Caso Anglo Mexicano: “Culín” balconea a jefe de plaza

* Fue ejecución, no intento de secuestro  * Videos muestran el ataque  * Ahora sí revela líneas de investigación  * Caso Anabel: un distractor  * 800 calígrafos para falsificar actas  * Taller clandestino en Coatepec  * Héctor Yunes, aislado  * Yohan Hillman: denuncia inminente  * Nula, la escritura de Santa María

“Culín” es audaz. Le pega al duartismo la violencia y lo destroza. Lo exhibe frágil, vulnerable ante el embate del crimen organizado que asalta y secuestra, fuera de control la inseguridad. Y el fiscal responde balconeando a un jefe de plaza.

Osado, refiere Luis Ángel Bravo Contreras que en el crimen del colegio Anglo Mexicano no hubo intento de secuestro. Fue ejecución.

Lo dicen los videos que registran el momento del ataque, a eso de las 13:15 del miércoles 4, a las puertas del plantel, en Coatzacoalcos.

Cita el comunicado de la Fiscalía de Veracruz:

“Las autoridades ministeriales del área de periciales, después de analizar los videos del momento en que ocurrió el hecho donde dos personas fueran privadas de su vida con arma de fuego en la ciudad de Coatzacoalcos, determinaron que el móvil de intento de secuestro ha sido descartado.

“En el video, analizado por el área forense de la FGE, se aprecia como dos sujetos vistiendo chalecos fluorescentes se dirigen directamente primero al conductor de la camioneta GMC Yukon color blanca, y sin que mediara comunicación alguna le disparan con un arma de fuego; después, le disparan a la otra ocupante del vehículo, para posteriormente huir de la escena del crimen.

“Una de las líneas de investigación de la FGE es el parentesco de una de las víctimas con un sujeto detenido en el año 2012 por la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), quien era considerado en aquel momento como el principal operador de trasiego de estupefacientes en la zona sur-sureste del país; en el año 2014, esta persona, también conocida como ‘Comandante H’, fue absuelta por la justicia federal y puesta en libertad”.

Siempre hermético, Fisculín difícilmente revela sus líneas de investigación. Ahora lo hace, premeditada la intención: encaminar el móvil hacia un supuesto jefe de plaza.

Señala la Fiscalía que existe un parentesco entre una de las víctimas —Leticia Candelaria González Chavez o su chofer Antonio González— sin precisar de quien se trata.

Sin embargo, enfatiza sobre una detención al “Comandante H” por parte de militares, en 2012, su consignación y su absolución al final del juicio.

No dice más. No alude a otra línea de investigación. Deja en claro que intento de secuestro no fue sino una ejecución.

Dice que los dos sicarios habrían portado chalecos fluorescentes. Son los que se dirigen al chofer de la camioneta de Leticia González. No media palabra alguna. Perpetran el ataque y se desploma sobre el pavimento.

Luego van por la empresaria, dueña de un negocio de juegos infantiles llamado Smiling Games. Según el comunicado, le disparan y huyen. No refiere que haya habido en ambos casos tiro de gracia, característico en el proceder de los sicarios.

Bravo Contreras remite la información a la prensa veracruzana y nacional. Se lee en Excélsior, La Silla Rota. Se difunde en portales en internet y medios de comunicación. Corre en las redes sociales.

¿Cuál fue el interés del fiscal Bravo Contreras de balconear al “Comandante H”?

No lo dice y no se sabe. Distinto a su estilo, Bravo Contreras no se reserva esa línea de investigación. La suelta aún sin que se lo requieran.

Otro que se sacude con la violencia es Joaquín Caballero. Trasluce impotencia el alcalde, llamando al gobierno federal a tomar por su cuenta el caso Coatzacoalcos.

“Urge sostener una reunión con el Gabinete Nacional para ver que se puede hacer por Coatzacoalcos”, dice.

Coatzacoalcos vive una oleada de violencia. Hay secuestros y levantones, asesinatos y robos. Se percibe el miedo, la intranquilidad, la angustia de la sociedad.

Refiere el alcalde Caballero, marcelista, que exigirá al gobierno estatal y federal un comisionado para Coatzacoalcos y aportar “lo que se necesite” para integrarse a un sistema que investigue “a fondo este tipo de hechos y se deje de lastimar a la sociedad”.

¿Será? ¿Por qué ahora sí y antes no? ¿Por qué ahora requerir la intervención del gobierno federal y antes no, porque era ir en contra de la línea del gobernador y de su “general” Arturo Bermúdez Zurita, secretario de Seguridad Pública?

