Las maromas de Rocío Nahle con los pluris

* Eran pluris buenos cuando servían para presionar  * Ya en el poder, AMLO y Sheinbaum decretan la extinción  * Y Nahle, como perico, sólo escucha y repite  * Amado engaña a Nahle; Samuel sigue cobrando  * Hildeliza no va a CAEV; Rocío le falla a su ahijada

Hay problemas de memoria en Rocío Nahle. O un cinismo bárbaro. Que ya no deben seguir los legisladores plurinominales, como si no hubieran servido a Andrés Manuel, en el PRD y en Morena, para tener enclaves, dinero y espacios de poder.

Fueron fuente de poder, el voto que condicionaba acuerdos, que permitía alianzas, que le rompía el esquema al presidente en turno, fuera del PRI o del PAN y lo obligaba a negociar.

Los pluris fueron moneda de cambio de López Obrador, prerrogativas económicas del Partido del Trabajo, de Convergencia por la Democracia (hoy Movimiento Ciudadano), del corruptazo Partido Verde, a cambio de curules y escaños. El dinero, y si es en efectivo, es todo para Andrés Manuel.

Fueron útiles los plurinominales cuando el mesías macuspano fue oposición. Los pluris le dieron bancada, se escucharon sus voces, se cimbró el Congreso, se acabó la mayoría calificada priista y panista, y la simple también; tomaron la tribuna, tomaron la Cámara… hasta que el Peje llegó al poder.

Y entonces todo cambió. El demócrata se volvió tirano. Y afloró su otro yo.

Ya convertido en monarca –déspota y absoluto–, los legisladores plurinominales deben desaparecer. Por austeridad o porque no se les elige de manera directa, cualquier pretexto le sirve a López Obrador para destruir la figura electoral que le permitió a las minorías tener representación en el Congreso federal.

Y Rocío Nahle, que poco quiere para tirarse al piso, vestirse de foca y aplaudir, categoriza la contrarreforma electoral de López Obrador, que será la que modifique y consume Claudia Sheinbaum, como “la base para fortalecer el estado mexicano”. O sea, la extinción de la democracia.

La memoria de Nahle es terca. Se estaciona donde quiere. Se da el lujo hasta de olvidar la realidad.

¿Sabrá Nahle que su ex madrina política, Roselia Barajas de Robles Martínez –matriarca en el Clan de la Succión– no fue diputada de mayoría en el distrito de Coatzacoalcos? Fue plurinominal.

¿Sabrá que René Bejarano, el Señor de las Ligas, el que recibía los miles y centenares de miles de pesos del empresario Carlos Ahumada Kurtz, fue diputado federal por la vía plurinominal?

¿Sabrá Rocío Nahle que Dolores Padierna, de quien fue asesora en temas energéticos, no fue senadora de mayoría por Hidalgo, su estado natal, ni diputada en la Asamblea de Representantes de la Ciudad de México? Fue senadora por lista nacional y diputada plurinominal.

¿Sabrá Nahle que Olga Sánchez Cordero, notaria pública y ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no fue senadora de mayoría por la Ciudad de México, en 2018, ni es diputada federal electa uninominal por la capital del país? Fue senadora por lista y hoy es diputada plurinominal.

¿O tendrá noción de que Alfonso Ramírez Cuéllar, su paisano y entrañable amigo, ambos nativos de Río Grande, Zacatecas, fue diputado en la Asamblea de Representantes de la Ciudad de México y después diputado federal, pero en ningún caso por mayoría relativa? En los dos casos fue plurinominal.

¿Le sonará el nombre de Malú Micher, senadora que llegó perdiendo la contienda en su estado adoptivo, Guanajuato, pero que antes acumuló una diputación local en aquella entidad y otra diputación federal en el Congreso de la Unión ambas pluris?

¿O el de Ricardo Monreal, líder de la mayoría morenista en la Cámara de Diputados; dos veces senador, una por la vía plurinominal; cuatro veces diputado federal, dos de ellas por representación proporcional?

¿Sabrá Nahle que Rosario Ibarra de Piedra, pionera en la búsqueda de desaparecidos desde su organización Eureka, fue dos veces diputada federal y una senadora, todas plurinominales?

Y así otros más, entre ellos Porfirio Muñoz Ledo, el último ideólogo de la izquierda, que fuera tres veces diputado federal pero nunca de mayoría relativa sino plurinominal, y diputado a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México por designación del entonces jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.

Incluso, Ifigenia Martínez, la célebre maestra Ifigenia, otra pluri, es quien el 1 de octubre le colocará la banda presidencial a Claudia Sheinbaum. Curioso, ¿no? Fue senadora pluri y esta vez es diputada pluri, pero en la perorata de Nahle no hay nada qué cuestionar.

Noroña, el impresentable Gerardo Fernández Noroña, presidirá el Senado de la República, así venga precedido de lodo e injuria, con su estridencia, con su inquina, con su farsa pues proclama la soflama obradorista de “primero los pobres” y se le ve en los mejores restaurantes, viajando en primera clase, derrochando como magnate. No fue electo por mayoría. Ocupó el lugar 5 en la lista nacional de Morena al Senado. Es pluri.

