Samuel, el pastor y el robo de terrenos

* Los implicados y las denuncias * La sobrina del ministro y el abogadazo * Caballero protege predio que fue de Pancho Colorado * Guillermo Ibarra: obras chuecas * Las pseudo psicólogas del DIF * No aparecen en el Registro de Profesionistas * El agravio a Lilia Gema * El despacho de “Güicho Panteón”

Vendedores de chueco, traficantes de lo ajeno, Manuel Bringas Burelo y Samuel Muñoz de la Rosa no tuvieron más límites que su ambición, desatados y sin freno para invadir predios, engañar incautos y esquilmar a quien se deje. Hasta invocar a Dios les sirvió para hacer de las suyas.

Su negocio caminó de la mano de la religión, sonando las promesas, múltiples las argucias, sobradas las evidencias de que la pareja de truhanes son los cerebros de la invasión al predio Almendros, un terreno de 40 hectáreas, propiedad de la empresa Gestiones Inmobiliarias Arkitektur.

Un video los exhibe. Habla uno de los feligreses. Exhibe a su pastor. Descubre la complicidad, el fanatismo, las ligas malsanas con la dupla Manuel Bringas-Samuel Muñoz, el engaño despiadado, el encubrimiento oficial, la implicación de Comisión Federal de Electricidad, la danza de los millones, el silencio y la pasividad de la autoridad municipal.

Son 20:40 minutos de grabación. Se resguarda el nombre y su media filiación. Crudo, descarnado, queda el testimonio de un “hombre de fe” que percibe la manipulación religiosa y la vileza del abogadazo Samuel Muñoz de la Rosa, enredado en el negocio con la sobrina del pastor, Yolanda, pieza clave en el operativo para crear un asentamiento irregular sobre el predio por el que Arkitektur pagó 101 millones de pesos, 61 millones al gobierno de Veracruz y otros 40 a los hermanos Bringas Burelo, 10 de ellos a Manuel Bringas, primero vendedor y luego instigador de la invasión.

Corre video.

Toma 1: Desparpajado, el feligrés cuenta: “Son mi pastor y Samuel. Los dos son los que venden el terreno de Almendros. Son ellos”.

Toma 2: “A los de la iglesia nos dan un precio. A los que no, les cobran más”.

Toma 3. “Los terrenos cuestan 90 mil pesos para unos y 120 mil pesos otros. De entrada pagamos 2 mil; luego mil al mes, y otras cantidades por servicios. A los que no son de la iglesia les cobran 3 mil de entrada y mil 500 mensuales”.

Toma 4: “La que cobra es Yolanda, la sobrina del pastor. Él no aparece. Con ella se entiende Samuel. Dicen que se la anda echando al plato. Es la morena de ojos de colores”.

Corre el relato.

“La gente tiene la seguridad de que no los van a desalojar. Son gente de fe. Y Samuel se está aprovechando de la fe de ellos.

“Los hermanos hacen oración, todos los servicios ahí. El otro día hicieron una simulación como Jericó. Caminaron en la noche y recordaron cómo cayeron las murallas de Jericó.

“Esa gente lo ve como una bendición. Son fanáticos.

“El pastor dice que tiene copia de unas escrituras. Han de ser de la Sucesión Bringas, que ya no valen. Ahora traen arbolitos. Nos dicen que hay que sembrarlos. Y luego nos salen con que hay que pagar los arbolitos. Nos los venden”.

Almendros es una fuente de dinero. Los invasores pagan por su derecho a un predio de 10 por 20 metros. Son más de 200 invasores ligados a la iglesia Centro Evangelístico de Coatza. Aportan mil pesos mensuales. Y lo han hecho a lo largo de cuatro meses: más de 800 mil pesos para la causa de Manuel Bringas, Samuel de la Rosa, el pastor y la sobrina que el abogadazo “se echa al plato”.

“A mí —refiere el feligrés— me tocó hacer una casita de madera. Otro señor todos los días acarrea material. Su casa la construye con block. A otros les rellenan el terreno con arena que obtienen de los médanos. No hay permiso de Semarnat, pero de ahí sacan la arena.

