Héctor Yunes: “Yo sí puedo”… aliarme con la basura

* El V Informe  * Pancho Colorado, Javier Duarte, los parientes policías  * SEIDO va por malosos y jet-set  * Piquitos se ampara y evita el desalojo  * Ojeda Banda se engalla  * ITESCO: los “aviadores” de Ricardo Orozco  * La ruta intercolonias de Tony

“Yo sí puedo”, proclama Héctor Yunes y es verdad. Pudo, por ejemplo, aliarse con la basura, con la escoria política que jodió a Veracruz, sirviendo a Javier Duarte —“es mi jefe político”— y hasta con el narcoempresario Pancho Colorado, que purga condena en Estados Unidos por lavar dinero de Los Zetas.

Con doble filo lanza el senador su dardo, punzando a su primo, el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, por un estado que se hunde entre la quiebra financiera, provocada por el duartismo, y la violencia de los cárteles que viene de los días en que su otro patrón, Fidel Herrera Beltrán, hizo de Veracruz un santuario de malosos.

“Yo sí puedo”, receta Héctor Yunes Landa en tres promocionales hacia su quinto informe de labores, con entrelíneas que sentencian que el senador sí puede con Veracruz.

Su mensaje es vacilada pura. Lo adereza con logros descritos en fugaces textos que hacen el recuento de acciones federales en la entidad que lo vio nacer.

Cita el sistema anticorrupción, cuya comisión senatorial preside pero que no pudo sacar adelante el nombramiento del fiscal para el tema.

Habla de acciones y un tono amigable que no se reflejan en su lenguaje áspero hacia el Veracruz del yunismo azul, el que lo humilló en las urnas, aquel domingo 4 de junio de 2016 en que fracasó el aparato de poder, el voto comprado, la burocracia en tropel, el derroche de mil 300 millones de pesos para entronizar al PRI en el gobierno estatal.

Aquel día Héctor Yunes pasó a la historia. Fue el priista en perder la elección de gobernador en Veracruz.

Y de ahí el reto en sus palabras, el seguimiento a Yunes azul, el recuento de sus errores y las promesas sin cumplir.

“Yo sí puedo”, dice Héctor Yunes, añorando ser de nuevo candidato a gobernador en 2018, regateando el espacio que de sobra es sabido será para el otro senador del PRI, José Francisco Yunes Zorrilla.

“Yo sí puedo” es el eslogan de Héctor Yunes. Y dice bien. Él sí pudo, por ejemplo, orbitar en torno a Francisco Colorado Cessa, dueño de ADT Petroservicios, acusado en Estados Unidos de lavar dinero de Los Zetas, vía la compra de caballos de carrera, los cuarto de milla, o de ganar carreras arregladas para engullirse las bolsas millonarias que se juegan en cada tiro.

Esa relación con el narcoempresario se acredita en conversaciones telefónicas entre Pancho Colorado y su hijo, Francisco Agustín colorado Cebado, grabadas, desde la prisión de Bastrop, en Texas, en que el empresario lo insta a buscar a Héctor Yunes y entregarle las “hieleras”. Y luego, explícitamente, habla de allegarle cantidad de dinero.

También pudo Héctor Yunes ser alfil de Fidel Herrera, el iniciador de la debacle veracruzana, primero como subsecretario de Gobierno, y luego como su operador de lujo en el Congreso de Veracruz.

Capoteó las broncas políticas, el abuso de poder, las extravagancias y la proclividad demagógica de Fidel, y más tarde condujo a la bancada priista a la condición de cómplice del saqueo, las cuentas públicas amañadas, la disculpa a los alcaldes transgresores de la ley, los primeros rasgos del gran peculado, la deuda pública que comenzaba a detonar.

“Yo sí puedo”, se dijo cuando Fidel Herrera lo marginó de la sucesión, quebrado el discurso, la beligerancia momentánea, la rabieta pasajera, la irritación que un instante se esfumó. A cambio de su dignidad atropellada, amarró la senaduría, plataforma imaginaria a una gubernatura que nunca llegó.

En los días de Javier Duarte fue el mejor de los duartistas. “Javier Duarte es mi jefe político”, expresó Héctor Yunes para quedar sellado para siempre.

Luego simuló un alejamiento que nadie creyó.

