* Cinco años de gobierno a cambio de no tocar al duartismo * Contractor, la constructora favorita * Baila la diputada al ritmo de Gloria Trevi * Ahora sí despotrica la prensa duartista * García Bringas no le cree al marcelismo * Unidad Antisecuestro y la vergüenza del caso Karime Alejandra * Las novias de los políticos
Asediado, cercado, Pepe Yunes escucha las voces de aliados que no lo son, de santones del PRI que traen el mensaje del duartismo y de personeros con propuesta que tienta y que, si titubea, hace caer: no de dos sino un gobierno de cinco años a cambio de impunidad total.
Eso oye el senador por Veracruz. Le hablan al oído. Le dicen los enviados del gobernador Javier Duarte que no hay fijón. Le dicen que hay remedio. Que le da pa’ tras el señor de palacio al minigobierno porque aún hay tiempo. Y es que puede que lo haya aprobado el Congreso estatal, lo avalara la mayoría de los municipios, pero aún no ha sido promulgado.
O sea, el minigobierno de dos años aún no es caso cerrado.
José Francisco Yunes Zorrilla aceleró la sucesión con su “destape” al gobierno de Veracruz, al gobierno de dos años, de 2016 a 2018, sin la sombra ya del otro senador priísta, Héctor Yunes Landa, ya doblegado por el duartismo, más lastre que aliado.
Sacudieron ambos a Javier Duarte, y a su patrón Fidel Herrera Beltrán, cuando el 7 de enero, frente al Presidente Enrique Peña Nieto, abandonaron el acto de conmemoración del primer siglo de la Promulgación de la Ley Agraria, en Boca del Río.
Diez días después, el 17 de enero, anunciaron que irían por las dos gubernaturas, la de dos y la de seis años.
Pepe Yunes se mantuvo en esa línea. Héctor Yunes no. Héctor, aquel subsecretario de Gobierno y diputado durante el fidelismo que complicó la elección de 2010, se congratulaba que algunos de sus allegados fueran insertados en el gabinete duartista, entre ellas la nueva secretaria de Protección civil, Yolanda Gutiérrez Carlín.
Se vistió de duartista y no tardaría en mostrar la piel.
Iniciaba marzo. El domingo 8, estalló el caso Pepe Yunes. Aquel pusilánime priísta que peca de institucional, que no quiere agitar las aguas, que en 2010 dejó que lo atropellara el tren de la fidelidad, le hizo tres desaires al gobernador Javier Duarte: le extendió la mano con frialdad, le dio la espalda y abandonó el recinto donde se celebraba la convención estatal del PRI.
Provocó el azoro. Bocabajeó a Javier Duarte. Pulverizó el poder que dice tener, pero que no sabe ejercer el gobernador de Veracruz. Gobernar no es permitir que sus amigos acaben con la riqueza de un estado que no se merece tener a una pandilla en el cuarto de mando.
No salía del recinto Pepe Yunes cuando pudo sentir el filo de la estocada en la espalda. Héctor Yunes Landa decía, explicaba, justificaba el abandono. Es que se le va el avión a Pepe, dijo Héctor. Y luego expresó que con Javier Duarte no hay problema alguno.
Respondió Pepe Yunes a la puñalada trapera: el problema sí existe y es la gubernatura de dos años, diseñada para alejar a los Yunes rojos de la sucesión en Veracruz; va a “someter al escrutinio de la ley a todos los que hayan saqueado las arcas públicas en los dos últimos gobiernos”; investigará el destino de un crédito de 10 mil millones de pesos y el dinero de la bursatilización, y enfatizó que Héctor Yunes no es su vocero. La ruptura total.
Pepe Yunes tiene detractores. Lo ven como producto del PRI-AN, la amalgama cómplice entre priístas y panistas. Rojos o azules, los Yunes son lo mismo, dicen en la izquierda, en el PRD, en Morena.
Le critican su cercanía con Luis Videgaray, el secretario de Hacienda, y sus ligas con el canciller José Antonio Meade. Lo ven del sistema, del status quo y del mañana quién sabe qué pasará; el político que asciende a los cuernos de la luna y después queda en el aire.
Pero desde el 8 de marzo, al desairar en tres ocasiones al gobernador Javier Duarte, Yunes Zorrilla hizo entrar en crisis al PRI y al duartismo.
