Coatzacoalcos en el abismo y el alcalde sigue dormido

Otro tanto y Coatzacoalcos será La Habana veracruzana, maloliente, atrapada en el olvido, edificios derruidos, un monumento al escombro, el reducto donde fraternizan las ratas de drenaje, las ratas del bajo mundo y las ratas del poder.

Andan sucias las paredes, despintados los negocios, techos desplomados, la varilla revestida de óxido que emerge reventando el concreto, la mitad de los inmuebles del célebre malecón costero hechos una desgracia, invitando a los dueños del dinero a alejar la inversión.

Y no hay gobierno ni alcalde. No hay Amado Cruz Malpica ni grupos de poder que atenúen la caída, el desplome, el camino al precipicio. Nada que retenga los capitales en fuga, o que endulce a los que incentivan la empresa y generan empleo.

No hay voluntad ni idea. No hay imaginación porque la está apuesta en preservar los negocios del clan Nahle, los de la banda Fosado, los del gang Samuel, los enclaves de Marcelo Montiel y sus alfiles, y los de las otras pandillas, las bandas criminales que han impuesto su ley.

Del “emporio petroquímico de Latinoamérica” nada queda. Pasó a ser el “emporio de la extorsión”.

De la “ciudad para vivir siempre” devino en “ciudad para vivir nunca”.

Aquel malecón, orgullo de todos, motor económico, con el gentío atestando los antros o los jóvenes en las banquetas y en los camellones, en los cofres de los autos, la música a todo lo que da, y miles de turistas generando una derrama inmensa de dinero, dejó de existir.

Hoteles cerrados, locales en renta, negocios despintados, oxidados, a punto de venirse a tierra sin que alguien, siquiera por piedad, les dé un brochazo o conmine u obligue a sus dueños a enmendar la dejadez. El espectáculo es deplorable.

Y sus calles destrozadas, losas levantadas, el pavimento en fragmentos. Y los colonias del “emporio petroquímico de Latinoamérica” con calles de tierra, canales con heces a cielo abierto, alumbrado infame y el riesgo de terminar la vida con una daga en el vientre o un disparo en la sien.

Y el alcalde y su cabildo de mayoría morenista, y los ediles cómplices de la oposición, sin un gramo de inteligencia para revertir el caos. Amado y su corte en plena inacción.

En los días en que reinaba el PRI, Coatzacoalcos inició su debacle. Y llegó Morena, y llegó Víctor Carranza, y llegó Amado, y lo terminaron de hundir.

Hoy, se derrocha en un cantante de otros tiempos, Mijares. Se tira la casa por la ventana con una celebración por los 500 años de la fundación de la Villa del Espíritu Santo, que ocurrió en otro municipio, Ixhuatlán del Sureste, en la margen contraria del río Coatzacoalcos.

Habrá circo en Semana Santa. Santo y pecaminoso circo en los días de guardar. La Expo Feria-mercado que por tres años, por pandemia, no se pudo realizar, será la palanca para entretener.

Todo sirve como cortina de humo mientras el presupuesto se ejerce a medias o se deja de ejercer, Se reduce el monto. Se cancelan 100 millones de pesos destinados a sanear el basurero de Las Matas. Hubo tijera en obras públicas. Y el 29 de diciembre, dos días antes de concluir el año, el presupuesto se redujo de mil 542 millones de pesos a mil 455.

Hace agua el ayuntamiento de Coatzacoalcos. Un año y dos meses perdidos, sin obra pública decente, con una lucha intestina en la que el priismo en nómina se deleita jodiendo a Morena, y los petroleros de Nahle a los políticos, y una pandilla de Morena hostigando a otra pandilla de Morena, y la ciudad devastada, hundida por el olvido, la inmundicia, la basura, el hedor.

Y el acertijo es: ¿en qué cuenta fueron a parar los millones recortados? ¿O terminaron en la cuenta del Pejesapo de aguas hediondas, parafraseando a Jaime Bayly, vía los subejercicios, miles de millones en el bolsillo del zafado de palacio nacional?

