Buganza le bajaba votos a Héctor Yunes y se fue

* Renuncia cuando presumía que iba bien  * Candidato independiente… duartista  * No le restó a Yunes Linares  * Bueno lo desmiente  * “Culín” en el infierno  * La ira de lo padres de los cinco  * Agustín Bolaños: los excesos del consejero  * “Voy a madrear a Joaquín”  * Caos financiero en Mina  * Las cifras de ORFIS y el tremendo Saúl

Sor Buganza ya no está. No alardea ni se engalla, no pregona que será microgobernador. Se va sin restarle un voto a la alianza PAN-PRD y sí, en cambio, a su aliado natural, el priista Héctor Yunes Landa, el candidato del gobernador.

Salta del barco ante el azoro de los bugancistas que lo escucharon decir que el cambio era él, la opción real, lo que no son ni el yunismo rojo, ni el yunismo azul, ni las rémoras de la fidelidad, ni el duartismo que apesta. Él y sólo él.

Se va Gerardo Buganza enredado en un contrasentido demencial. Cuando presume que Veracruz lo sigue, sobrado de firmas y apoyos, rebasados los requisitos que exige la ley, deja su aspiración a candidato independiente. ¿Por qué?

Sorpresiva, su renuncia emergió en la madrugada del jueves 4, contada a los suyos y filtrada a los medios de comunicación, que apenas despuntaba el día, le dieron difusión en redes sociales y portales en internet.

Dice el texto:

“Los veracruzanos conocen la difícil situación social, política y económica que vivimos.

“Desde hace varias semanas, junto con generosas personas, nos dimos a la misión de cimentar un honesto y legítimo movimiento político independiente para poner en alerta a la sociedad ante las camarillas políticas que han enfermado a Veracruz.

“Hasta hoy, 191 mil 125 veracruzanos nos han dado su aval, con su firma, para aspirar a la Candidatura Independiente a Gobernador de Veracruz. Así lo certificó, la noche de este miércoles 3 de febrero, el Notario Público No. 16 de esta ciudad capital, según instrumento público 1114.

“Ante la fuerza de nuestro movimiento, los partidos y sus intereses no se han cruzado de brazos.

“Pero, la competencia por los sufragios obliga a la autoridad electoral el cumplimiento de los principios de  independencia, legalidad, imparcialidad, certeza, objetividad y máxima publicidad.

“En Veracruz, a 123 días de la jornada de votación, no hay estas garantías a favor del voto libre y secreto de los ciudadanos.

“Crecí y fui educado en la doctrina cristiana, en la fe. En estas bases siempre he tenido la fuerza y la alegría para ir más allá, para servir y no servirme, para vivir coherentemente, sin ceder nunca a componendas y con la gracia para no tener una doble vida.

“Hace 22 años ingresé a la política como vehículo para generar esperanza, para contribuir, junto con otros ciudadanos, en la causa y futuro común.          

“Ya no podemos solapar la seducción de la hipocresía.           

“Ya no podemos dejarnos atrapar por la fascinación de la mentira y de las apariencias.               

“En el odio nunca habrá soluciones a nuestros problemas y necesidades; menos en las ofertas fáciles.

“Y toda vez que no hay garantías de una contienda electoral democrática, he tomado la decisión de no continuar con el proceso como aspirante a Candidato Independiente, y en las próximas horas informaré al OPLE de esta decisión.

“Honestidad y compromiso es lo que necesita Veracruz. No hay asomo de estos elementos entre esa familia, la mafia política y los partidos que pretenden seguir gobernándonos.

“El pueblo de Veracruz tiene alma; es incansable luchador, sabe enfrentar situaciones difíciles y, en esta ocasión, no se dejará atomizar.

“Mi corazón, mi agradecimiento siempre, para quienes confiaron en mí. ¡Firmes y Dignos!

“¡Heredemos un Veracruz de justicia, sueños cumplidos y paz!”.

Hay en las palabras de Sor Buganza un contrasentido brutal. Quien presume una cosecha de firmas, casi 200 mil, muy por arriba de las 166 mil que exige la ley, no tiene por qué dejar la contienda. Cuando así ocurre es que su base social es ficticia.

Alardeaba el persignado duartista que en cosa de días sólo habría un candidato independiente —él y sólo él—, aludiendo a que ni Juan Bueno Torio, quien renunciara al PAN, ni Elías Miguel Moreno Brizuela, ex senador por el PRD, lograrían acreditar los requisitos que marca el órgano electoral. Tuvo razón. Quedan dos, descontando a Buganza.

