Veracruz: la violencia revienta al gobernador

* Hasta Obrador lo refuta  * “Estamos contentos”, decía Cuit  * Esmeralda Ixtla, favorita de Edel  * Armando casos tipo película del Chapo  * Juez Porky, sobrino de la magistrada Gladys  * Yolanda Sagrero, suciedad en Tesorería  * Dinero desviado a universidad del Peje  * Maniobra Caballero para imponer a Esteban Lara  * De Odebrecht a Banorte

Día y noche, Cuitláhuac sueña. Y le da por mentir. Sueña con que el Veracruz violento se esfuma, que retorna la paz, que en la zona de Orizaba disminuye la inseguridad, que el crimen baja, que le va ganando la batalla a los señores del mal. Y cree engañar a su mentor, Andrés Manuel López Obrador.

“Estamos contentos”, dice el gobernador.

“En Veracruz no existe la inseguridad”, suelta otro día haciendo suponer que trae desconexión interneuronal.

Y Veracruz enfurece.

Sus datos no son los datos de Andrés Manuel. Veracruz, según el presidente, es una de las 10 entidades donde la incidencia delictiva crece, diseminando el crimen organizado los cuerpos de sus víctimas y lo peor es la forma en que les arrancan la vida.

Diría AMLO en Durango —agosto 10— que en Veracruz no ha podido disminuir la violencia. Y Cuitláhuac García, el gobernador sólo apunta que estamos “contentos”.

En Durango, añadiría el presidente López Obrador, había mucha violencia y ha disminuido. Ahí, en todo 2019, no ha ocurrido un solo secuestro.

“Ayer no hubo homicidios en Durango. Y así está Nayarit, del norte estoy hablando, inclusive Sinaloa ha bajado la incidencia delictiva”.

Y luego acalambró a Cuitláhuac, su fallido discípulo, el que sueña y le miente, el que baila y engaña.

“No podemos decir lo mismo en el caso de Jalisco, Michoacán, Guerrero, Guanajuato, Veracruz; pero sí sabemos bien lo que está sucediendo y no estamos cruzados de brazos, estamos actuando”.

De los cuatro embolsados en Maltrata, municipio enclavado en la Sierra Madre Oriental, en la colindancia con Puebla, el presidente de México expresó:

“Sí, muy lamentable este caso. Desde ayer se está atendiendo, lamento mucho que se presenten estos hechos de violencia tremendos y que pierden la vida seres humanos, y además por la forma en que se realizan estos crímenes”.

Y sacuden los asesinados en Vega de Alatorre. Y los cuerpos hallados en un pozo en Minatitlán, uno de ellos un ciudadano levantado por policías estatales en 2018. Y los negocios quemados en Coatzacoalcos con bombas molotov. Y el agente de Tránsito de Xalapa, también levantado, cuyo cuerpo apareció sin vida. Y el joven violado y ultimado en un panteón de Acayucan.

Así el Veracruz violento. Y un gobierno que amenaza a sus críticos y otros los deja morir.

Al periodista Marcos Miranda Cogco le llegaron amenazas directas de bajarle y apoyar al secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos, o atenerse a lo que pudiera venir. Y ocurrió el levantón. Desatado el escándalo y palpadas las consecuencias, Marmiko fue dejado en libertad.

A Jorge Celestino Ruiz Vázquez, corresponsal del Gráfico de Xalapa, primero lo llenaron de amenazas, le establecieron un protocolo de seguridad, la policía lo cuidaba a control remoto, con rondines y visitas. La noche del 2 de agosto un par de sujetos llegaron a su tiendas de abarrotes en La Bocanita, municipio de Actopan, y le segaron la vida.

Demoledor, el golpe de realidad.

Y AMLO terminó por refutar a Cuitláhuac García. Lo desmiente exhibiendo el nivel de violencia de Veracruz, su incapacidad para contener la inseguridad.

El 1 de agosto, en Orizaba, al salir de la Mesa de Seguridad, el gobernador expresó:

“Aquí en Orizaba particularmente en la región bajaron los índices delictivos, por eso estamos contentos, se están dando los resultados esperados”.

Presumía calma y control en la zona de Ciudad Mendoza, Nogales, Río Blanco, Orizaba. “Bastante bien, por fortuna bastante bien”.

Falaz, embustero, el gobernador no hila qué ocurre en Veracruz. “Estamos contentos”, decía por la estadística delictiva de Orizaba y la región occidental central, cuando el 9 de agosto las 12 bolsas de plástico, conteniendo cuatro cuerpos precipitó la debacle.

“La información preliminar indica los cuerpos abandonados por los victimarios son de personas originarias de otras entidades. Por tal motivo, se estableció contacto con el gobierno de Puebla para conocer si dispone de información sobre personas desaparecidas y cuyas generales pudieran coincidir”.

