PRI: ni unidad ni concordia

* Viajó Theurel al DF a grillar al gobernador  * Mónica Robles, entre el gremio que le repugna: los priístas  * Jorge Barrera, cesado en el Ayuntamiento de Nanchital  * Patricia Martínez y Adolfo Ramírez, finalistas por la alcaldía  * Pepe Chagra, síndico o regidor panista  * Estudiantes acarreados en el informe de Pepe Murad

Mal montado, el show del gobernador Javier Duarte de Ochoa demandaba de los priístas una misión imposible: unidad y concordia para enfrentar la debacle electoral que asoma en el horizonte veracruzano.

 

A eso los convocó el gobernador, en Coatzacoalcos, el domingo 20. Los sentó a su lado. Convidó el desayuno —¿pagado con dineros públicos?—, prodigó sonrisas, rió e hizo reír, en un ambiente de fingida camaradería, pues de ahí habría de trabar los acuerdos que el PRI necesita para enfrentar la elección del 7 de julio para renovar el Congreso y las 212 alcaldías.

Sentados en la misma mesa, destilaban hipocresía Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”—, el disparatado alcalde multipolar de Coatzacoalcos; su esposa, Guadalupe Félix Porras, alias Lu-pilla o Lady Gaga o la candidata de papel; Marcelo Montiel Montiel, secretario de Desarrollo Social del desarticulado gobierno duartista, acusado de invertir su fortuna de dudosa procedencia en Brasil y de incurrir en pecado de omisión por dejar inconcluso, oxidado y a medio patio al Cristo de Corcovado en Villa Allende; Iván Hillman Chapoy, ahora delegado de la Comisión Nacional del Agua, a quien se le recuerda como el peor alcalde de Coatzacoalcos hasta que heredó esa corona a Theurel; Mónica Robles de Hillman, esposa de Iván El Terrible, trapecista del poder, seguidora del Peje López Obrador y cuando los postulados del Clan de la Succión lo demandan, dispuesta a ir donde el PRI se lo indique; Ramón Hernández Toledo, líder de la Sección 11 del sindicato petrolero, pilar del priísmo pero cuestionado dirigente por la venta de plazas de los que se acusa a su principal operadora, Carmen Carrizosa, y Joaquín Caballero Rosiñol, diputado federal, títere de Marcelo Montiel, con un pasado oscuro y denuncias penales en el clóset.

Duarte tendía puentes y exaltaba la unidad de los priístas. “Más que un llamado a los posibles candidatos —dijo— quiero convivir con mis compañeros del partido porque el PRI en Coatzacoalcos está más vivo, unido y preparado para seguir impulsando, desarrollando, fortaleciendo a la capital del sur de Veracruz”. Así le llamó a Coatzacoalcos en agravio de otros municipios. Y precisó: “El PRI está más unido que nunca, estamos cuates, unidos y vamos rumbo a la victoria”.

Extremadamente predecibles, los priístas son actores teatrales. Su unidad descansa en el discurso hueco y en la evidencia de que la nave hace agua, a merced de los odios y rencores y la pugna de la corrientes en conflicto.

Falto de empaque político, inservible para enfrentar una elección, Duarte no pudo aquietar con su rollo el vendaval. Cuando hizo mención a los priístas distinguidos, puso tal énfasis en el nombre de Marcelo Montiel que generó un aplauso atronador. Fue el génesis de la próxima crisis priísta.

Cargados los dados, se supo en corto que los candidatos priístas serán Caballero y Mónica Robles, uno a la alcaldía y la otra a la diputación local, dedazo que destiñó la unidad de oropel del gobernador de Veracruz y que habría de generar reacciones virulentas de generales e infanterías en las siguientes horas.

Como gas de tehuacán, salió disparado a la ciudad de México el alcalde Marcos Theurel. Muy temprano, el lunes 21, tomó un vuelo comercial, llegó al DF e inició su peregrinar. ¡Ahí viene el loco!, alertaron en la Secretaría de Hacienda al saberlo cerca, pero eso a él poco le importó. Buscaba a su cuate Luis Videgaray y a su recuate Enrique Peña Nieto pero no lo quisieron recibir. Tuvo que conformarse con ser escuchado por el secretario particular del titular de Hacienda.

Dejaría ahí una tarjeta de carga explosiva: cómo se le ocurre al PRI —resumió— premiar a Iván Hillman con una diputación local para su inefable esposa, Mónica Robles, si hizo un deprimente papel como alcalde de Coatzacoalcos, sin una obra relevante y un despilfarro que provocó la derrota priísta del 2009.

No le faltaba razón a su perorata: Iván Hillman estancó tres años a Coatzacoalcos, derrochó 2 mil millones de pesos de presupuesto, una buena cuota de recursos invertida en el culto a la personalidad de su esposa Mónica, Madame Succión, obvio en Diario del Istmo, el periódico de la familia, y la repulsión al pueblo, bañado en alcohol después del abrazo a la gente de colonias.

Ahí dejó su ponzoña el edil, con ganas de provocar reacciones y ser él, el multipolar de palacio, el gran elector del PRI, ninguneado el cordobés Javier Duarte a unas horas de haber convocado a la unidad y a la concordia.