También le brotó lo mago. El 25 de enero decía contar con 100 mil firmas. Diez días después, el jueves 4, ya tenía 191 mil 125. ¿Mentira? Sí y es pecado.

Decía el de la campaña del tiburón, el alfil de Generando Bienestar —la asociación con sus siglas: G de Gerardo y B de Buganza— que en todo Veracruz prendía una campaña para los que no van con las corrientes políticas establecidas, los candidatos trillados, los partidos de siempre. Él y sólo él.

Tanta miel destilaba que llegaba a empalagar. Soberbia pura la de Sor Buganza, que servía para alimentar la esperanza de los ilusos, pues el dos veces secretario de Gobierno de Javier Duarte —eso sí que es para el psiquiatra— y titular de Infraestructura y Obras Públicas, sabía que en los hechos no tenía con qué ganar, ni restarle votos a la alianza PAN-PRD.

¿Qué obligó a la sorpresiva renuncia? Oficialmente, como dice en su texto, la falta de “garantías a favor del voto libre y secreto de los ciudadanos” y la falta de “garantías de una contienda electoral democrática”.

Su argumento es tan débil como falaz. Gerardo Buganza, que sirvió al priismo, que milita en el duartismo, que pasó de ser férreo opositor en 2004 a servil cómplice en 2010, sabe que no hay elección controlada por los priistas que reúna condiciones democráticas. Es el fraude contra la voluntad popular.

Lo refuta Juan Bueno Torio. Dice el ex senador panista que sí existen condiciones democráticas para avanzar hacia la candidatura independiente.

“Se trata —dijo— de una decisión independiente de lo que yo estoy haciendo. Yo soy independiente y voy en mi camino. Lo que veo es que la situación se está poniendo cada vez más difícil y que el reto implica esforzarse mucho más”.

Usado por Javier Duarte, Sor Buganza tenía la misión de restarle intención de voto a Miguel Ángel Yunes Linares —“de que pierda Yunes Linares me encargo yo”— y de generar un polo de atención mediática que frustrara la alianza PAN-PRD.

No lo logró. La percepción en círculos priistas y analistas políticos es que Gerardo Buganza le estaba restando intención de voto a Héctor Yunes, el cuasi candidato del PRI, y ahí acabó su aventura.

Fallido arranque el del senador choleño. Inicia sin fuerza, con la sombra de Fidel Herrera, al que defendió y sirvió siempre, omiso y callado ante la violencia y represión duartista, ante la crisis financiera y el saqueo impune, sin usar la tribuna del Senado para denunciar el agravio a Veracruz. Y lejos de crecer, Sor Buganza lo opaca en todo.

Lo acuerpa el PRI pero poco le sirve. Se levanta como en nuevo dios en un evento plagado de teatralidad, a su lado los duartistas, fidelistas, alemanistas, pepeyunistas, en una simulada unidad en la que no cree ni Héctor Yunes.

Héctor Yunes es como una papa sin catsup. Ya destapado, ya registrado, apenas lo fuman los priistas. Es chinampina vieja: truena y ya. De vieja, no huele. Ungido en el PRI, sigue atrás en la intención de voto, a kilómetros de Yunes Linares, en la percepción de los electores que no controlan las mafias priistas.

Sor Buganza fue un experimento fallido. No le hizo mella a Yunes azul, y en cambio le restaban intención de voto al candidato del PRI. A mayor golpeteo, victimizado por el gordobés, atizado por el desenfreno del Pato de Tuxpan, alias Alberto Silva, más veracruzanos se suman a la causa del panista. Tal como dice la máxima priista: golpe que no mata, fortalece.

Buganza con su candidatura independiente, anunciada en el seno del palacio de gobierno, con la prensa duartista a su lado, los textoservidores exacerbando la postulación de quien no acaba de entender que ni prende ni emociona a los veracruzanos, fue un misil sin dirección. Nunca estalló. Nunca halló al enemigo de la fidelidad y tormento del duartismo.

Sor Buganza fue un experimento terriblemente fallido. Reza la ingeniería electoral que los candidatos paleros deben servir para distraer la atención del voto opositor. Si en las primera mediciones le restan al candidato oficial, hay que retirarlos de la contienda. Así le ocurrió al ex secretario de Gobierno del duartismo.

Queriendo derrumbar a Yunes azul, terminó fracturando a Yunes rojo. Y fue mejor renunciar.

De que pierda Héctor Yunes se estaba encargando Sor Buganza. Y pues no.

