* Ricardo Alemán: el detonador * Chairos contra antipejes * Insulto, descalificación, amenaza * Degradar para reconstruir a México * Pipo Basañez no paga * Irrita a operadores de Renato * Carranza corre más personal * PRI: crece el éxodo * Atentan contra reporteros de Presencia * Hernán y Cardona, de milagro están vivos
Llueve sobre Ricardo Alemán el fuego de la Cuarta Transformación, la yihad pejista que ve en dos palabras —“les hablan”— una incitación a ultimar a López Obrador, un llamado al magnicidio de su padre político, el candidato presidencial de Morena.
“Habrá chingadazos”, difunde el catedrático universitario John Ackerman, asesor del Dios Peje, retomando un mensaje de Twitter que arenga a reclamar el triunfo de AMLO que aún no se da.
Peor que ambos, Paco Ignacio Taibo II, la conciencia cultural de López Obrador, el novelista e historiador, va del fusilamiento en el Cerro de las Campanas —evocando la ejecución jurista de Maximiliano— de quienes negociaron la reforma energética hasta las proclamas de expropiar las empresas de aquellos que presionen, chantajeen, intenten cercar con el gran capital al líder de Morena.
De la reforma energética y sus impulsores, en 2014 expresó Taibo:
“Pero no la generaron solos. La generaron una serie de mexicanos cuyo destino final va a ser el cerro de las Campanas, donde serán fusilados por traidores”.
Apenas este abril, Taibo soltó otra sandez.
“Si los empresarios dicen, por ejemplo, que se llevarían sus fábricas a Costa Rica, ese mismo día, a esa misma hora, estaríamos dos o tres millones de mexicanos en las calles diciendo: ‘Si te quieren chantajear, Andrés, exprópialos. Chinguen su madre. Exprópialos’ ”.
Su hija, Marina Taibo Sanz, salió a él. El viernes 4, en Twitter, expresó:
“A los que les da miedo lo que dijo mi padre, les recuerdo que es la persona más optimista que conozco. Así que vayan haciendo sus maletas. Que el 2 de julio es temporada alta. Y sale caro largarse del país”.
Germán Martínez, el panista y calderonista, hoy redimido por AMLO, llegó a expresar que Lázaro Cárdenas estaría mejor en el cementerio de la historia.
Escribió el 4 de agosto de 2014:
“Un funeral. Con asombroso tino los diputados perredistas organizaron en el Palacio Legislativo unas pompas fúnebres por la muerte de Lázaro Cárdenas. ¡Acierto total! Efectivamente la reforma energética ‘lo mató’; y ojalá, su obra, jamás resucite”.
Y cerró:
“Divinizar a Cárdenas le costó mucho al país. El régimen priista poco a poco se alejó de su pasado. El PAN le dio una victoria al futuro y a la modernización. La izquierda, huérfana de su Tata Lázaro, ¿por qué no propone expropiar los medios de producción, reanudar la lucha de clases y colectivizar los esfuerzos laborales? Hay conceptos políticos repugnantes, y difuntos que apestan”.
Y hoy lo recluta López Obrador.
Javier Lozano, senador, primero priista, luego panista, hoy en el equipo del candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade, destila veneno en cada palabra. Y más si se trata de López Obrador.
“No se le puede entregar el país a un evasor fiscal”.
O lo descalifica:
“Está lleno de ignorancia y de prejuicios y a partir de ahí hace políticas públicas”.
Gerardo Fernández Noroña es otro caso. De estilo soez, a menudo procaz y majadero, viaja a Venezuela y desde ahí increpa a quienes vislumbran al México chavista de López Obrador.
“Los que sostienen que hay crisis humanitaria en Venezuela son unos farsantes, unos verdaderos miserables que pretenden allanar el camino a la intervención militar estadounidense”.
Y así camina la República de odio en que se hacen trizas los juaristas pejistas contra los vendepatrias del PAN, los venerables maestros masones contra lo más granado del Yunque, y tercian los cínicos del PRI cuyo hábitat es la corrupción.
Estos son los decentes. Hay otros que son vulgares. Hay otros a los que el intelecto no se les da. Hay que otros que el agravio revela su moral. Lo suyo es el insulto. La amenaza también.
Se les lee en Twitter, en Facebook, en Youtube, en cualquier red social, increpándose, suponiendo que el insulto es libertad de expresión. Y todo a cambio de nada, pues del poder sólo disfrutan quienes mueven los hilos de la confrontación.
Insensato, Ricardo Alemán rubricó el tuit con dos palabras: “les hablan”. Y ahí se despeñó el autor de Itinerario Político.
Cuatro frases contenía el mensaje: “A Lennon lo mató un fan, a Versace lo mató un fan, a Selena la mató una fan, a ver a qué hora chairos”.
Y pudiendo condenas el llamado al magnicidio, pudiendo conminar a evitar expresiones así, prefirió activar el linchamiento de los pejistas de bien y de los chairos del mal, de los mesurados y hasta de un sector de los intelectuales.