En campaña, fluyeron los millones para enfrentar a la oposición panista y contener la oleada de Morena, que también traía el respaldo de Javier Duarte.

Del financiamiento ilegal, hay por lo menos dos pistas: la de los videos hallados en Casa Veracruz, la otrora residencia oficial del gobernador, y un audio en que el ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, cuenta detalles.

Del tema escribió el periodista Ignacio Carvajal, el 8 de febrero pasado. Y más tarde, el 11 de junio, lo confirmó con la existencia del audio.

En el portal Blog Expediente, Carvajal plantea la revelación del general de cero estrellas, una inversión de Javier Duarte, obvio con dinero extraído de las arcas del gobierno de Veracruz, por mil 30 millones de pesos.

“En el audio también se oye que Bermúdez incrimina al ex dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Manlio Fabio Beltrones, de haber recibido, de manos de Héctor Yunes 500 millones de pesos para su ‘programita’.

“Bermúdez afirma que el recurso, sin embargo, ‘no fluyó como debía fluir’ el día de las votaciones, y da a entender que se lo robaron cercanos a Héctor Yunes, como el consultor político Fernando Vázquez Rigada y el priísta Francisco Mora Domínguez.

“Se trata del audio del cual habló Blogexpediente el pasado ocho de febrero, que dio origen a la nota ‘Delata Bermúdez a Héctor Yunes’, misma que despertó el enojo del Senador, quien incluso amenazó con presentar una demanda contra el reportero.

“Esa primera información sobre Bermúdez y los presuntos malos manejos de Yunes Landa, se dio en el contexto de la detención de Arturo Bermúdez, acusado de diversos delitos contra la función pública.

“En el audio que ya se puede ver en la liga, Bermúdez dice a un interlocutor no identificado, que él le entregó recursos públicos a Duarte para destinarlos a la campaña del PRI al gobierno del estado, y comprar miles de votos para retener el poder.

“El interlocutor, desconocido pregunta a Bermúdez si él como titular de la SSP, movilizó el dinero de la campaña empleando patrullas, y responde ‘no, no lo moví, los protegí con una patrulla cerca (…) eso sí lo hacíamos como institución… repartir dinero, ahí no. En fin’.

“Dice que los responsables de esta tarea, fueron la gente del candidato. Y menciona al ex titular de la Delegación de la Secretaría del Trabajo en Veracruz, Francisco Mora Domínguez, y al analista político Fernando Vázquez Rigada, socio y fundador de PCN Consultores”.

“Yo sí puedo”, presume Héctor Yunes. Y es verdad. Héctor es capaz de todo, hasta de engañar al Ejército.

Pudo, entre muchas otras rufianadas, disfrazar a su padre y hermanos de policías para simular que eran integrantes de la Policía Auxiliar, el IPAX, y así obtener permisos de portación de armas de fuego, otorgados por la Secretaría de la Defensa Nacional. Denunciados por esa violación a la ley por la bancada del PAN en el Congreso de Veracruz, su caso aún está vigente.

Documentos internos del IPAX acreditan que don César y sus hijos César y Rafael, recibieron sus pistolas reglamentarias, cargador y balas, y se les asignó como “escoltas del senador”.

“Yo sí puedo”, punza Héctor a su primo Miguel Ángel, ante la crisis financiera y de violencia que le heredó Javier Duarte, “mi jefe político”.

Él sí puede alentar un sistema anticorrupción en el Senado y ser incapaz de designar al fiscal.

Sí puede refutar que Javier Duarte lo haya financiado, pero le imputa al ex candidato de Morena, Cuitláhuac García Jiménez, que saliera de Casa Veracruz con maletas cargadas de dinero público. Y nunca lo probó.

Sí pudo servir a Fidel Herrera y a Javier Duarte cuando comenzó la debacle del poder.

Sí pudo… aliarse a la basura que jodió a Veracruz.