Le siguió una semana difícil. Lo buscó Fidel Herrera Beltrán, el verdadero fiel de la balanza, obvia la incapacidad de Javier Duarte para manejar la sucesión, roto el diálogo con el senador peroteño.
Fidel lo quiso marear. Le expresó que él sería el gobernador de seis años. Pepe Yunes dice que eso ya lo ha escuchado. “Con todo respeto yo no puede permitir que me sigan tomando el pelo y de paso se burle a la ciudadanía”, le respondió a Fidel. Lo reseña el columnista Edgar Hernández en Línea Caliente.
Pierde Fidel Herrera su capacidad para el engaño. Pepe Yunes no le cree. Por eso, el 17 de marzo, dos días antes de su onomástico, tres días antes de su festejo en Los Alcatraces, en Cinco Palos, Coatepec, el senador rebelde descompone la sucesión de Javier Duarte.
Ni Fidel puede evitar el naufragio. Achica el agua pero la nave duartista se hunde. Javier Duarte, el piloto, no atiende la tragedia. Se le ve en lo suyo. Saca los lingotes de oro, las joyas de la corona, el efectivo que puede; lo traslada al bote salvavidas, y se apresta a huir.
A Pepe Yunes le llueven, en cambio, promesas y propuestas. Su tema, como dice el maestro Luis Velázquez Rivera, en su Expediente, es la corrupción. Sobre eso habla. Los corruptos deben estar en la cárcel. Y no se refiere a otro estado. Se refiere a Veracruz.
En corto, Pepe Yunes lo resume en frases y amagos. Si llega al gobierno estatal, va a dar un golpe de autoridad. Y el golpe de autoridad es encarcelar a la pandilla duartista, a los peones, a los operadores financieros, a los estrategas y a los capos.
Ya no es como en 2010, cuando Fidel Herrera lo toreó, lo placeó, lo hizo perder una senaduría, lo engañó.
Ahora “es institucional pero no pendejo”, como él mismo lo sintetiza. Le descompone la sucesión a Javier Duarte, limitado el gobernador, creído con enviando mensajitos de texto se puede aliviar el conflicto, abierto el rompimiento y cada vez más amplia la brecha.
A Pepe Yunes se acercan los enviados de Duarte y los operadores de Fidel. Le proponen el pacto de la impunidad. Le ofrecen un gobierno de cinco años, desechar el minigobierno de dos años, pero dejar intacto a la mafia del docenato trágico.
Se le acercan también aliados de ocasión, Judas priístas que operan un acuerdo para asegurarse también impunidad.
Pepe Yunes dice que no los oye. Dice que los ve y los atiende. Dice que no sucumbe ni se deja encantar. Cuenta que hay presiones, que lo quieren descarrilar. Dice que no, que prefiere gobernar dos años, pero que no habrá impunidad.
Eso dice Pepe Yunes. Habrá que esperar.
Archivo muerto
Contractor Mart pavimenta y construye. Se le ve en la carretera al puente Calzadas. Se le verá en lo que resta del cuatrienio. Para Contractor Mart hay contratos, obra y lo que requiera. Lo que exija se le dará. Es la constructora favorita de Fernando Ramos Torres, el secretario de Obras Públicas del ayuntamiento de Coatzacoalcos, una de las privilegiadas, a las que le asignan los contratos en licitaciones de dudoso manejo, que no se ajusta a las bases de la licitación, que le son perdonadas sus omisiones porque, a fin de cuentas, de lo que se trata es de incrementar las utilidades, así sea violando la ley. Dados cargados, pues, en la Secretaría de Obras Públicas municipales. Todo para Contractor Mart, S.A. de C.V., la empresa favorita de Fernando Ramos, yerno del ex líder de la CMIC local, Jorge “El Chato” Cobos Echegaray, familiar de los Anaya, del clan joaquinista. ¿Por qué será?