Alemán salió de Televisa, Canal 11 y Milenio, pero sigue en sus redes sociales, desde donde seguirá jodiendo al Dios Peje.
Su caso ilustra al México de las redes, la arena de los odios, el coso de los agravios, el mundo de la descalificación y la amenaza.
Eje Central, el semanario del periodista Raymundo Riva Palacio, retrata a un México que avergüenza. El mercado del agravio las cifras de la vulgaridad en las redes sociales, los denuestos de quienes tienen nombre y apellido, y de los que atacan desde la penumbra y el anonimato.
Bajo la firma de Juan Carlos Rodríguez, Jonathan Nacer y Luis León, Eje Central describe:
“Eje Central revisó las conversaciones alojadas en las cuentas de Twitter de los candidatos a la Presidencia de la República, del Instituto Nacional Electoral y del presidente Enrique Peña Nieto. Se logró identificar dos mil 104 mensajes de odio emitidos entre el 8 de septiembre de 2017 —fecha en que comenzó legalmente el proceso electoral— y el 8 de mayo. De ese total, 266 mensajes contienen la palabra ‘corrupto’, 260 utilizó ‘pendejo’, 205 ‘pinche’, 177 la palabra ‘puta’; en 141 casos se detectaron frases que incluyen la palabra ‘mierda’ y 134 con el término ‘rata’. Las mentadas de madre son altamente socorrida en los textos para expresar rencor.
“La oración ‘Chinga tu madre’ fue detectada 106 veces y ‘chingas a tu madre’ 101. El calificativo ‘puto’ tuvo 89 menciones, ‘no mames’ 74, ‘ratero’ 64, ‘culero’ 38, ‘pinche viejo/vieja’ 32, ‘mamadas’ 24 y ‘púdrete’ 13”.
Y esas son las decentes, las que les profieren a López Obrador, Anaya, Meade, Margarita y El Bronco. Son peores las que cruzan los fans de unos y otros, sobre todo los chairos que no le guardan respeto a nadie, ni a los pejistas de bien que llaman a la cordura, los que discuten con argumento, los que tienen ética y moral.
De los cinco candidatos presidenciales, Meade es el más linchado. Se burlan de su aspecto, el vitligo que afecta su rostro. Le dicen “pinto”. Y por su apellido es “meado”. Acumula 719 frases peyorativas, tildado de “corrupto”, “pendejo”, “pinche”, “rata” y “mierda”.
Le sigue Margarita Zavala con 400 comentarios agresivos: “puta”, “asesina/asesino”, “corrupta/corrupto”, “chinga”, “pendejo/ pendeja”, “chingada” y “culero/ culera”, citando el caso de la guardería ABC en Sonora en que murieron quemados o asfixiados 49 niños o el supuesto alcoholismo de su esposo, el ex presidente Felipe Calderón.
Anaya es tercer lugar. Hasta el 8 de mayo había recibido 264 comentarios insultantes: “corrupto”, “puto”, “pendejo”, “pinche”, “rata”, “mierda”, “no mames”, “ladrón”, “chingada”, “puta”. Y le recuerdan que se auto impuso en la candidatura presidencial del PAN, los moches en la Cámara de Diputados, el gasto por el tiempo que su familia vivió en Atlanta y el presunto de lavado de dinero con la nave industrial.
A López Obrador lo trata bien el gremio de los procaces. Va en cuarto sitio. Acumula 168 expresiones de odio: “pendejo”, “corrupto”, “pinche”, “mierda”, “chingada”, “pinche viejo” y “no mames”. Le cuestionan la amnistía a criminales, la opacidad de su vida, los presuntos lujos de sus hijos, su alianza con el minero Napoleón Gómez Urrutia, acusado de robarle 54 millones de dólares a su gremio y con la dirigente de autodefensas, Nestora Salgado, denunciada por secuestro.
Es en Twitter, en Facebook, en WhatsApp donde prolifera el escarnio, la descalificación, la guerra de las palabras y la ausencia de las ideas. Ahí se ventila el ataque, el insulto y la amenaza.
Son violentos los pejistas y los antipeje, los que insultan, agravian, intimidan y excluyen.
Son violentos los que secundan a Ricardo Alemán y aplauden el tuit que incita a ultimar a López Obrador, y también la raza chaira que desfoga sus iras, la que vacía sus pasiones increpando a la mafia del poder.
Son violentos los que fustigan e insultan a Álvaro Delgado por cubrir para Proceso la campaña de Ricardo Anaya, o a Loret de Mola, López Dóriga, Ciro Gómez Leyva o todo aquel que analice y critique los dislates, incongruencias, absurdos y hasta los coqueteos de AMLO con la mafia del poder.
Así se vive en la República del odio.
