* Detienen al líder de los 400 Puercos * La venganza de Yunes * El puño de hierro * Renato llega al PRI * Tras la necropsia, el funeral * Héctor lo termina de hundir * Lu-pilla no aventaja * Jesús Moreno se inquieta
Sin piedad, como es él, aprieta Miguel Ángel Yunes a César del Ángel, el que presumía que hasta con su vida le impediría ser gobernador, detenido y en prisión hoy, recordando los días en que sus huestes danzaban desnudos, en calles y plazas, los varones generando risa, las mujeres morbo, provocando y retando, creyendo en la impunidad.
Tras las rejas, hoy tendrá que seguir su protesta, quizá desnudo ahí, el líder de los 400 Pueblos, acérrimo enemigo del gober azul, al que tilda de represor porque lo metió al orden en los días en que el chirinismo, o sea Yunes Linares, gobernaba Veracruz por primera vez.
Cayó el viernes 27. Fue interceptado entre la ciudad de México y Pachuca, Hidalgo. Se dirigía a Álamo, en el norte de Veracruz, el feudo de los 400 Pueblos y donde presuntamente mantienen un conflicto por tierras. Otra versión habla de que la aprehensión ocurrió cerca de Poza Rica.
Esa mañana trascendió la detención. Ocurrió en carretera. Horas después ingresaba al penal de Pacho Viejo, municipio de Coatepec, a unos minutos de Xalapa, bajo cargos de motín, insistencia en cometer un delito y atentado contra el bienestar público. Se le presentó a declarar en la Sala de Juicios Orales y más tarde se le internó.
Llegó en una camioneta blindada, escoltada por policías ministeriales, provocando que Veracruz se sacudiera pues es el primer trofeo del yunismo,, sometiendo al porro de Fidel Herrera, al aliado de Javier Duarte, exhibiendo la mano dura y el puño férreo, golpeando al líder del nudismo político que no sólo lo increpó y hostigó en la campaña política de 2016 sino también en la de 2010, que llevó su rabia hasta el punto de la agresión.
Paró en la cárcel César Augusto del Ángel Fuentes por tentar al diablo, por aquella embestida violenta a las puertas del Congreso de Veracruz, el 29 de junio de 2016, en los días en que Yunes Linares era gobernador electo y acudió al recinto legislativo a ser escuchado por la diputación duartista, las rémoras de Juan Nicolás Callejas Arroyo. Lo ignoraron. Entonces habló a los medios de comunicación y se retiró.
Había traspuesto apenas la reja del Congreso, cuando frente a él estaba César del Ángel. Se vieron. Alzó la mano el líder de los 400 Puercos y con un ademán claro ordenó que iniciara el hostigamiento.
Caminaba Yunes Linares por la calle Encanto. A su lado iba el senador panista Santiago Creel Miranda, ex secretario de Gobernación del foxismo, y el líder nacional del PAN, Ricardo Anaya. Un cordón seguridad los protegía. Otros panistas los circundaban. Eran más de 300 tipos allegados a César del Ángel. Volaban las piedras, los palos, las botellas, diseminándose los cristales y las astillas sobre el pavimento, habiendo cortado a algunos. Intentaban romper el cerco humano, usando a las mujeres de los 400 Pueblos.
Como pudo llegó el grupo panista a los automóviles. En el trayecto los vándalos de César del Ángel —unos con corte de cabello tipo militar— correteaban a los yunistas. Acorralados, recibían patadas y puñetazos. Lo mismo ocurría con periodistas que cubrían la agresión. Hubo al menos cuatro heridos.
Y entonces las piedras arrojadas por los porros de César del Ángel se estrellaron contra los cristales de las dos camionetas en que intentaban huir Yunes Linares y su gente.
Ocurría todo ante la mirada impasible, pasivos y complacientes, los policías de Seguridad Pública, la policía criminal de Arturo Bermúdez Zurita, la policía que levanta inocentes y los desaparece, la policía de Javier Duarte.
Minutos después comenzó la reacción. Escribió Ricardo Anaya en Twitter: “Fuimos brutalmente agredidos por enviados de Javier Duarte. No a la legalización de la corrupción. Ni un paso atrás!”.
Lo mismo hizo el PRD nacional: “Cobarde ataque el de los supuestos 400 Pueblos al gobernador electo @YoconYunes así como a @RicardoAnayaC en #Xalapa”.
