Víctor Carranza: “enseña el sistema que ladres como perrito”

* Las limitaciones del candidato  * El Peje lo avergüenza  * El cuñado incómodo  * Eva Cadena vuelve a hablar  * Hará crujir a Morena de nuevo  * Yunes, precandidato de risa  * El taxi y las boletas robadas  * ¿Es CTM, CROC, CROM o independiente?  * El atentado a Ciro  * Se la quieren endilgar a Nicolás Ruiz

A golpe de mesa, Víctor Carranza saca lo bronco y la casta, por la pasividad del pueblo ante su tragedia social, la desigualdad y el olvido. “Te ha enseñado el sistema —dice— que ‘namás’ ladres como perrito”.

Su analogía no queda ahí. Parafrasea a su líder nacional, Andrés Manuel López Obrador, dueño de Morena y futuro candidato presidencial, y le extrae otra joya para la posteridad:

“Te tiran tu migaja y ya te calmaste —cuenta que dice el Peje—. Y eso no puede ser”.

A golpe de mesa muestra el candidato de Morena a la alcaldía de Coatzacoalcos que títere no es. Quizá de Rocío Nahle García, su impulsora, sea sumiso y dócil, pero con los demás exhibe el carácter.

Se pone bronco en espacios de prensa. Célebre fue su entrevista en “Cuéntanos”, el espacio noticioso de Imagen y Política, cuestionado y balconeando por Azucena Rosado Sosa, Idalia Gómez García, Tania Cruz y Gloria Santos Navarro, una periodista y tres políticas.

Hay para Víctor Manuel Carranza Rosaldo un espacio único en el momento electoral: ser el candidato con mayor probabilidad de ganar los comicios municipales del 4 de junio y convertirse en alcalde de Coatzacoalcos.

Amplia entrevista y en ella Víctor Carranza pasa del bochorno a lo sublime, del olvido del nombre de su hija a refrendar que Morena es una opción real, que se nutre del hartazgo social y la repulsa de los ciudadanos a los niveles de corrupción que provocan el atraso de los pueblos.

De esa entrevista, realizada el 11 de mayo, lo que viralizó las redes sociales fue el momento en que le es preguntado el nombre de sus familiares, el de Lucy, su esposa, preparada para ser primera dama de Coatzacoalcos, y cuando llega al de su hija mayor, lo ataca el olvido.

“Cómo se llama”, se le escucha decir mientras sus entrevistadoras, colmilludas y punzantes, lo empinan más.

“Sóplenle, sóplenle”, se escucha decir.  Y le soplan. Es Astrid Carranza Aguilar. 

“Es con o”, expresa el candidato de Morena y por eso no daba con el nombre de su primogénita Astrid.

Por un largo trecho de la entrevista, Víctor Carranza se muestra tajante. Sutilmente golpea en la mesa. Acompaña así cada una de sus respuestas hasta ser cuestionado si su carácter es fuerte.

Y explica que es por las preguntas, las que lo alteran, el bombardeo que lo saca de sí.

Entre frases cortadas, se retrata.

—No, mi carácter es… Yo soy tranquilo, por lo regular soy tranquilo. Ahorita por las cuestiones de las preguntas…

—¿Ahorita en campaña anda enojado, en campaña lo tienen enojado?

—No, fíjate que no. Es más que nada por las preguntas que surgieron aquí y pues que tenemos que despertar por la decisión del pueblo…

Dos semanas después, el sábado 27, Víctor Carranza pasa por otra humillación. La del Peje.

Ahí, en su cierre de campaña, es otro Víctor Carranza. Micrófono en mano, presenta a Cuitláhuac García Jiménez, el diputado federal por Xalapa, que en la dinámica pejista acusa sin ton ni son, imputa culpas a sus adversarios y suele fantasear hasta decir que en la elección de gobernador de Veracruz, en 2016, ganó por siete puntos, que nunca pudo demostrar.

Sobre el piso del teatro al aire libre, en el parque Independencia, Víctor Carranza hace la presentación su diosa morena, Norma Rocío Nahle García, arengando a la minimultitud que acude al cierre de campaña, un deslucido acto que siendo regional debió abarrotar el lugar.

Su tercera estrella es el Dios Peje. Y es el que lo exhibe.