Archivo muerto
Trepado en su ladrillo, Pipo Basañez es un clon de Renato Tronco. A 20 centímetros del piso, el tipo sufre el vértigo del poder. Alardea, se jacta, presume un triunfo que nunca llegará. Y mientras el descalabro llega, irrita a los operadores electorales que creyendo en el Señor de los Muertos se unieron a una campaña que se destiñe, se desfonda, que fue un chispazo que auguraba un escenario de contienda cerrada con las huestes de Morena. Pipo Basañez elude a los que promueven el voto por Renato Tronco, el minicacique de Las Choapas que ofreciera triunfos en dos distritos electorales federales —Coatzacoalcos y Minatitlán— y uno en el local Coatzacoalcos Rural, con la parentela como invento político, contando el cuento de que se podía ganar. Gracias a Pipo Basañez, las estructuras electorales se fracturan. Por incumplir en el pago acordado, hay deserción. Y un buen número de votos terminarán sumados a los que Morena ya tiene como voto potencial o regresarán al PRI. A distancia, los padrinos y los mayores del yunismo azul, con estructuras propias, las que trabajan para Miguel Ángel Yunes Márquez, candidato a gobernador, sólo ven a un tronquismo que se estancó. Y de ahí que cada quien vaya por su lado. Las cifras dirán, la noche del 1 de julio, quién cumplió y quién engañó… Nuevos despidos, esta vez 150, y habrá más. Así es la mala leche del alcalde Carranza, la inquina contra los que ganan una miseria, la soberbia del que pugna por un gobierno rico y un pueblo pobre. Firma acuerdos el edil de los 72 mil pesos al mes —98 mil según el tabulador secreto—, empeña su palabra, y vuelve a recortar personal. Este 15 de mayo 150 empleados ya no recibirán salario o será el último que les conceda el ayuntamiento de Coatzacoalcos, mientras la parentela de Carranza, la de la síndica Yazmín Martínez Irigoyen, la de regidores y funcionarios de confianza, se sirven del erario al más puro estilo priista, como todo lo que dicen combatir. Familias completas de Morena hoy se hallan en la nómina municipal. Cuenta Víctor Carranza que hay que ajustar el gasto corriente, mientras el suyo es un salario que insulta, oprobioso, equivalente a lo que cobraría una docena de trabajadores a los que hoy despide. Falto de palabra, el edil de Morena trae ganas de enfrentar una huelga descomunal, pues su reingeniería administrativa atropella el derecho de los que menos tienen… Sigue el éxodo, la repulsa al PRI, dejando al tricolor y emigrando a Morena y al PAN. Marcelistas unos, antimarcelistas, otros que militaron en los equipos de Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— y Joaquín Caballero Rosiñol, quemaron las naves al advertir el agotamiento del proyecto priista en Veracruz. José Manuel Villegas y Víctor Márquez Fernández, ex delgado del Movimiento Territorial y de a Fundación Colosio, respectivamente, cabezas de Alianza por Coatzacoalcos, hace semanas que vienen operando en el equipo de Miguel Ángel Yunes Márquez, candidato del PAN-PRD-Movimiento Ciudadano al gobierno de Veracruz, y de la candidata al Senado, Jazmín Copete Zapot. Son expertos en armar estructuras electorales y en el rescate de seccionales en crisis. Con Renato Tronco mejor pintaron su raya. Otros priistas, del equipo de Miguel Antonio Wong Ramos, operador del ex alcalde Marcelo Montiel, ya no operan para el PRI, así como el joaquinista Silviano Delgado, ex director Municipal del Deporte; Idalia Gómez, ex regidora y maestra; Iris Rojas Cabrera, ex regidora. Y así se va desgranando el PRI, que ni pinta ni suena ya… Atacados por vándalos intoxicados, Hernán Villarreal y Alberto Cardona apenas la pudieron contar. Alberto recibió un navajazo en el cuello que pudo cortarle una arteria y provocar un desenlace fatal; Hernán, golpes diversos. A eso de las 9 de noche, el sábado 12, ambos periodistas dejaron las instalaciones de Presencia, el periódico de Las Choapas donde laboran. Cardona conducía la motocicleta en que le dio el aventón a Hernán Villarreal para dejarlo en su hogar de la colonia Anáhuac. Súbitamente, seis individuos se les fueron encima hasta derribarlos. Hernán y Cardona se defendieron pero los sujetos prosiguieron su ataque con armas punzocortantes. De no haber sido por vecinos y familiares que salieron a defenderlos, otra habría sido su suerte. Uno de los malvivientes fue aprehendido por la policía municipal. Un policía resultó herido también De los tipos, de su vida inútil, del cáncer que representan para ese núcleo social, ya se había dado cuenta en las páginas de Presencia. Si esa noche Hernán Villarreal hubiera llegado a su hogar a pie y solo, seguro es que habría sido emboscado y quizá hoy no lo estuviera contando. Hará unos años, este brillante periodista fue levantado por un grupo delincuencial y gracias a la movilización social y al empeño de Presencia, logró regresar. La Comisión Estatal para la Atención y Protección los Periodistas de inmediato tomó cartas en el asunto. Se han establecido protocolos que les garanticen su seguridad. Falta que se investiguen las causas del ataque. Y que no se descarte la labor periodística como móvil de la agresión…
Foto: Twitter