Archivo muerto

Son tres listas y en ellas la SEIDO va por todos, por malosos y por falsos ciudadanos honorables, los preclaros miembros del jet-set de Coatzacoalcos. Integra documentos clave de Hernán Martínez Zavaleta, alias El H o el Comandante H, el líder zeta que ordenó la masacre de los niños en la Nueva Calzadas, acusado de trasiego de droga, robo de combustible, de secuestro, extorsión y homicidio; de sus familiares y subalternos, de sus prestanombres y de los operadores financieros, un contador, un arquitecto, un restaurantero, un constructor, dos dueños de antros y hasta el staff de matones, que en su momento aparecieron en operaciones de supuesta compra de inmuebles. Va la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, según esas listas, por los acaudalados del jet-set, por los Chagra y sus socios, sus ligas familiares, hasta su “asesor”, alias Pulgosín Lagunes. De todos hay ya carpetas de investigación que se integran con un cúmulo de información… Vocifera el de Davasam —David Arreola Sam— que ni lo embargan ni lo desalojan del inmueble contiguo a la Torre Piquitos, como le llaman a su restaurant y salón de eventos. Dice que no hay tal. Miente. Evitó el desalojo con una suspensión provisional concedida por el Juzgado Noveno de distrito, dentro del juicio de amparo 90/2017. Así, el juez federal giró el oficio 27024 dejando en suspenso el desalojo promovido por la arrendadora Ve por Más, S.A. de C.V. contra el Grupo Inmobiliario Constructor Damasam por incumplimiento de pago, reclamado en el juicio ejecutivo mercantil 240/2017. Señala la suspensión provisional: “para efecto de que las cosas se mantengan en el estado que actualmente guardan y no se ejecute la entrega del bien inmueble objeto de arrendamiento financiero”. La suspensión del desalojo es momentánea. Al final, el oficio señala: “Por lo que se ordena dejar sin efecto el oficio 3398 de fecha diecisiete de agosto de dos mil diecisiete hasta en tanto se le haga saber lo contrario”. Dos semanas después de la orden de desalojo, no se había ejecutado. David Piquitos la pudo parar. Sólo por unos días. Paga o van a proceder. Algo pasa. Desde la caída del H, a todos sus fans le va mal… A gritos irrumpió Raúl Ojeda Banda y a gritos se hizo escuchar. Marginado en la gira del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, excluido de los temas de seguridad, el ex dirigente de la CANACO y actual líder de Unidos por Coatzacoalcos, la asociación que lucha contra la violencia, que sensibiliza y toca puertas en instancias estatales y federales, que logró que la Secretaría de Gobernación, hablando con su titular, Miguel Ángel Osorio Chong, dispusiera acciones contra el secuestro, vía grupos de especialistas cuando las bandas delincuenciales sacudían al sur de Veracruz en 2016, expresó que para ellos el micrófono estuvo cerrado. A gritos se lo dijo Ojeda Banda a Yunes azul y evidenció que la interlocución con el gobernador es selectiva. “Somos de la sociedad civil y hemos pedido hablar, no nos dieron el micrófono”. Y agregó: “Yo no estoy invitado a tus reuniones pero escúchame”. Yunes le ofreció hacerlo. Luego expresaría que no le gusta que les digan sus verdades… Como si fuera pus, la corrupción en el ITESCO. Un centenar trabajadores causó baja y el sindicato protestó. Eran “aviadores”. Eran lacras que sangraban el presupuesto del Instituto Tecnológico Superior de Coatzacoalcos, algunos de lo cuales servían de peones en el rancho del ex director y ex líder sindical, Ricardo Orozco Alor. Lo revela su titular, María Inés Núñez Monreal, cuya encomienda es limpiar el ITESCO, desterrar la nefasta práctica de usarlo con fines electorales, echar a la mafia de Orozco Alor, incluida Ana Isabel Hernández, lideresa del sindicato que aún le cae el 20 de las consecuencias legales que en breve enfrentará. Su mano está en la presencia de los 100 “aviadores” que también irán a tribunales… ¿Quién es ese funcionario que le ocultó al gobernador Yunes que la ruta intercolonias al poniente de Coatzacoalcos, inaugurada el lunes 28, fue en realidad un obsequio al suegro incómodo de Javier Duarte, el inefable Tony Macías? Cientos de metros de pavimento pasan por los dominios del dueño del Parque Tecnológico Puerto México, ese que está erigido sobre los terrenos robados a Coatza, con un fideicomiso falaz, que encubre el daño patrimonial por los predios vendidos a precio de regalo, los que prometió Yunes Linares que recuperaría por la vía legal. Y Tony, de plácemes…

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Foto: Pinterest

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