Porque si la uña larga no es la de Amado Cruz Malpica, el alcalde que no se ve, ni se siente, ni parece que existiera, entonces los ladronazos son los beneficiarios de su gobierno, las ratas de dos patas que integran su corte de albañal, drenaje pues.

Porque el secretario del ayuntamiento, Samuel Ordaz Ortega, señalado de hacer trinquete y de transar hasta a los narcos, no habla, no replica, no gime, no puja, no se sabe defender.

Y qué decir de las obras chuecas del director general, Arturo Delgadillo Medina, y su director, Onésimo Mendoza Flores, acusados por la Sociedad Mexicana de Industriales Transformadores de la Construcción (SMITC) en el sur de Veracruz de pedir sobornos para asignar contratos, y de incurrir en un caso de nepotismo por tener contratado a Víctor Manuel Mendoza Villegas, hijo de Onésimo Mendoza, en una posición clave contraviniendo la Ley Orgánica del Municipio Libre.

Redondea la ecuación la tesorera Grace del Carmen Mendoza Chesty —Grace sin gracia— disparando contratos, vía asignación directa, pagando 2 millones de pesos por la elaboración del Plan Municipal de Desarrollo a un respetado economista, Rafael Vela, quien fuera subsecretario de Desarrollo Regional en el gobierno del panista Miguel Ángel Yunes Linares, enemigo jurado del presidente Andrés Manuel López Obrador. O sea, Morena enriqueciendo al yunismo azul.

Se hunde Amado y sus allegados le ayudan. Se trenzan en una cruenta batalla donde el priismo en nómina, el marcelismo que realizó la operación que llevó a Morena a ganar la alcaldía, el marcelismo y el joaquinismo, le arrebatan espacios al morenismo inexperto.

Como apunta el manual de los sótanos del poder, la golpiza debe venir de adentro. Y las redes destrozan a Amado, a su familia. Los de Nahle, los de Marcelo, los allegados al secretario del ayuntamiento, Samuel Ordaz, todos dinamizando la felpa, acusando incluso de fraude a Raziel, el hijo del alcalde, en contubernio con la ahijada incómoda, Maritza Mijares Díaz, directora de Turismo Cultural, con el logo de los 500 Años de la Villa del Espíritu Santo, la trama del diseñador fantasma.

Desde los sótanos de palacio, le atizan a ediles y funcionarios. Chuy Martínez, ex diputado local, suplente de Cruz Malpica en su última incursión en el Congreso, y Samuel Ordaz, señalados de orquestar la difusión de un video que le saca sus trapos a la vocera del alcalde, Uma Freya Cortés, que también se las trae.

Desde esas mazmorras políticas se urdió el ataque a los hijos del alcalde, tildándolos El Cártel de Amado, implicándolos en negocios con el erario, enriquecimiento y cosas peores. Es fuego amigo de alta intensidad.

Y no hay quien los frene. Es un motín a bordo. La tripulación del barco, los alfiles de Nahle y los de Marcelo, ven que no hay piloto y han iniciado el asalto. Y Amado, petrificado o apático, como es, no percibe que el naufragio ya comenzó.

Hay fuga de capitales, negocios cerrados. Hay empresas que dejaron de operar, amedrentadas por bandas delincuenciales. Bombas molotov, fachadas baleadas, amenazas de muerte, ejecutados en colonias, cinco crímenes brutales en dos meses y días. Es Coatzacoalcos bajo el poder de Morena.

Hay reclamos airados y protestas ciudadanas, gritos e insultos contra el presidente municipal, y Amado Cruz pasmado, sin un equipo que hable, que ataje, que negocie, que dé respuesta.

Se suponía que 30 años después de ser diputado federal ya había aprendido la lección. Pero no.

Se empeña en que Coatzacoalcos sea La Habana veracruzana, sin economía, extraviado en el tiempo, edificios derruidos, paredes despintadas, el óxido como signo del abandono y la dejadez.