“Samuel me dijo: ‘yo agarré para mí mil 800 metros’. Pero Samuel no ha pegado ni una piedra. Ahí tiene el terreno pero no le ha hecho nada. Su terreno está al lado de la iglesia”.

En el video se mencionan los nombres de dos pastores: Benito y Luis Aristeo. Benito permanece todo el tiempo en el predio invadido. Tenía su iglesia en la colonia López Mateos; ahora no sale del terreno de Arkitektur.

“El dinero lo mueve Samuel nada más. Los pastores nada. La luz la conectó un cuate de Comisión (Federal de Electricidad). Samuel fue el que lo llevó. Conectó la luz a un transformador que ya estaba ahí. Está la línea pegadas a las lámparas. A todos nos dijeron que nos podían conectar a esa línea, pero que nada más íbamos a poner un foco para que no se cargara.

“La persona que los apunta y es a la que le dan el dinero, es Yolanda. Es la de la iglesia. Esa muchacha es la sobrina del pastor. El pastor no agarraba nada de dinero. Le delegaron esa responsabilidad a ella. Tiene todos los papeles de los comodatos y tiene todos los recibos. Los pastores no van a repartir los terrenos. Todo lo hace ella. Todo se hace con ella y con Samuel, el licenciado. Ella estaba casada con un muchacho. Dicen las malas lenguas que ya se separó del muchacho porque Samuel se la andaba echando al plato”.

Este Samuel no es el profeta bíblico. Este pastor no da la vida por sus ovejas. Samuel predice un apocalipsis terreno. El pastor esquilma a sus feligreses, les vende una tierra prometida, que es predio ajeno, que ya no pertenece a la Sucesión Bringas, extinta desde 2011. Así de jodidos los tiene el pastor.

Samuel no es profeta; es ex guarura. Ahora encabeza una asociación de derechos humanos. Antes fue guardaespaldas del líder petrolero José Vasconcelos Morales. Luego estuvo a las órdenes del dirigente cetemista Carlos Vasconcelos Guevara. A fin de cuentas lo echaron.

Dice ser abogado pero su registro no existe en el padrón nacional de profesionistas. Ni hay constancia de su título ni la hay de su cédula profesional.

Beneficiario del silencio oficial, Samuel Muñoz se valió de la omisión cómplice del ayuntamiento de Coatzacoalcos que en cuatro meses, desde el 29 de mayo cuando fue interpuesta la primera denuncia de la empresa Arkitektur por despojo y fraccionamiento indebido, nada hizo por llevarlo ante la justicia.

Hoy, el video acredita que amafiado con dos pastores evangélicos, vía Yolanda, la sobrina que “se anda echando al plato”, vende terrenos que no son suyos, a nombre propio y de su representado, Manuel Bringas Burelo, quien en 2011 recibió 10 millones por su parte de las 40 hectáreas en Almendros, cantidad que le pagó la inmobiliaria Arkitektur.

Impune siempre, instrumento del marcelismo para extorsionar a la inmobiliaria con 160 millones de pesos que facilitarían el desalojo de los invasores, Samuel Muñoz y Manuel Bringas vieron de pronto que la suerte les cambió.

Presionado por el repudio generalizado, determinó el cabildo de Coatzacoalcos —septiembre 29— proceder penalmente contra los invasores. El viernes 3 se interpusieron las denuncias contra quienes violaron la ley, obvio como cerebros del despojo el par de vivales.

No es profeta Samuel, menos su cliente Manuel Bringas, pero se avizora que ahora tendrán que fraccionar indebidamente los patios del penal regional en el que ya lo esperan reos de su misma calaña.

Si sabe orar, que comience con un mea culpa.

