Los Yunes: la familia y la mafia

* Otra vez picotea Héctor  * Otra vez lo vapulea Miguel Ángel  * Al servicio de Fidel y Duarte, el senador  * Uscanga, con Héctor y con Pepe  * Tres fidelistas en líos con la ley  * Cruz Elvira, Fabiola y Rocío Ricárdez  * Paty Peña: diputada para los migrantes  * Los cinco desaparecidos: primera semana  * El siniestro “Culín”

Tal para cual, envilecidos por el poder, Héctor Yunes y Miguel Ángel Yunes se encrespan, se punzan, preconizando aquel que por la alianza PAN-PRD no votará la verdadera izquierda en Veracruz y el panista recuerda que el senador fue el conserje de Fidel Herrera y Javier Duarte.

Arranca entre lodo la disputa de los Yunes por el minigobierno de Veracruz, el priista embistiendo a la alianza de los polos opuestos, la derecha mezclada con la izquierda, y el panista devolviendo palabra por palabra y golpe por golpe.

Una vez más Héctor Yunes Landa pisa tierra minada y vuela en pedazos por su pasado gris, cómplice por omisión, acallado por el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán cuando quiso ser candidato del PRI en la sucesión de 2010 y silenciado con una senaduría que le fue arrojada como hueso de consolación.

Ya antes había punzado con lo de la alianza de las ideologías contrapuestas, el bufet de camarón, langosta y champán que le representa el PRI, desdeñando la “fondita con los frijoles fríos y el arroz aposcaguado” de la oposición, y exaltando que la alianza PAN-PRD no le preocupa a nadie.

Entonces era aspirante entre otros aspirantes, por momentos duartista, a veces antiduartista, vociferante o callado, jugando con el score. Ahora, ya destapado como el virtual candidato de unidad del PRI, el sábado 16 Héctor Yunes vuelve a ridiculizar a los aliancistas y, de paso, a su primo, el Yunes azul.

“La derecha se alió con la izquierda, pero no sé qué tan bueno va a ser para ellos, en principio porque la izquierda, la verdadera izquierda, difícilmente va a votar por una fórmula en la que no precisamente uno de ellos es el que la encabeza”.

Esa fue una.

“Quiero decirles que yo respeto a los perredistas de Veracruz porque los conozco, porque muchos de ellos son gente leal, son gente seria, honorable, algunos de ellos fueron mis compañeros en el Congreso y aprendí a respetarlos”.

Esa fue otra.

Y de ahí una andanada: el PRD nacional le tuvo muy poco respeto a los perredistas veracruzanos; hay desesperación en “los de enfrente”, por eso las agresiones, la guerra de lodo, la guerra sucia, la que detesta la sociedad, esa sociedad que no quiere a los políticos denostándose, y aun cuando los priistas en el poder, el duartismo y el fidelismo, lo ayuden a ganar, dice que será inflexible a la hora de aplicarles la ley. O sea, lo ayudan a ser gobernador y luego los entamba. Ajá.

Invocó una vez más su respeto a la familia. “La sangre gana y seguiré honrando mi propia naturaleza”.

No tardó mucho. Horas después, Miguel Ángel Yunes, virtual candidato de la alianza PAN-PRD al gobierno de Veracruz, hizo de su primo Héctor un rompecabezas desperdigado.

“Héctor es mi primo hermano y, como lo he dicho, en lo personal nos une una relación fraterna que seguramente se mantendrá, pero en lo político nos separa un abismo.

“En lo personal —agregó— él y yo provenimos de una familia honorable, pero en lo político él está íntimamente vinculado a lo peor que ha dado Veracruz en las últimas décadas”.

Yunes Linares cuestiona la verdadera familiaridad, la familiaridad política de Yunes Landa:

“Yo no me apellido Herrera ni Duarte. Me apellido Yunes y me siento muy orgulloso de ello”.

Y de nuevo lo embiste:

“Él estuvo al servicio incondicional de Fidel Herrera y de Javier Duarte y sigue sometido a ambos: eso no está a discusión y mal se ve negándolo”.

Según Yunes Linares, el senador del PRI tuvo tragarse los agravios de Javier Duarte en público.

