El traficante de publicidad y la censora

* Ocurrencia de Rocío Nahle para lavarse la imagen  * Bouzas, el de los flyers  * Adriana Muñoz, la aviadora  * Serpiente de dos cabezas en Comunicación Social  * Gatos de angora en el DIF  * Esposa de Amado consiente a incondicionales  * Pierde amparo el notario acusado de violencia  * El crimen de Flavio Medina

Tan golpeada quedó, tan marcada por la corrupción, las mansiones, la riqueza, que Rocío Nahle no tuvo mejor ocurrencia que limpiarse la imagen reciclando a Bouzas, el traficante de publicidad, y a Adriana Muñoz, la censora.

Su dislate es una Coordinación de Comunicación Social bicéfala, con dos cabezas, el de contenidos y la de prensa, el de los flyers en redes y la boletinera. Y en el fondo, un jugoso presupuesto que ambos querrán manejar, el visible de 70 millones de pesos anuales y la inmensa partida secreta para comprar aplausos y rentar elogios que maticen los infinitos traspiés que distinguen a Rocío Nahle y la sabida suciedad institucional.

El galimatías es de épico. A estas alturas la zacatecana no atina a resolver cómo premiar a sus subalternos, decir quién va y quién no, quién tiene capacidad y a quién no se la ve. Sus afectos están por encima de la funcionalidad de la Coordinación de Comunicación Social. Cuando los presenta, clarifica que Fito Bouzas se dedica al diseño de imagen y Adriana Muñoz a la difusión en medios. Y los dos van a Comunicación.

En cualquier granja habrían tenido mejor tino. Los animalitos de Orwell, como se les vea, son sabios. Lo bueno es que a la química Nahle no se le ocurrió nombrar dos secretarios de Gobierno, dos titulares de Educación, dos de Salud, dos de Finanzas y así terminar de conformar la pandilla con la que piensa gobernar.

Son raras las serpientes de dos cabezas. Pero las hay. Son serpientes bicéfalas. Y Bouzas y Adriana tarde o temprano se van a atacar.

No se muerden aún porque la sangre asusta, pero las diatribas y la intriga, los lances de lodo, las habladas de los pro-Bouzas contra los pro-Adriana, cargadas de ácido, han sido otra guerra, una guerra soterrada desde los días de campaña, la guerra por el hueso, paralela a la batalla que Morena enfrentó contra el PRIANRD.

Tácitamente, aquí hay dos padres para una misa y difícilmente saben aguantar al rival. Bouzas y Adriana son cáusticos, intratables, intolerantes. Y juntos, peor.

Rodolfo Bouzas ni periodista es. Su tema es el diseño de imagen, resaltar lo que abona al producto y guardar bajo la alfombra lo que ensombrece, deteriora o hace repugnar.

Tiene una tía hábil y sagaz, Mary Vázquez Guízar, metida hasta en la sopa, conectada con medios de comunicación, sin que sus productos sean algo digno de alabar. Cítese, por ejemplo, dos fiascos recientes con éxito electoral: Claudia Sheunbaum y Rocío Nahle.

Sheinbaum es vacía, aburrida, fría, seca, sin una sonrisa, incapaz de motivar a nadie, con un discurso que duerme o que hace reír. Si ganó la elección presidencial fue porque el candidato real fue el mesías del pantano, Andrés Manuel López Obrador.

Nahle igual. Su campaña fue desastrosa, errática, plagada de desaciertos, exhibiendo que como veracruzana es una excelente zacatecana, que no conoce la geografía jarocha, que inventa tiempos, nombres, distancias. Es ambiciosa, engreída, millonaria, confirmando que sí, que las mansiones y terrenos y departamentos que se le atribuyen Arturo Castagné y Pepe Yunes son suyos. O sea, torpe y fifí.

Esa fue la imagen en campaña. Ganó pero el costo es superlativo, disminuida por su riqueza, la sospecha de corrupción, el enriquecimiento, el abuso, la soberbia.