¿Será que ahora sí, ya en el ocaso del duartismo, se puedan vulnerar los negocios de Bermúdez con la seguridad de Veracruz, las empresas de seguridad privada que le quitaron la clientela al IPAX, el uso del IPAX para armar a los guaruras y también a los políticos con permisos de portación, engañando a la Secretaría de la Defensa Nacional y a Gobernación, la foto con el disfraz de policías en las fichas de control, como ocurrió con el padre y los hermanos del candidato del PRI, Héctor Yunes Landa?

Algo tarde quiere el alcalde Joaquín Caballero que la seguridad le sea arrebatada a la pandilla duartista, a Javier Duarte y sus 40 ladrones.

Andan desatados los marcelistas. Los alebresta la violencia. La ven venir como si fuera fuego que quema en campaña, que revela que si está Veracruz así es por el predominio priista en el poder, corrompiéndose y socavando a las instituciones.

Ven a la violencia con el mayor negativo cuando se presentan a requerir el voto. Es la violencia un lastre. Son los secuestrados, los extorsionados, los torturados, los muertos, los mutilados, los calcinados, la peor carta de presentación en campaña. Es lo que tiene en la mente el elector. Llegó la violencia por culpa del PRI.

Víctor Rodríguez Gallegos reniega del Mando Único Policial. Ahora sí, a años de distancia, el candidato priista a diputado por el distrito Coatzacoalcos Urbano —inelegible porque su domicilio electoral, el real, el de la Frutos de la Revolución, el que aparece en la lista nominal, está ubicado en el distrito 30, el Coatza Rural— quiere que se vaya la policía de Bermúdez y que llegue la Gendarmería Nacional.

“Estamos hartos de tanta violencia, inseguridad e impunidad en Coatzacoalcos —dice a horas del crimen del Anglo Mexicano, a 36 horas del arranque de su campaña—. Exigimos la inmediata entrada de la Gendarmería. El Mando Único no puede. Está rebasado”.

Ojo: el Mando Único no puede, está rebasado. O sea, la Naval no puede, está rebasada. O sea, los navales sometidos al mando policíaco estatal y no al revés, y están rebasados. Eso sí que es agravio.

Aplica el Método Héctor Yunes. Le faltó a Víctor Rodríguez confesar que lo que pide, la llegada de la Gendarmería, es lo mismo que reclama el candidato del PRI al microgobierno de Veracruz, y también Pepe Yunes, el senador que mejor se guardó para la contienda de 2018 y aventó al ruedo al tío para enfrentar al panista Miguel Ángel Yunes Linares.

Luego apunta Víctor Rodríguez:

“Acaban de ser asesinados dos ciudadanos más hace unas horas. No podemos seguir así. Nos duele, nos lastima. Hago un llamado urgente de auxilio al presidente Enrique Peña Nieto, al gobernador Javier Duarte. A los senadores Pepe Yunes y Erika Ayala.

“Necesitamos su ayuda, su auxilio. Basta de violencia. Basta de impunidad. Lo digo como ciudadano, como padre de familia, como hijo.

“Hay que replantear y modificar el esquema de seguridad. Esto Presidente, gobernador, no es para el siguiente mes o el próximo año. Lo necesitamos hoy”.

Oportunista, quiere arrebatarle a Bermúdez, y por consiguiente a Javier Duarte, el control de la seguridad. O mejor dicho, allanarle su territorio. Quiere el candidato del PRI que los giros negros y los giros chuecos, la renta de los territorios al narco, las rutas del trasiego, queden bajo otro control.

No hay nobleza en lo que dice Víctor Rodríguez. Es un ardid de campaña, lucrando con la tragedia del Anglo Mexicano, que ahora dice la Fiscalía de “Culín” Bravo Contreras, alias el fiscal, no fue por intento de secuestro sino ejecución.

De ser así, ¿qué viene? ¿Una vendetta? ¿Coatzacoalcos, el pueblo, entre fuego?

En tiempo de campaña, en disputa el gobierno de dos años y el Congreso de Veracruz, provoca suspicacia que llegue la Gendarmería Nacional. Debió tomar el control hace un año, no a un mes de las elecciones porque suena, por perverso que parezca, que la violencia es motor del voto. La provocan y la sofocan, como dice Galio Bermúdez, el personaje de Aguilar Camín en La Guerra de Galio.