Falso. Dos de los muertos eran originarios de Mariano Escobedo y otros dos de Río Blanco, municipios conturbados a Orizaba. Según reportes de prensa, los hermanos Irving y Brian Reyes Martínez fueron sacados de su domicilio por policías estatales y aparecieron desmembrados. Se les reconoció por tatuajes en su piel, uno de la Santa Muerte y el otro por una figura de Diablo.

Veracruz está descompuesto. Y su gobernador anda ciego.

Niega la realidad, la violencia sin control, la nula estrategia para abatir la inseguridad, la propensión de su equipo cercano a engañar, incluso el montaje de rescate de secuestrados.

Mentir es inmoral. Mentirle a López Obrador es suicida. Y es traición.

Una y otra ha escuchado al presidente condenar el nepotismo y la corrupción, y más cuerda se da.

Aquí, en el gobierno de Veracruz prevalece el nepotismo, la corrupción, contratos de obra y proveeduría sin pasar por procesos de licitación, tráfico de influencias y excesos de poder.

Andrés Manuel condena el nepotismo y Cuitláhuac niega que incurra en él. Y sus primos, media hermana, parientes de otros parientes, todos diseminados por todo el gobierno estatal.

Siete veces llegó el presidente a Veracruz, apuntalando a su pupilo, sosteniéndole el brazo en alto, categorizando a Cuitláhuac como un hombre honesto, limpio, una bendición para los veracruzanos, una fórmula política que en los hechos falló.

Hasta que Andrés Manuel se enfrió.

A la octava visita se sintió el hielo. No más brazos en alto. No más adjetivos de honesto, ni la analogía de la bendición. AMLO dejó de prodigarle calor.

Políticamente, Cuitláhuac está muerto. Nueve meses después no gobierna, desgobierna. Nueve meses después la violencia lo devora, la seguridad fracasa, Veracruz se tiñe de sangre, aparecen embolsados, queman negocios, persiste el cobro de piso, no amaina ni el secuestro ni el feminicidio. Los cárteles no dejan de mandar.

Nueve meses después los parientes sieguen en nómina, continúa la corrupción, un gobierno que no termina de arrancar.

Andrés Manuel es de signos. Hay un evento que es crucial: la graduación de cadetes de la Heroica Escuela Naval. No hay presidente que la ignore. Es un ritual.

AMLO no acudió y no envió en su representación a ningún miembro de gabinete. Lo representó Beatriz Gutiérrez Müeller, su esposa, la no primera dama de México, sin investidura oficial, sin nivel presidencial. Algo indigno para el gobernador. ¿Lo entendió?

Quiso López Obrador recomponer Veracruz, apuntalar a su pupilo, ayudar a que su gobierno pudiera marchar. Cuitláhuac no se dejó.

Apenas se sabe del sabotaje a AMLO en Veracruz. Aquí sus enviados no pasan. Bloquearon a Julio Scherer Ibarra, consejero jurídico de la Presidencia, y Scherer se retiró.

Le ayudaría a encauzar el gobierno, aplicarse mejor al proyecto López obrador, corregir el rumbo, servirle a Veracruz. Pues no pasó.

O dicho de otra forma, Cuitláhuac bateó a Andrés Manuel. Así la soberbia en aquel cuchitril.

A los ojos del Peje, Scherer vale más que Cuitláhuac. Scherer es eficiente y discreto, leal y ético.

Cuitláhuac es lo contrario: inútil, retorcido, mentiroso, arbitrario, soez, desleal. Y capaz de hundir a Veracruz.

Lejos del presidente, nadie lo puede ayudar.

Sueña despierto. Ve una película rosa, el retorno a la paz, la tranquilidad en las calles, el regreso al Veracruz en que se arrulla el mar.

Y mientras sueña, la realidad de la violencia incendia a Veracruz.