Nada pudo revertir Bouzas. No desterró los vicios de imagen y la estampa de Rocío Nahle en la mansión de El Dorado, o la casa de Villahermosa o el departamento de San Pedro Garza o los terrenos a nombre de su marido, o los contratos al yerno en Coahuila.

Así sea gobernadora, es un ícono de la corrupción morenista. Es su tatuaje en la piel.

Bouzas es un devorador de publicidad oficial, arrancada a ayuntamientos morenistas del sur de Veracruz por la buena o por la mala, usando el nombre de la célebre Mary Vázquez Guízar, aquella que en los días de gloria y poder de Javier Duarte se veía cómoda, feliz, en el ánimo de la no menos famosa Karime Macías Tubilla, la gobernadora bis, que movía los hilos para desaparecer miles de millones de pesos, producto del saqueo a las arcas del gobierno de Veracruz.

Bouzas es un traficante de publicidad. Detenta contratos con ayuntamientos del sur de Veracruz, el feudo de Rocío Nahle. La huella visible se ve en facturas de Marvaz Comunicación Estrategia, la empresa de Mary Vázquez Guízar en la que es socio, de acuerdo con revelaciones del periodista Ignacio Carvajal.

En la Secretaría de Energía, Fito Bouzas fue director de Información con un salario neto de 57 mil 450 pesos al mes, según el Portal Nómina Transparente del gobierno federal.

Adriana Muñoz Cabrera, más que periodista es propagandista. Y lleva el sello de la corrupción. Es aviadora profesional. Tampoco es Dios pero es omnipresente. Y tiene el don de la ubicuidad. Pudo estar en tres lugar a la vez y cobrar en dos.

Su nombre aparecía en la nómina de la Secretaría de Energía, cuando Nahle era titular, al tiempo que era conductora de noticias en Radio Televisión de Veracruz (RTV) y coordinaba los comunicados de prensa de la campaña de la candidata de Morena.

Rocío Nahle dejó la Sener el 15 de octubre de 2023 pero su vocera, Adriana Muñoz, continuó cobrando en esa secretaría por lo menos hasta el 30 de abril de 2024, según la denuncia que le interpuso el Partido Revolucionario Institucional.

Su sueldo era de 15 mil 259 pesos quincenales y su cargo era el de Enlace de Control de Acuerdos y Seguimiento. No se dio a conocer el monto del bono confidencial.

Simultáneamente, en RTV cobraba 23 mil pesos mensuales entre enero y marzo de 2024, tiempo en que se dedicó a la vocería de Nahle, según el portal La Clave Online.

“Muñoz Cabrera reportó ingresos por 307 mil 899 pesos durante 2023 en Radiotelevisión de Veracruz, como destaca en su declaración anual, publicada en la página de servidores públicos del gobierno federal”, refirió La Clave Online.

Ser aviadora no es lo peor. Es una censora declarada. A la prensa incómoda, la restringe, la margina, le niega el derecho a preguntar. Cítese el episodio en que impidió que el corresponsal de Latinus en Veracruz, Fidel Pérez, pudiera cuestionar a la candidata presidencial, Claudia Sheinbaum, el 8 de mayo.

“En la conferencia de la Dra Claudia Sheinbaum, hoy por la mañana en un hotel de Boca del Río, la propia Dra rechazó mis preguntas, solo eran dos nada más.  En el grupo de WhatsApp de la ingeniera Rocío Nahle, la administradora y jefa de Prensa –pensé que el compañerismo estaba bien y que jamás se iba a mezclar una cosa con la otra, pero no es así–, me eliminó.

“Bueno, por favor no sean críticos de la doña porque si acaso es gobernadora, uuuuuuffff, cuidado. Ya saben lo que les espera. Hay que aplaudirla, que rendirle pleitesía para evitar bloqueos, que te consideren conservador u otra especie, incluso, te califiquen de todo. Dicen que van ganando, entonces, porqué esa actitud”.