Archivo muerto

Presuroso, el ayuntamiento fue movilizado en pleno para proteger el otro predio invadido, el que se halla frente al Parque Jurásico, en Coatzacoalcos. Y cómo no. Ese terreno fue de Francisco Colorado Cessa, “Pancho Colorado”, el amigo del ex gobernador Fidel Herrera, “Pancho Colorado”, sentenciado en Estados Unidos a 20 años de prisión por andarle lavando el dinero a Los Zetas con la compra de caballos. Ese predio, parte de las 6 hectáreas que le vendió Fidel a su narcoamigo, fue devuelto al gobierno de Veracruz en una súbita maniobra para evitar que lo incautaran. Luego quedó en manos de Cornelius Versteeg, y ahí se construiría el Colegio Lasallista. Por eso el personal de Obras Portuarias de Coatzacoalcos y el ayuntamiento joaquinista. El dinero se habla con el poder. Al servicio del jet-set, la estructura de gobierno. Ahí mismo, terrenos de notarios públicos, universidades, empresarios. Para ellos sí hay protección oficial… Transcurre el tiempo. Guillermo Ibarra, metido a director de Obras Públicas acumula odios y provoca rencores. Milusos del alcalde Joaquín Caballero, desafía a regidores, los ningunea, los maltrata, los ignora. Y en la obra real, en la que debe servir para que no permee la idea de que 2014 es año perdido para el alcalde, Guillermo Ibarra es una nulidad. Fue reconstruida la carretera que va del puente Joroba al puente Calzadas, pero sin cubrir lo que la licitación indicaba, usando técnicas no aprobadas. Se hizo de la vista gorda el director de Obras Públicas, a la vista el fraude, a la vista el atropello a la ley. Y pensar que Marcos Theurel —“Te rompo tu puta madre”— era el paradigma de la corrupción, las obras sobrevaluadas y los amigos favorecidos con contratos. Lo que hay que ver… Dos psicólogas —o pseudo psicólogas— pululan en los patios del DIF. No hay rastro de ellas en el Registro Nacional de Profesionistas, ni título ni cédula profesional. Eso sí, valoran, analizan, estudian, sentencian con toda severidad, inflexibles, intransigentes, implacables sus juicios con quienes suelen caer en sus manos. Una es Yahana Arizveidy Lozada Parra, directora del Área de Psicología del DIF de Coatzacoalcos, y la otra, Patricia Salcedo Gómez, una especie de verdugo ejecutor de Yahana y del director de la institución a nivel municipal, Jesús Moreno Delgado. Una y otra están denunciadas ante el DIF estatal, ante Karime Macías de Duarte, por emitir dictámenes parciales, valoraciones cargadas de mala leche, la del caso Lilia Gema Santiago Ríos por ejemplo, a quien con sus truculencias han despojado de su hijo de dos años, pues todo lo armaron para favorecer al marido incómodo, Carmen Ramos Rodríguez, dueño del restaurant La Perlita y otros seis negocios más, donde son asiduos los directivos del DIF de Coatzacoalcos y de donde salen trompicándose de borrachos. Vaya que si el DIF de Coatzacoalcos está podrido: funcionarios venales, suscritos a la nómina de Carmen Ramos y sus tugurios, y dos pseudo psicólogas, Yahana Arizveidy Lozada y Patricia Salcedo, cuyos títulos y cédula profesional no aparecen en el registro nacional. Cuántas valoraciones habrán hecho así y cuántas de ellas carecerán de valor legal, sabido es que sin cédula profesional es delito suscribir documentos oficiales. Ah, una primicia: les viene una demanda descomunal que le va a pegar a Jesús Moreno, a la presidenta del DIF Coatzacoalcos, Cristina Cházaro de Caballero, al procurador de la Defensa de Menor, el lépero Salvador Hernández Martínez, una ficha “El Chambitas”, y otros dos pseudo abogados, de los que también hay evidencia de que son fraude puro. ¿Diputado federal? No sueñe, don Jesús. Con causa penal encima no hay candidatura… ¿Qué hay de cierto en que el despacho contable contratado por el alcalde de Las Choapas, Marco Antonio Estrada Montiel, en realidad es propiedad de su tesorero municipal, Luis Vicencio Santos, alias “Güicho Panteón” obviamente con una fachada ajena y con representantes a modo? El despacho se llama Álvaro Pavas Machorro. Ese mismo bufet contable se encargó de las auditorías en Ixhuatlán del Sureste y Nanchital, cuando “Güicho Panteón” fungía como contralor. En Las Choapas cobraría un millón 200 mil pesos por la auditoría 2014, según acuerdo de cabildo, pero horas después, cuando les presentaron el acta respectiva, los ediles se percataron que la cifra se había duplicado a 2 millones 400 mil pesos. Al final todos firmaron el acta de cabildo, gozoso el tesorero pues su despacho se llevaría el botín…

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