“Durante éstos últimos casi doce años que en Veracruz se gestó la catástrofe que hoy vivimos, Héctor no sólo fue omiso, sino que colaboró activamente o con su silencio a que llegáramos a la situación de desastre que vivimos”, le recordó.

Luego abundó:

“Nunca, ni en el Congreso del Estado ni en el Senado de la República se escuchó su voz para oponerse a la corrupción, al desenfreno, a la complicidad con la delincuencia organizada ni de Fidel Herrera ni de Javier Duarte; al contrario, siempre apoyó las decisiones de la banda que se apoderó del gobierno, con acciones directas o con omisiones cómplices; tan graves una como otras, por eso hoy no puede llamarse agraviado”.

Héctor Yunes, según el diputado panista, forma parte del grupo gobernante que llevó a Veracruz al desastre. Dice Yunes Linares:

“La historia hoy se registra minuto a minuto y sus palabras están al alcance de un teclado. Quienes patrocinan su campaña a gobernador y quienes patrocinaron su campaña a senador, son los mismos”.

Agrega:

“Yo tengo casi doce años de ser un férreo y frontal opositor al grupo del cual Héctor forma parte y al que quiere encubrir”.

Toca el tema de la criminalidad, la entrada de los cárteles a Veracruz, el disimulo oficial, el santuario Zeta en tiempos de Fidel cuando Javier Duarte era el encargado de conducir la finanzas a la bonanza para esa pandilla y la tragedia para los veracruzanos.

“Mientras Héctor disfrutaba de las mieles del poder —expresa—, yo denunciaba las complicidades con la delincuencia organizada de Fidel Herrera y la corrupción de Javier Duarte”.

Precisa:

“Cada quien tiene que marchar con su propia historia. La suya no podrá nunca desvincularse de quienes llevaron a Veracruz a la catástrofe”.

No es lo mismo familia que mafia. Una se da por naturaleza, la otra por ambición. Una es la familia por estirpe, la otra por acciones fuera de la ley. Una es por nobleza, la otra por vocación criminal. Una es familia y la otra es famiglia, la de las mafias italianas, las de los dones y los capos.

Así lo plantea el virtual candidato de la alianza PAN-PRD en Veracruz:

“No te confundas querido Héctor: una cosa es la familia, que permanecerá intacta, y otra la famiglia (mafia), que pagará las consecuencias jurídicas de haber saqueado a Veracruz, aunque tú te opongas”.

Y abunda:

“La diferencia es sustantiva Héctor: tú y la famiglia de la cual formas parte, quieren que Veracruz siga por el mismo rumbo, que continúe en caída libre y que se encubra a los responsables. Nosotros, los otros, los demás, inclusive la familia, queremos que Veracruz cambie, que marche por el camino de la ley, de la seguridad, de la honestidad y de la justicia”.

Sitúa Miguel Ángel Yunes Linares a Héctor Yunes Landa en la línea de las famiglias italianas del bajo mundo y los negocios millonarios, del crimen amparado por el poder, de la pandilla que saquea y asesina en la total impunidad. Es el fidelismo y el duartismo de Veracruz, la famiglia de Nopaltepec y la famiglia de Córdoba.

No arrancan las campañas y el odio yunista se desborda. Héctor Yunes golpea de refilón, categoriza a la “verdadera izquierda” en Veracruz como una facción burlada, a la que le faltó al respeto el PRD nacional, obvia la intención del senador por dividir, por fragmentar, por provocar escisiones peores que las que vive el PRI.

En ese terreno es pichón. Yunes Linares lo aventaja un mundo, golpeador descarnado, curtido en el ataque del fidelismo, en las acusaciones de pederasta, de represor del perredismo, de la primera fuga del Chapo Guzmán.

Con ese bagaje de imputaciones, le sirven los dardos de Héctor Yunes para subir al ring, contraatacar, golpear y soltar a su oponente pues el respetable quiere sangre y esto no se puede acabar en el primer round. Sería imperdonable.

No hay familiaridad que lo detenga. En la ruta hacia el minigobierno de dos años en Veracruz, Héctor Yunes no es su primo; es el conserje de la fidelidad y duartismo, el que llegó a senador por un pacto con sus verdugos, el que desde la Subsecretaría de Gobierno fue brazo ejecutor de Fidel, y desde el Senado fue cómplice silencioso de Javier Duarte.