La lista es inmensa. Citlali Hernández, Napoleón Gómez Urrutia, Marcelo Ebrard, Susana Harp, Adán Augusto López, Pedro Haces, Antonio Pérez Garibay, César Raúl Ojeda, Cuauhtémoc Blanco, Sergio Mayer, Manuel Espino Barrientos, Alejandro Esquer y hasta el jefe de la Ayudantía de la Presidencia, Daniel Assaf.

La disertación de la zacatecana no es elemental sino cómica. Como los loros, Nahle repite las zarandajas del mesías de Tepetitán, el discurso de la demolición de las instituciones, el rollo populista que le endilga a los legisladores plurinominales una parte de la carga económica del Congreso, el amiguismo y los favores políticos.

El alegato es bazofia. Los plurinominales, según El Peje, deben desaparecer por razones de austeridad. Pero sus amigos ahí estuvieron, como pluris, cuando presidía el Partido de la Revolución Democrática y asignaba cuotas a las tribus, y ahí están, postulados por Morena, palomeados por López Obrador.

Nahle sólo repite. No diserta sobre el origen de la representación proporcional, la vía para que los partidos minoritarios tuvieran cabida en el Congreso.

No invoca el golpe de timón político de Reyes Heroles, el 1977, que echó a andar el cambio democrático. Y lo que siguió: el Congreso cada vez con mayores espacios para la oposición, la ciudadanización del órgano electoral, la creación de tribunales electorales, las leyes que garantizan los derechos políticos de los ciudadanos.

Nahle es una marioneta guinda. Escucha y repite. Habla replicando la falacia de su mentor. Menos diputados, más austeridad. Menos senadores, menos gasto.

Pero los pluris fueron y son útiles. Tan es así que con los pluris y la sobre representación, hoy Morena se agandalla la mayoría calificada, una mayoría artificial para modificar la Constitución en la cruzada por la concentración del poder.

Qué terca es Nahle. Y su memoria más. Siempre simula que olvida la realidad.

 

METADATO

 

Nada llena tanto a Amado Cruz como engañar a Rocío Nahle. O darle el “avionazo”. O pitorrearse de sus órdenes. Un caso para ilustrar: Samuel Ordaz. Al ex secretario del ayuntamiento de Coatzacoalcos lo cesó Rocío Nahle cuando era secretaria de Energía y aspiraba a ser candidata de Morena al Gobierno de Veracruz. Samuel Ordaz, revestido del poder que Amado Cruz Malpica le confirió, comenzó a jugar sus cartas, mover sus piezas. Le abrió espacios a Sergio Gutiérrez Luna en su labor de proselitismo. Y Nahle lo fulminó. Sus regidores en el cabildo suscribieron una carta en la que exigían la remoción de Samuel Ordaz o, de lo contrario, aplicarían su mayoría en el cabildo y Amado pasaría a ser, literalmente, un florero de corredor. Samuel se fue. Nahle sentenció: en los dos años que restaban al gobierno de Cuitláhuac García Jiménez y los seis en que ella fuera gobernadora, Samuel Ordaz estaría congelado. Amado Cruz Malpica concedió. Colocó a su primo, Ricardo Ordóñez Malpica, en la Secretaría del Ayuntamiento, en un evidente acto de nepotismo. Rocío Nahle creyó haber jodido a Samuel. Sólo ella lo creyó. Tiempo después, Amado Cruz envió a Samuel Ordaz a la Expo Feria, un negocio donde el municipio pierde y sólo ganan los que lo organizan. Y según fuentes bien informadas, los insiders, Samuel Ordaz nunca dejó de cobrar lo equivalente al salario que percibía como secretario del ayuntamiento más la gratificación de 30 mil pesos, como consta en una póliza de cheque, extraída de la Tesorería Municipal. Nada hace tan feliz a Amado como tomarle el pelo a la furibunda Rocío Nahle, que imagina que lo tiene bajo control… Hildeliza Díaz Calafel no va a CAEV; su madrina, Rocío Nahle, la desechó. Nombra al diputado local por Pánuco, Luis Fernando Cervantes Cruz, como próximo director de la Comisión de Aguas del Estado de Veracruz. Termina la espera. La Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Coatzacoalcos continuará bajo la conducción Hildeliza Díaz, de paso torpe, de acciones erráticas, el municipio con grandes carencias de agua y los drenajes rebosando, despidiendo fétidos aromas, un Coatzacoalcos pestilente. Así habrá sido el diagnóstico que Rocío Nahle, tan dada a encumbrar a la escoria, no le vio a Hildeliza tamaños para encabezar CAEV. Se decantó por Luis Fernando Cervantes, un adicto al poder, cuyo entorno violento da de qué hablar… 

 

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Fotos: La Otra Opinión, Líderes, Milenio. El Financiero, Unomasuno, Sociedad 3.0