Se toma de las manos en dueño de Morena con Rocío Nahle y Cuitláhuac García. Invita al grupo al diputado Amado Cruz Malpica, coordinador de la bancada morenista en el Congreso de Veracruz. Alzan los brazos mientras la gente aplaude, y grita, y arenga, y celebra.

Y Víctor Carranza sólo los ve.

Otro humillado es Manuel Huerta Ladrón de Guevara, líder estatal de Morena, cuya investidura no le da para la foto con el Dios Peje. Y peor por no haber sofocado las protestas del morenismo veracruzano por la imposición de candidatos a las alcaldías.

Luego se colocan de espaldas. Y tomados de la mano, los brazos en alto, vuelven a arengar. Y los lentes de las cámaras los captan así.

Es entonces que el Peje jala a Víctor Carranza y lo toma del brazo. Y han de aparecer juntos pero de espaldas a la gente. Como si López Obrador no quisiera cometer errores pasados, el de apapachar a Eva Cadena y luego llegó el escándalo de los videos y los fajos de billetes, o el caso Abarca, posando la fotografía que después se usó para vincularlo al ex alcalde de Iguala, Guerrero, enjuiciado y recluido en prisión por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Luego, el Peje lo coloca en el centro y junto con Cuitláhuac García le alzan los brazos. Otra gráfica los muestra en un abrazo en que la expresión del Dios Peje lo dice todo.

No sólo son esos los negativos de Víctor Carranza Rosaldo. Le imputan fraudes en Pemex, una investigación, una sanción de la Secretaría de la Función Pública por autorizar compras con sobreprecio en los días en que era superintendente de Recursos Materiales del Complejo Petroquímico Pajaritos, que él refuta con argumento en mano, alegando que salió limpio y cristalino.

Le llueve a Víctor Carranza por los juicios civiles y mercantiles en que está inmiscuido, junto con familiares y conocidos, uno de ellos declarado en rebeldía.

Le llueve por su cuñado Francisco Bastar Peregrino, con el que también enfrenta procedimientos en los tribunales y a quien se le recluyó seis meses en el penal Duport de Coatzacoalcos, en 2007, acusado de abuso de confianza contra el empresario Marco Antonio Juárez Torres, ya fallecido. 

Nadie tan humillado en los días previos a la elección de alcalde y nadie tan sólido para ganar los comicios en Coatzacoalcos.

Su drama está en la credibilidad. Su fama en la sumisión a Rocío Nahle, con cuyo esposo, José Peña Peña, hay amistad y proyectos.

Bronco en las entrevistas, a Victor Carranza lo trata la cúpula de Morena como un segundón.

Así como el sistema enseña al pueblo a que “namás ladres como perrito”.

O como aquel al que le tiran “su migaja” y se calma.

Vivir humillado vale una alcaldía.