Por el ataque al gobernador electo, Anaya, Creel y el grupo yunista, se abrió la carpeta de investigación 2715/2016 y su acumulada 2720/2016. En ellas se tipificaron los delitos de estragos, motín e incitación a cometer un delito,
Aquello no se habría de quedar así. Y no se quedó.
Hoy César del Ángel está en prisión. No lo salvan ni los fideles ni los duartes. Tampoco Héctor Yunes Landa, su aliado en la campaña por la gubernatura de Veracruz que finalmente perdió por ser más de lo mismo. Tampoco Pepe Yunes Zorrilla, el otro senador, que en un desatino brutal para sus proyectos de poder, el 8 de enero, apadrinó a los Del Ángel en Álamo, en la conmemoración de la promulgación de la Ley Agraria.
Se saben aislados, abandonados, los 400 Pueblos porque los granujas de la “plenitud del pinche poder” ya apestan dentro y fuera del PRI, echados del palacio de gobierno de Xalapa. Servían las huestes de César del Ángel para denostar, retar e infundir temor a los adversarios políticos y a la población xalapeña, convertida la capital de Veracruz en muladar y letrina, los parques y las plazas transformadas en campamentos de un grupo que, marginación y pobreza aparte, fue usado como ariete para intimidar al rival político, llámese Dante Delgado, Yunes Linares o Miguel Alemán.
Detrás de los 400 Pueblos o los 400 Puercos como mejor les venía, estuvo siempre Fidel Herrera, y Javier Duarte, y Reynaldo Escobar, y Erick Lagos, estos dos piezas de la fidelidad, los que pactaban, los que se exhibían en público con los badulaques sin ropa para dejar constancia de quién mecía la cuna y auspiciaba la violencia.
A una de las críticas de Fidel Herrera y su entenado político, Javier Duarte, Claudia Guerrero Martínez, titular de la columna Entre lo Utópico y lo Verdadero, le apedrearon su lavandería y las oficinas del periódico Veraz, del que es propietaria y directora. Otro día le bloquearon la entrada a su hogar. Y la policía estatal nunca intervino.
Huérfanos de mecenas, ya no se ve a su lado al ex secretario de Gobierno de Fidel Herrera Beltrán, Reynaldo Escobar Pérez, célebre porque en sus días de poder decía que de Los Zetas ni rastro había en Veracruz. O por los 35 cadáveres que le arrojaron Los Zetas a Javier Duarte cuando el abogadazo Reynaldo era procurador. Y por andar de mitómano con las cifras y la identidad de las víctimas, falseo información y generó la sospecha de complicidad que lo llevó a la renuncia.
Tendrá que bailar, quizá desnudo, en prisión, el líder de los 400 Pueblos, como lo hacían en Xalapa sus acarreados, hostigando y generando el morbo, más cuando sus mujeres, sin pudor, dejaban sus ropas y mostraban carnes caídas, piel arrugada, abdomen inmenso. Y una chica, por ser menor de edad, motivó una queja y denuncia penal porque eso se llama perversión de menores.
En unas líneas cuenta el portal en internet Versiones la historia negra del líder de los 400 Pueblos:
“Cabe mencionar que la historia negra de este personaje data desde 1967. Un 20 de agosto de ese año en Acapulco, Guerrero, intervino en las elecciones internas de la Unión Regional de Productores de Copra.
“El candidato de César Del Ángel, Luis Berdeja, perdió por mil 500 votos entre 15 mil productores, entonces, la lucha por el control de esta organización provocó una balacera que dejó un saldo de casi 40 personas muertas y cientos de heridos.
“Las fuerzas federales intervinieron y aseguraron más de 70 rifles M1 y varios M2; también seis escopetas de diversos calibres, 22 pistolas 380 y 30 más calibre 38 súper y decenas de ametralladoras”.
Sol y sombra, pues, de César del Ángel Fuentes, al que su hijo Marco Antonio del Ángel Arroyo categoriza como preso político, del que dice que está tras las rejas como “víctima” de Yunes Linares.
Le pega al gober Miyuli y a su fiscal, Jorge Winckler, con lenguaje soez, el verbo del ex diputado local plurinominal del PRI.
“Es una venganza política —acusa el vástago—. El Fiscal que es un mayordomo de la familia Yunes, fotógrafo y creo que también payaso, patiño de la familia, está haciendo venganzas políticas a la carta”.