Archivo muerto

Andanada al fiscal. Vive su infierno “Culín”, alias Luis Ángel Bravo Contreras, en Tierra Blanca, increpado por los familiares de los cinco jóvenes de Playa Vicente, levantados por la policía estatal y entregados al crimen organizado. Lo exhiben frente al subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Roberto Campa Cifrián, que azorado escuchaba el rosario de reclamos, el repudio de quienes sufren la angustia, las palabras que se vuelcan y acribillan al fiscal del gobernador Javier Duarte. Nunca se paró por Tierra Blanca, nunca los escuchó, nunca les dedicó su atención. Si fue a la zona en que protestan, acampando los familiares frente a las oficinas de la Fiscalía hasta que les entreguen a sus muchachos, fue por la llegada de Campa Cifrián. Si no, ni se acerca. Describe la escena, retrata el reclamo, recoge las palabras y plasma la ira el portal expediente.mx, del periodista Luis Velázquez, en la pluma de Miguel Ángel Carmona…Rufianazo, Agustín Bolaños Castillejos no sólo irrita a los representantes de los partidos políticos en el OPLE 29, el del distrito Coatzacoalcos I, el Urbano. También al círculo duartista. También al área de seguridad. También a los fans de Héctor Yunes Landa. También a un sector del marcelismo. Simula que es de oposición, presume que mangonea al alcalde Joaquín Caballero Rosiñol, filtra datos a columnistas y luego asume su condición de consejero electoral, o sea árbitro de la contienda, lo que de entrada le exigiría ser imparcial. Eso, la imparcialidad, no es lo suyo. Desde Twitter golpetea. Tino Jr retuitea todo lo que dice Miguel Ángel Yunes Linares, sus arengas para encarcelar a Javier Duarte, para destituir al secretario de Seguridad, Arturo Bermúdez, ahí sus burletas al candidato del PRI al microgobierno de Veracruz, Héctor Yunes, sobrado, eso sí, en la divulgación de la obra del alcalde Joaquín Caballero Rosiñol. ¿Crítico del sistema o simulador? Simulador pues en el fondo se entiende con el marcelismo, aunque hable mal de todos; orejea en el Órgano Público Local Electoral y polemiza con los representantes de los partidos políticos. Sería válida su postura crítica si no se supiera que sólo es pose y que ser consejero es ser árbitro, y eso exige neutralidad. Sirve a los intereses del regidor Noriel Prot Álvarez —“traemos otros proyectos”— y se le trepa a las barbas al alcalde —“voy a madrear a Joaquín”—. Por lo pronto, en el OPLE 29 camina la queja de los partidos opositores al PRI que plantean que Agustín Bolaños incurrió en violaciones a la ley… Irrefutable, la prueba está en el ORFIS. Ahí, en el dictamen del Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Veracruz en torno a la cuenta pública 2014 en el ayuntamiento de Minatitlán, consta que sólo en el ámbito financiero, no en el de las obras públicas, Saúl Wade León le metió la mano de más a los dineros del pueblo. Frías, las cifras lo devastan: incurrió en un sobreejercicio presupuestal de 47 millones 378 mil 118.30 pesos; cuentas por pagar por 44 millones 515 mil 14.98 pesos; impuestos por pagar por 28 millones 836 mil 137.88 pesos, sin posibilidad de cubrirlos ya pues en caja y bancos de la cuenta corriente sólo dispone de 3 millones 299 mil 12.91 pesos; tiene deudores diversos por un monto de 60 millones 221 mil 297.50 pesos sin presentar constancia de recuperación y/o comprobación; retuvo impuestos federales que no trasladó a la Secretaría de Hacienda por 12 millones 405 mil 483.76 pesos. ¿Cómo se le llama a semejante desastre? O ineptitud o corrupción. L’enfant terrible, Saúl Wade, engendro político de Mamá Casino, doña Reyna León Cheluja, terminó de destrozar las finanzas de Minatitlán. Eso sí, sus amigos la gozan, las empresas afines cobran anticipos de obra y se van, se exprime a los comerciantes, se les extorsiona —caso Pylsa— y cuando estalla el escándalo, el alcalde real, no tesorero, da marcha atrás. Hasta los sellos mandó de clausura mandó retirar de la negociación. Devastador, contundente, el dictamen de ORFIS exhibe a la pandilla Wade como lo que es: saqueadora, inepta, cínica hasta la médula. Y todavía posan la fotografía presumiendo el alcalde irreal, títere, Héctor Cheng Barragán, y los ediles, que el ORFIS les dio su aval. Cómo no…

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Foto: e-consulta

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