… Huidiza, evasiva, Patricia Guadalupe Peña Recio no se para por los eventos públicos. Le huye a los reflectores desde aquella insólita y demencial declaración en que mostró que si algo detesta son los migrantes centroamericanos —porque asaltan, matan, prostituyen, “son un peligro”, y por ello deben cerrarse los albergues donde se les brinda ayuda humanitaria— y se echó encima a 28 organismos no gubernamentales que piden que se retracte y ofrezca una disculpa. No se le ve a la diputada federal por Coatzacoalcos donde debiera estar, pero qué tal en la Expo Feria. Ahí, en el Teatro del Pueblo, el domingo 29, baila y baila Patty Peña al ritmo de Gloria Trevi, perdida entre la mancha humana, sin prensa que la hostigue con sus preguntas, sin que la jodan con sus críticas. Pero lo que es, es. Baila y se divierte la diputada federal cuando tiene encima dos quejas, una ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos y otra ante el Consejo Nacional para la Prevención de la Discriminación, que en breve se la van a trabar. Mientras, baila y baila Patricia Peña al son de Gloria Trevi… De mal en peor, la prensa duartista. Se acabaron los convenios con el (des)gobierno de Javier Duarte y se extinguieron los embutes. Y no es que no haya dinero en el régimen duartista, sino que el que hay es para la pandilla oficial, sus negocios, su nómina de oro, sus edecarnes, sus viajes de placer y hasta para las tortas de La Rielera en Córdoba y el cafecito en el Starbucks del DF, a los que es tan afecto el gordobés. Damnificada, la prensa duartista que hace unas semanas lo elogiaba, hoy despotrica, difunde que sí, que en efecto Veracruz está en quiebra, que sí, que los amigos del gobernador son unos pillos y que deben ir a prisión. Ahora sí. Y no porque sean prensa libre sino porque se acabaron los convenios y se extinguieron los embutes, el sobre, la mochada mensual. Pobres diablos. Apenas les suprimieron el chayote, descubrieron que Veracruz se le desmoronó en las manos a Javier Duarte… Puede ser saltimbanqui, trapecista, se cambia de partido como de ropa interior, pero ingenuo y novato Rafael García Bringas no es. No se traga el candidato del PRI a la diputación federal por Coatzacoalcos que Marcelo Montiel Montiel lo pretenda ayudar, le ofrezca el voto del marcelismo, que los operadores aterricen en su feudo y lo lleven al triunfo en la elección del 7 de junio. Ya comió García Bringas en el mismo plato de Víctor Rodríguez Gallegos, a quien le arrebató en el último instante una candidatura que Marcelo Montiel, el delegado de Sedesol federal en Veracruz, había trabajado, diseñado, comprometido para su pupilo. Ya hablaron y escuchó promesas. Hubo operación cicatriz. Y no les creyó. Sabe que el marcelismo juega así. Le pretenden aplicar la misma que a Iván Hillman Chapoy en 2009. Le ofrecieron el voto, la operación y no sabotear. Y el día de la elección Iván El Terrible fue masacrado, humillado y anulado políticamente. Así que puede escuchar mil palabras, cientos de promesas y sentir afecto y calor político, pero Rafael García Bringas simplemente no les cree… Aquel caso, el de la niña Karime Alejandra Cruz Reyes, secuestrada y asesinada en Coatzacoalcos, fue el antes y el después. Javier Duarte manipuló el caso. Sabían él y su fiscal, Luis Ángel Bravo Contreras, que el cuerpo ya había sido hallado. La Red, un semanario especializado en información policíaca, lo reveló. Pero el gobernador y su fiscal lo ocultaron para no empañar la cumbre con senadores del PRI y del Partido Verde, en Boca del Río. Violaron la ley, torcieron las normas. Jugaron con la esperanza de los padres de Karime Alejandra. Fueron perversos con poder, insensibles que privilegiaron la razón política antes que la razón jurídica. Hoy llega Javier Duarte a continuar el show. Lacerado su gobierno por el caso Karime Alejandra, sin credibilidad alguna, inaugura al mediodía de este lunes 30 la Unidad Antisecuestro de la Fiscalía General de Veracruz. Lo acompañan el fiscal Luis Ángel Bravo Contreras, alias “Culín”; el coordinador nacional Antisecuestros del gobierno federal, Renato Sales Heredia, y la presidenta de la organización Alto al Secuestro, Isabel Miranda de Wallace. Seguro habrá Frutsis y Pingüinos para festejar… ¿Cuáles son las dependencias del ayuntamiento que más novias para los políticos producen? Obras Públicas y DIF, por supuesto…
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