Huele a fango y sobra lodo entre los Yunes. Y habrá más.

Archivo muerto

¿Cuántos votos le aportará Jorge Uscanga Escobar a Héctor Yunes? 170 mil. Ajá. Sueño guajiro el del líder de Concertación Veracruzana, ex procurador, ex secretario del Consejo de Seguridad Pública, ex diputado, que en eso de ofrecer, marear y comprometer se pinta solo. Súper hectoryunista hoy, apenas el martes 12, a eso de las 12:30 del día, no cesaba en su intento de localizar a Pepe Yunes Zorrilla, quien no le tomaba la llamada por hallarse en sesión del Senado. O sea, una veladora a Dios y otra al Diablo, a riesgo de que la lumbre se le vuelva incendio… ¿Coincidencia? No. Al diputado local Juan Cruz Elvira lo acusan de desviar 50 millones de pesos que serían destinados a productores de piña. A Fabiola Vázquez Saut, ex alcaldesa de Acayucan, le detectan 50 millones, que no devolvió y que tampoco acredita en qué los empleó. A la tesorera municipal de Minatitlán, Rocío Ricárdez Villalobos, del equipo de Guadalupe Porras David, la detienen acusada de abuso de autoridad, y luego la sueltan. Los tres tienen que ver con el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, con el diputado Erick Lagos Hernández, con los últimos jaloneos por la sucesión y por la candidatura del PRI a gobernador. Todo ocurre cuando se definía el caso Veracruz y Héctor Yunes Landa era saboteado, jalonado, arañado por el fidelismo que reclama espacios en el próximo Congreso estatal y si remotamente llegara a ganar la elección, a infestar de fans de Fidel el minigabinete de dos años. Y de pronto, un “calentón político” a los fidelistas… No le bastó el escándalo de los migrantes, su fobia a ellos, la infame categorización de matones, asaltantes y prostitutas que vienen de Centroamérica. Patricia Peña Recio quiere ahora ser la diputada del distrito 30, el Coatzacoalcos II, ahí donde es paso obligado de indocumentados, donde muchos no la conocen y donde muchos más la repudian. Aquella desafortunada expresión, de la que no se retractó ni matizó, obcecada como es, sigue latente en el imaginario colectivo: “Son personas que llegan sin dinero, están allí asaltando… queremos que estén circulando, que no se queden ni en el municipio, ni en el estado, ni en el país”. Patética su actuación como diputada federal, legisladora de rebote, suplente del hoy alcalde de Coatzacoalcos, Joaquín Caballero Rosiñol —“suplente sólo por si se muere”—, se cuelga del gremio de los maestros —ahí también la detestan— y, más aún, del líder, cacique en picada, vergüenza del sindicalismo, postrado siempre a los pies del gobernador en turno, Juan Nicolás Callejas Arroyo, que no tiene límite en tomarle el pelo a su pupila favorita. De plácemes, pues, el panismo y el perredismo pues de ser postulada la maestra Peña Recio tendrán materia de sobra para pulverizar al PRI… Ocho días después, ni señas de los cinco jóvenes originarios de Playa Vicente, levantados y desaparecidos por elementos de la Policía Estatal en Tierra Blanca. Seis policías, entre ellos el delegado regional de Seguridad Pública en Tierra Blanca, Marcos Conde Hernández, están detenidos, sujetos a investigación, consignados ante un juez por desaparición forzada. Crece la indignación contra el régimen bárbaro de Javier Duarte, insensible al dolor ajeno, convertido Veracruz en un camposanto monumental, en tierra de nadie, en parcela de mafias y malosos, rufianes que no son peores que los policías. Cada hora perdida augura un desenlace fatal. Por eso la presión social. Por eso la gente en las calles, la difusión en las redes, la denuncia en los medios de comunicación. Si “Culín”, alias el fiscal Luis Ángel Bravo Contreras, ya apañó a los policías secuestradores, ¿cómo creerle que no les ha sacado el paradero de los cinco jóvenes o a quiénes fueron entregados? Y si ya lo sabe, ¿por qué ocultar la verdad? El siniestro “Culín” jugando con la verdad…

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Foto: Aviveracruz y Formato 7

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