Theurel no paró ahí. Visitó entonces a su mentor político, Fidel Herrera Beltrán, sin hallarlo en su despacho particular, en Polanco. Ahí lo esperó infructuosamente, pues Fidel tenía agenda llena y pocas ganas de escuchar sandeces y caprichos. Tras varios intentos, por la tarde de ese lunes, el ex gobernador de Veracruz ya no lo pudo eludir más. Lo escuchó como se atiende a un hijo desobediente, la justificación como excusa, presente en los adentros del Sultán del Golfo las veces que Theurel lo ignoró, desoyó sus consejos, le cerró el teléfono y ni un PIN le enviaba.

Con expresión de perro apaleado, Theurel se quejaba. Javier Duarte —decía— le niega a su esposa, Lu-pilla Félix, ser candidata a la diputación local por Coatzacoalcos; ella que tiene mejor imagen que Mónica Robles y que no es fanática de López Obrador, enemigo de su amigo Peña Nieto.

Dicho de otra forma, Theurel, alias “Te rompo tu puta madre”, fue al DF a grillar al gobernador Duarte. Y todo porque en el desayuno de la fingida unidad priísta sintió que el calor se lo llevó el marcelismo; que se alineaba a todos en torno a su odiado Joaquín Caballero Rosiñol, quien de llegar a la alcaldía de Coatzacoalcos, sabe Theurel, le va a enderezar una cacería de cuatro años, y porque el ivanismo, vía Mónica Robles, lo va a rebasar por la izquierda.

Theurel tiene cierto que esto no se acaba hasta que se acaba, parafraseando a Lombardi.

Nada logró ese lunes Theurel. Quedó de regresar y sacudir a Videgaray, cobrarle con creces lo que aportó Marcos —¿con dinero suyo, del erario o de los diezmos?— a la campaña de Peña Nieto y obtener, si no el premio mayor, cuando menos un reintegro para su Lu-pilla.

Son un dulce los priístas. Comen en el mismo plato y horas después lanzan veneno desde el helicóptero, para que les toque a todos.

Bendita unidad.

Archivo muerto

Madame Succión, Mónica Robles de Hillman se placea ahora en un gremio que siempre de siempre le fue repugnante, el priísmo, y donde, por supuesto, es mayormente correspondida. Quiso reverdecer sus ayeres de gloria y qué mejor que pararse en el desayuno de la unidad priísta, a instancias del Caballero de la Imprudencia, el gobernador Javier Duarte, este domingo 20, en Coatzacoalcos, del que los tricolores salieron peor de confrontados que como llegaron. Isquierdoza por el ADN materno, Mónica Robles era como un lunar amarillo entre la marea roja, en el que unos y otros, mordaces e hirientes, recordaban cuando la señora Hillman le dio su apoyo público a Andrés Manuel López Obrador, el famoso Peje, en su proceso de desafuero. Su balconeo es parte de la trama del cinismo. Doña Mónica, que ya se ve candidata a diputada federal, no de MORENA sino del PRI, no llegó ahí para recibir la bendición de sus aborrecidos priístas sino todo lo contrario, para monopolizar el repudio que se ha ganado por haberlos tratado como políticos de quinta, cuando era la reina de palacio. Audacia le sobra a la embajadora de la Succión, que no alcanza a percibir la encomienda de los priístas: reventarla en la próxima elección… Rodó la cabeza de Jorge Barrera Ramírez, ex director de Recursos Humanos en el Ayuntamiento de Nanchital. Perdió las alas en su intento de ser candidato a la presidencia municipal, autopromovido para suceder en el cargo al alcalde Alfredo Yuen Jiménez. Su cese tiene el sello de Ramón Hernández Toledo, el líder petrolero, dueño de los destinos de los nanchitenses que ve en Jorge Barrera a un viejo traidor, de los que participaron en la asonada que encabezara Ricardo Castelo Castillo, cuando vía el Grupo Primero de Mayo, intentaron derrocarlo y arrebatarle el control de la Sección 11 del sindicato petrolero. Barrera y otros tres seguidores salieron del Ayuntamiento de Nanchital abruptamente. Así pues, se reduce a dos la pelea por la candidatura del PRI: la abogada Patricia Martínez Mendoza, ex lideresa de las mujeres priístas y presidenta de la asociación SÚMATE, que cada día levanta más simpatías, y José Adolfo Ramírez Jiménez, presidente del PRI local y comisionado en la dirigencia nacional del sindicato petrolero… Finta o no, renuncia al PRI o no, José Antonio Chagra Nacif se perfila como síndico o regidor en el próximo Ayuntamiento de Coatzacoalcos. Lo cocinan Gonzalo Guízar Valladares, virtual candidato panista, y Rafael García Bringas, aspirante a la diputación local, aunque esa versión haya sacudido el PAN local y las corrientes azules toquen ya tambores de guerra. Pepe Chagra, ex dirigente estatal de Nuevo Tiempo Veracruzano, priísta de siempre, no ve espacios en la próxima planilla del PRI que contenderá por la presidencia municipal y parece inminente su integración al proyecto panista, al que presume llevará constructores y comerciantes, con sus respectivos capitales… Autogol de José Murad Loutfe Hetty, en su segundo informe de labores como diputado local por Coatzacoalcos, el sábado 19. Llevó estudiantes de secundaria y preparatoria, obligados, para hacer bulto, lanzar aplausos y echar porras. A cambio de no ver afectada su calificación, los alumnos se prestaron a la jugarreta, sin dejar de expresar que así no es y que en la elección del 7 de julio, sus familias le habrán de cobrar la factura, no a Murad Loutfe sino al PRI