Hay una caja china, un distractor. Vía el caso Anabel Flores Salazar, la Fiscalía distrae. Dice ahora tener aclarado el asesinato de la periodista, reportera de El Sol de Orizaba.

Sin revelar nombre, presenta a un sujeto que dice fue el autor material del crimen de la periodista y expresa lo que de origen el gobierno de Javier Duarte negó: que la mataron por su oficio, por lo que escribía.

Asegura Fisculín que el asesino de Anabel Flores —levantada el 8 de febrero cuando se hallaba en su domicilio— pertenece a una célula del crimen organizado, pero no identifica de qué cártel. El comunicado de la Fiscalía sólo lo presenta como G.P.V.

Se trata de Gonzalo Paulino Vélez, según información de la revista Proceso. “Era integrante de una célula de la delincuencia organizada que tuvo participación en los hechos”, cita el comunicado.

Se refiere al cártel de Los Zetas y para “Culín” a Anabel Flores la mataron “por unas publicaciones que afectaban los intereses de un grupo delincuencial al que pertenece el capturado”.

¿Y el “Chichis”, Josele Márquez Balderas, jefe de plaza que supuestamente era el autor intelectual? ¿Y “El Cachorro”, hijo de un ex jefe policíaco de Ciudad Mendoza, que habría quedado al frente de la organización cuando encarcelaron al “Chichis”?

“En el esclarecimiento del homicidio fueron agotadas todas las líneas de investigación, que incluyeron el análisis del entorno de la finada, es decir, su quehacer profesional, su vida personal y las relaciones que en vida estableció”, dijo el fiscal.

O sea, carpetazo el mismo día que en Coatzacoalcos eran asesinadas dos personas a la puertas del colegio Anglo Mexicano.

Es caja china, sin duda.

Olvida “Culín” que a Anabel Flores no la levantó un individuo sino un comando. Y ese comando le quitó la vida, su cuerpo hallado en Puebla, a pie de carretera, rumbo a Tehuacán.

Son los enredos de “Culín”.

Archivo muerto

A punto, la maquinaria del fraude priista. Suman ya 800 calígrafos que tendrán la misión de confeccionar las actas de escrutinio apócrifas con la super votación ficticia que le dé al PRI la gubernatura de Veracruz y el Congreso. Son 800 calígrafos que dispondrán de información privilegiada, entre ella las firmas de los representantes de los partidos políticos, obvio los de oposición. Donde el PRI registre escasa votación o pierda en toda la línea, habrá sustitución del acta de escrutinio. Los documentos se imprimen en un local de Coatepec, vinculado al secretario de Trabajo estatal, Gabriel Deantes Ramos… Aislarse es un suicidio. Así es en política. Le comienza a ocurrir a Héctor Yunes Landa, metido en una burbuja inexpugnable, lejos de muchos, sin ver ni oír, mareado con las encuestas donde lleva 124 por ciento de intención de voto. Cuentan que ahí lo tiene Jorge Moreno Salinas, su operador cercano, luchando infructuosamente porque alguien le crea una sola de sus promesas, soñando con que el lodo que vacían sobre Miguel Ángel Yunes Linares, recibiendo el lodo que Yunes azul le envía y los embates de Cuitláhuac García, el candidato de Morena, que ya lo remite al tercer lugar. Si en contacto con la gente Héctor Yunes apenas permea, aislado se va condenando a la derrota… Nubarrones en el futuro inmediato de Yohan Hillman Chapoy. Declara un juez nula la escritura con la que los herederos de la señora María del Carmen Gómez de Valencia se ostentaban con dueños del predio donde se ubica la colonia Santa María, el Palacio de Justicia Federal y el estacionamiento del penal Duport-Ostión, en el poniente de Coatzacoalcos. Con esa escritura se pretendía cobrar la afectación por el asentamiento irregular de colonos. Pero el sueño se esfumó. Mega fraude que toca a Antorcha Campesina, invasores profesionales; a Yohan Hillman, el notario hermano del ex alcalde Iván Hillman Chapoy, que realizó la escritura; a Juan Carlos y Eva Cristina Valencia Gómez, quienes sabían que su propiedad no llega hasta el penal; a la lideresa Julia Francisco Julián, de Antorcha Campesina, que han hecho de la invasión una industria, y el alcalde Joaquín Caballero Rosiñol y el regidor José Chagra Nacif. Siendo nula la escritura, se derrumba el convenio con el gobierno de Veracruz para regularizar los predios. Mega fraude que implicaba una considerable suma de millones de pesos. Mega fraude procesal que atrapa al notario Yohan Hillman…

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