a Gabriel Deantes, el funcionario más desprestigiado de su gobierno.
RSaqueó Javier Duarte a Veracruz, lo endeudó como nadie más, desvió recursos de origen federal, y ahora pide unidad y reconciliación.
Golpeó estudiantes, reprimió pensionados, hostigó y criminalizó periodistas, 18 comunicadores asesinados durante su gobierno, y ahora pide unidad y reconciliación.
Destrozó a Veracruz, sumiéndolo en el más severo atraso, robándose los recursos para la salud y la educación, y ahora pide unidad y reconciliación.
Derrotado el PRI en la elección del 5 de junio, amenazado por Miguel Ángel Yunes Linares, su futuro sucesor, de llevarlo ante la justicia, pagar por sus delitos y que él y su pandilla devuelva lo robado, el gobernador Javier Duarte pide unidad y reconciliación.
Es un cínico Javier Duarte.
Habrá reconciliación cuando salde su deuda ante la justicia. Quizá.