Archivo muerto

Tiene el Poder Judicial en Veracruz un presidente formal, Edel Álvarez Peña, y una dueña real, Esmeralda Ixtla. Consentida, favorita en el reino, es Esmeralda Ixtla el poder tras el trono. No hay juez que no designe, ni jueces que no se plieguen a las órdenes, caprichos, exigencias de la secretaria de Acuerdos del Consejo de la Judicatura. Un insider, agudo y punzante, cuenta que el juez Mario Vivanco Gastélum, el que varío el delito de secuestro imputado a los duartistas Edgar, César y Rodrigo Spinoso por el de privación ilegal de la libertad para facilitarles que evadan la cárcel, es de los que se cuadran con Esmeralda Ixtla. Lo mismo Marco Castellanos Mar. Sórdido, el tema de la pudrición judicial arrastra a fiscales como Alejandrina Barrera Solís y Virginia Carrera Cumplido que en contubernio con elementos y altos mandos de la Secretaría de Seguridad Pública y jueces, fabrican casos contra ciudadanos que nada tienen que ver con la delincuencia, refiere el insider. “Les armaba una teoría del caso digna de un narcotraficante de la talla del Chapo Guzmán”, señala el reporte. Y en el vértice, Esmeralda Ixtla, la favorita en el reino de Edel… Juez venal, juez a modo, Rubén Romero. Es el que sentencia al Porky Diego Cruz Alonso a cinco años de prisión y 15 mil pesos de reparación de daño por pederastia agravada en agravio de Daphne F. Juez mañoso, desestimó la agravante, que dos mozalbetes abusaran de la menor —entonces la joven tenía 17 años—, que la hubieran subido a la fuerza a la camioneta y ahí la tocaran, le introdujeran sus manos bajo la ropa, le rompieran sus prendas íntimas. Y luego otro rufián, Enrique Capitaine, la violara en el baño de su domicilio, al que fue llevada contra su voluntad. Y el juez infame sólo sentencia por cinco años abriendo la posibilidad a salir bajo fianza. La Fiscalía de Veracruz ya apeló la sentencia y todo queda en manos del presidente del Poder judicial, Edel Álvarez Peña, aquel al que un día pillaron en la zona de tolerancia de Coatzacoalcos, siendo alcalde, con su cabildo en pleno. Juez venal, Rubén Romero, es sobrino de la magistrada Gladys Maldonado, de peor fama en el sistema judicial… Un rostro y mil caras, la de Yolanda Sagrero Vargas. Un rostro con Rocío Nahle, la senadora con licencia y hoy secretaria de Energía, y otro con Víctor Manuel Carranza, el alcalde de Coatzacoalcos al que sobaja cada vez que trae la hormona alterada. Por encima del tesorero municipal, Mario Pintos Guillén, Yolanda Sagrero hace y deshace con los dineros públicos, decide qué hacer y qué ocultar. Desde la Dirección de Contabilidad, que recursos se mantienen en su ruta y cuáles no. Más allá de su investidura, simple empleada de Tesorería, es la clave de los dineros del proyecto López Obrador. Y en su pasado hay delincuentes. Uno de ellos, Renato Tronco, según lo calificara el entonces gobernador electo, Cuitláhuac García, ante un grupo de periodistas, de lo cual hay video. Comiendo en el plato de Renato Tronco, Yolanda Sagrero le vendió el proyecto de la Universidad Politécnica de Coatzacoalcos, ubicada en la congregación Guillermo Prieto. Eran sus días de priista-duartista, luego se alió al “delincuente” Renato Tronco y más tarde se acomodó con Rocío Nahle y con Andrés Manuel López Obrador. Hay desvío de recursos del ayuntamiento en el que es directora de Contabilidad a la UPC, de la que ha sido impulsora. Son los dineros fantasma a la universidad del Dios Peje. Y esa es sólo una pizca de su historial… Con una treta, Esteban Lara será candidato a regidor por Coatzacoalcos. La urde Joaquín Caballero, ex alcalde que fragua cómo penetrar el próximo cabildo. Esteban Lara, ex delegado de la Secretaría de Educación en el sur de Veracruz, de paso gris y un escándalo desatado por una fotografía en que se le ve perdido de sueño —y algo más— en un antro, es la propuesta a Movimiento Ciudadano cambio de apoyo y estructura para la contienda municipal en 2021. Caballero impulsará al ex secretario del ayuntamiento, Juan Manuel Rodríguez Caamaño, para la alcaldía siempre y cuando Esteban Lara sea inscrito como regidor primero en la planilla del partido del hoy senador Dante Delgado Rannauro. Obvio, a Juanelo Rodríguez no alcanzaría para ganar la elección pero el alfil de Caballero fácilmente llegaría al cabildo y desde ahí hacer valer su voto y evitar acciones legales que pudieran llevar a juicio al Señor de las Novias… ¿Quiere López Obrador abrirle otro boquete a Odebrecht? Que indague en Banorte de Coatzacoalcos. Ahí hubo cuentas que recibían grandes sumas, fortunas de magnate, justo en los tiempos en que se construía la planta Etileno XXI en Nanchital, hoy operada por la brasileña Braskem en sociedad con la mexicana IDESA. Millones y más millones al amparo de la construcción realizada por la empresa número uno en sobornos a nivel mundial. Que revisen los videos y a un personaje joven en específico. Una pista: a un gerente le costó el cargo. Seguro que la FGR encontrará ahí un filón de información. Y el Dios Peje feliz…

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Foto: Zaíd Cárdenas

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