Archivo muerto

Cada que Eva Cadena habla, Morena cruje. Lo hará esta mañana de miércoles. Lo hará a eso de las 8:30 en el hotel Sevilla Palace, en avenida Reforma, en la Ciudad de México. Dirá ahí lo que hasta ahora se ha reservado: los dineros para el Peje López Obrador y sus recaudadores, sea Rocío Nahle o sea Amado Cruz Malpica, otra faceta de lo que ya se deslizó en el cuarto video que exhibió El Universal. Hará crujir a Morena con los dineros del grupo parlamentario en el Congreso de Veracruz, el engaño de los bonos que dicen los legisladores morenistas que no reciben pero que se van a la campaña del Dios Peje, o el cuento de la entrega del 50 por ciento de los ingresos de los legisladores morenistas a la causa educativa. Habrá de señalar que lo suyo fue un compló, sí pero no urdido en los sótanos de la mafia en el poder sino en las mazmorras del partido del señor López Obrador. Crucial lo que este miércoles, en conferencia de prensa, revelará Eva Cadena y sobre todo la participación de Amado Cruz Malpica, coordinador de Morena en el Congreso de Veracruz, el que le acercó a los empresarios que aportarían a la causa de López Obrador; de Manuel Huerta Ladrón de Guevara, en su candidatura a la alcaldía de Las Choapas, y la obsesión de Rocío Nahle García por el poder. ¿Quién la colocó en la ruta del dinero y quién sería su destinatario? es la pregunta que la diputada antes de Morena, hoy independiente, y ex candidata a la alcaldía de Las Choapas responderá esta mañana. Habla Eva Cadena y Morena vuelve a crujir… Pésimo distractor el de Miguel Ángel Yunes Linares, en cuya candidatura presidencial sólo cree él. Se juega su suerte política en los comicios por las alcaldías de Veracruz, conteniendo a Andrés Manuel López Obrador, pactando con el PRI y golpeteando por igual al PRI, exhibiendo el vínculo Javier Duarte-Peje, y a cinco días de la elección lanza una bola de humo siendo postulado para encabezar la eventual alianza PAN-PRD para la elección presidencial 2018. Suena a risa y está de risa. Atorado en el tema de la inseguridad y violencia, sin resultados que lo avalen; torpedeado por el desdén del fiscal Jorge Winckler a la tragedia de los colectivos que buscan a sus familiares en fosas clandestinas; criticado por no terminar de hacer pagar al ex gobernador Javier Duarte y sus secuaces, por la impunidad de Karime Macías, y de su padre, Tony Macías, el “suegro incómodo”, a Yunes lo menos que se le dice es si no puede con Veracruz, menos podrá con el país. Su “destape” es un absurdo fenomenal, diseñado como un fallido distractor de la violencia que no cede y el presagio de una derrota electoral ante Morena cuando menos en Xalapa y en el sur de Veracruz… Una organización de taxistas anda en problemas. Es aquella a la que pertenece el taxi 3418, implicado en el robo de boletas electorales en Coatzacoalcos, perpetrado la tarde del lunes 29. Aparte de ser un robo atípico, seis días antes de la elección de alcaldes, violando lo que señala la legislación para la entrega de paquetería electoral, que señala que debe ser máximo cinco días antes de los comicios, los datos que identifican al taxi 3418 ofrecen una pista sólida hacia su esclarecimiento. Según información del auto, es modelo 2010 y está registrado a nombre de una persona de apellidos Morales Hernández, con domicilio en la calle Prolongación de Benito Juárez, colonia Benito Juárez Norte. El número de serie del auto es 3N1EB31S0BK305143 y la placa registrada ante la Secretaría de Finanzas y Planeación del gobierno de Veracruz es la 3188XCY. Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública no tiene reporte de robo. Una versión sostiene que el taxi pertenece a la organización priista CTM. Otra asegura que es CROM o CROC. Hay quien asegura que es taxi libre. Por ahí está la pista para esclarecer a quién le interesaría robar mil 872 boletas electorales y, sobre todo, darle sesgo de violencia electoral a los comicios por la alcaldía de Coatzacoalcos… Ocho impactos de bala y nadie muere. Cristales rotos, zumbando los disparos que no alcanzan a dar en la humanidad de los tripulantes de la camioneta del candidato. Ocho balazos que dejan su huella en el parabrisas y la salpicadera. No es Duro de Matar sino la escena que desde la medianoche del lunes 29 inunda las redes sociales. Es la camioneta RAM color guinda de la comitiva del abanderado del PRI a la alcaldía de Minatitlán, Ciro Félix Porras, agredida en la colonia Siete de Mayo, en el entronque con el bulevar Instituto Tecnológico. Desde dos autos compactos llegaron los disparos, según la versión de los agredidos. Son reales los balazos pero el móvil es un misterio. Y la suerte de los ocupantes, única. Hay crónicas en los medios de comunicación, pero lo que se dice en las redes sociales ni Televisa lo ha imaginado. Que la agresión fue encabezada por el candidato de la alianza PAN-PRD a la presidencia municipal, Nicolás Ruiz Roset. “Los agredidos —refiere el texto compartido por familiares de Ciro Félix— lograron identificar al candidato del PAN-PRD, Nicolás Ruiz Roset, así como a sus miembros de su planilla como los agresores, y señalan un vehículo marca Cadillac color negro, el cual testifican era manejado por el candidato, quien fue el primero que disparó en contra de ellos”. Qué culebrón. Tan verosímil el percance y lo pudren con el sesgo político-electoral. O sea, Nicolás Ruiz y la planilla asumiendo el rol de los Arellano Félix cuando se echaron al cardenal Posadas Ocampo y lanzando por la borda una victoria que está al alcance de la mano. De risa…

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Foto: Plumas Libres, Animal Político, Jornada Veracruz

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