Le queda al joven Del Ángel Arroyo sólo el alarde como escape:
“Estoy totalmente orgulloso de que mi padre sea un preso político de ese hombre represor”.
Sabe ahora César del Ángel que Yunes Linares no olvida. Y aprieta.
Puede bailar, hacerlo desnudo, pero en prisión.
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Archivo muerto
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A contrapelo llega Renato Alarcón Guevara al PRI, a recoger al muerto, a realizar la necropsia, a consumar el funeral. Impugnado, acusado de desviar recursos públicos para promoverse, el ex delegado del ISSSTE en Veracruz asume el mando, a su lado los senadores Héctor Yunes Landa —cuya carrera política arrancó con el encarcelamiento de su principal rival— y Pepe Yunes Zorrilla —nuevo padrino de los amilanados 400 Puercos—. No la vio el fidelismo-duartismo que tanto agitó, que echó de una patada a Felipe Amadeo Flores Espinosa, que promovió a sus peones, que a la vez resultan los cómplices de la gavilla de asaltantes que acabaron con las finanzas de Veracruz. Asumió Renato Alarcón con el desaire de los mezzocapos y sotocapos del gang priista. El capo Fidel ni los peló. No llegó la “lideresa” del sector popular, Erika Ayala, ni el cetemista Víctor García Trujeque, lo que evidencia una profunda división en el PRI. Renato Alarcón llega con la bendición del paniaguado Héctor Yunes, fallido candidato al gobierno de Veracruz, repudiado por el priismo en campaña, ignorado por el electorado que lo vio como “más de lo podrido”, extensión del duartismo —“Javier Duarte es mi jefe político”— y militante del fidelismo con el que llegó a ser subsecretario de Gobierno y líder del Congreso de Veracruz. Pesa sobre el PRI la sombra de Javier Duarte, aplaudidores los priistas del ladrón, callados y omisos, hasta beneficiados del saqueo a las arcas, que a la postre redundó en descalabro electoral del tricolor y la pérdida por primera vez de la gubernatura. Ni el fraude, ni el uso de los programas sociales, ni la presión a los votantes, ni la guerra de lodo y otros desechos más sobre Yunes azul, incluida la pederastia que tanto impulsó su primo y rival, pudieron imponer a Héctor Yunes para encubrir el peculado y salvarle el pellejo a sus patrones Fidel Herrera y Javier Duarte, hoy camino a prisión. Si hace horas naufragaba el PRI, pronto terminará de hundirse. ¿A quién se le habrá ocurrido que el vilipendiado Fidel pudiera salvar al PRI? Carga el ex cónsul —sin inmunidad tras renunciar— con denuncias y descrédito, el estigma de la corrupción, el arranque del caos que hoy se vive, y algo que nadie le va a perdonar: la imposición de Javier Duarte en el gobierno de Veracruz. Caótico el escenario del priismo. Se arañan por la dirigencia estatal y terminan heridos, desahuciados, en terapia intensiva, in articulo mortis… Jodido el panismo de Coatzacoalcos que se deja avasallar, y sonríe. Se adueñan del escenario los priistas, el marcelismo y el theurelismo que van por la candidatura a la presidencia municipal, no por su partido sino por eso que llaman Acción Nacional. Hasta en el discurso los rebasan. Proclaman los fans de Lu-pilla Félix de Theurel que la señora ya amarró la candidatura a la alcaldía y de inmediato salta Jesús Moreno Delgado para contradecir. No hay tal. No camina la ex primera dama por las colonias. No se le ve conectada con el PAN. Arremete sutil el ex director del DIF, ex director de Gobernación, ex coordinador de programas federales, siempre a la sombra de Marcelo Montiel Montiel, caciquillo en declive a fuerza de denuncias penales. Arremete Jesús Moreno, sabedor que tres personajes lo apuntalan en el cuartel de mando del yunismo azul: Enrique Pérez, secretario de Educación estatal; Rogelio Franco Castán, secretario de Gobierno, y Fernando Yunes Márquez, senador e hijo del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares. A Lu-pilla de Theurel sólo las respaldan su marido, el impresentable Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— y un costal de dinero que en campaña es clave. Y el panismo sólo ve, oye y calla. Como los changuitos…
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Foto: Xalapa en la Noticia