La censura se repitió con los reporteros de la región de las Altas Montañas (Córdoba-Orizaba), el 9 de mayo, a los que les negaron el derecho a preguntar.

La censura está ya en portales digitales donde aparecían notas críticas contra Adriana Muñoz y al abrir el archivo desaparecieron.

Qué limitada es Rocío Nahle. Se lava la imagen con un traficante de publicidad y una propagandista, represora de la libertad de expresión.

Y tarde o temprano, Fito y Adriana se van a morder.

POSDATA

Qué ingrata es doña Esther. A los pobres no les da y a los ricos les da de más. Para el que pide medicamento, sillas de ruedas, ayuda social, nada, y para los ricos que todo les sobra, sólo por ser recomendados de la presidencia municipal, lo que sea, lo que está a disposición del DIF. Ni con Mónica Robles se vio algo así, tan desigual. Con Esther Mortera de Cruz Malpica, titular del DIF Coatzacoalcos, lo impensable sucede. Y así haya austeridad, a su séquito le convida en exceso: canonjías, privilegios, viajes todo pagado con cargo al erario. A los gatos de angora les va bien. Elit Seba Juárez, director del DIF Coatzacoalcos; Araceli Mexicano Gutiérrez, directora de Recursos Humanos, y el coordinador, Hugo Salinas Jaimes, tienen salario y bono secreto. Suponen que nadie lo sabe pero lo sabe todo el DIF. Qué gesta. Esther Mortera se trepó en un ladrillo y se mareó. Desde ahí, se imagina que el poder es eterno, encajándose con los de abajo y sobreestimando a su círculo de aplaudidores. Olvida que lo que aquí se hace, aquí se paga. ¿Que quieren ver facturas? Pronto… Pierde amparo el notario Alejandro “N”, acusado de violencia intrafamiliar. Tan íntegro, tan pulcro que dice ser, pretendió echar por tierra el peritaje de la psicóloga que determinó su grado de –¿cómo decírselo y que no se ponga loco?– agresividad, lo que dio base para ser vinculado a proceso. Cuando interpuso el juicio de amparo, radicado con el número 952/2023, el juez federal que lo admitió lo instó a subsanar irregularidades. No lo hizo. Se determinó que la demanda de amparo no se presentó. Pasó al Tribunal Colegiado del Décimo Circuito y este 1 de julio fue confirmada la resolución del juez noveno. Alejandro “N” quedó formalmente vinculado a proceso. Pero una jueza, María Alicia Caram Castro, le concede la custodia de su hijo y la fiscal general, Verónica Hernández Giadáns, también fedataria, lo encubre para no ser suspendido de sus funciones como notario en Chinameca. Es el caso que involucra a apellidos del jet set de Coatzacoalcos, los Durán, los Cobos, los Anaya, los Hayek… Tres disparos, uno de ellos en el abdomen, le arrancaron la vida a Flavio Uriel Medina Hernández. Hijo del activista petrolero, Flavio Medina Barragán, contaba 26 años de vida y forjaba una sólida carrera como abogado. Gozaba del aprecio de muchos que recibieron la noticia con asombro y estupor. Hoy, hay duelo en Nanchital, su lugar de residencia. Flavio Uriel Medina llegaba a su hogar, la tarde del lunes 1, cuando un par de sujetos a bordo de una motocicleta se acercaron a él. Le soltaron la descarga. Fue impactado en brazos y abdomen. Aún con vida se le trasladó a un hospital en Nanchital. Mientras se le practicaba una cirugía intentando salvarle la vida, falleció. Flavio Uriel había contendido en la interna de Morena para ser candidato a la alcaldía, en 2021. Los dados estaban cargados a favor de la comadre de Rocío Nahle García, la hoy alcaldesa Esmeralda Mora Zamudio. El padre de Flavio Uriel es el activista petrolero Flavio Medina Barragán, dirigente del Movimiento Cambio Sindical, plataforma desde la que compitió por la secretaría general de la Sección 11 del sindicato petrolero. Esta violencia infinita sigue quebrando a Veracruz…

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