Un reducto donde fraternizan las ratas de drenaje, las ratas del bajo mundo y las ratas del poder.

Archivo muerto

Disipados los polvos del caso Tesla, Lobeira y Eusebia ya no volvieron a hablar. Han de estar evaluando la embarcada, la tomada de pelo, el salto al vacío, ofreciéndole a Tesla, a su dueño, Elon Musk, las perlas de la virgen y los frutos del paraíso. En Veracruz puerto, decía la alcaldesa Patricia Lobeira de Yunes Márquez, hay agua, experiencia, zona portuaria; en Coatzacoalcos, vociferaba Eusebia Cortés Pérez, su ilustrísima diputada local, hechura de Rocío Nahle, la matrona de Energía, también hay agua, la zona del Istmo de Tehuantepec, el puerto de Coatzacoalcos y a hora y media, el puerto de Salina Cruz, y la zona industrial. Qué papelón. Ni el mismo Andrés Manuel López Obrador sabe que la fabricación de un auto eléctrico Tesla requiere sólo tres metros cúbicos de agua. Ese argumento fue una falacia del mesiánico de palacio. El factor agua lo usó para intentar tumbarle a Nuevo León y a su gobernador, Samuel García, la campanada de que la planta de Tesla se instalara ahí. O lo usó para extorsionar. En Nuevo León, la industria sin termoeléctricas usa el 1.9 por ciento del agua total. Tesla, con una producción de 150 mil vehículos al año, como lo que genera en la planta de Austin, requiere el .01 por ciento del agua tratada. Si la meta es producir un millón de autos eléctricos anuales, el requerimiento es de 0.7 por ciento del total de agua de Nuevo León. Un dato adicional: el sector que mayor consumo de agua requiere en el estado regio. es el agrícola con el 30.27 por ciento. La industria no es el problema. Información del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco). Mientras, la alcaldesa de Veracruz, Paty Yunes, y la diputada por Coatzacoalcos, Cheva Cortés, ya hicieron el ridículo… Megacontrato a Grupo Raudales por 345 millones de pesos. Tiene a su cargo la construcción de la vía férrea de casi 40 kilómetros para acceder al nuevo puerto multipropósito de Pajaritos, de acuerdo con el portal BN Américas que sustenta su información en Compranet. Grupo Raudales va en asociación con Irving Campos González, tal como consta en el sitio electrónico Compranet. Tanto afanarse por ganar un contrato en el ayuntamiento de Coatzacoalcos, sin lograrlo, y a la compañía de Daniel Aguilar Avendaño, ex secretario de Obras Públicas en el ayuntamiento de Coatzacoalcos le fue mejor con el gobierno federal. Dejó los centavos y se llevó los millones… Guste o no, Martha Fernández es la priista más identificada con el proyecto de Pepe Yunes Zorrilla-Cirilo Vázquez Parissi de cara al 2024. No requiere veijgas para flotar. Pese a todo y a todos, sus detractores dentro del mismo PRI, mantiene una ayuda constante en sectores olvidados. Opera en el proyecto para conformar bases de apoyo al ex alcalde de Cosoleacaque, Cirilo Vázquez Parissi, a quien por lo menos dos columnistas de la talla de Edgar Hernández, autor de Línea Caliente, y Arturo Reyes Isidoro, titular de Prosa Aprisa, dan por hecho que será el relevo de Marlon Ramírez Marín en la presidencia del PRI en Veracruz. Y de tiempo atrás Martha Fernández apostó por Pepe Yunes para que sea el candidato de la alianza opositora por la gubernatura de Veracruz en 2024. Mientras, la empresaria construye puentes de diálogo con las fuerzas políticas al interior del PAN y PRD que se identifican con el diputado federal por el distrito de Coatepec, único priista veracruzano en San Lázaro, ex senador de la República, ex líder estatal tricolor, ex diputado local y ex alcalde de Perote, la tierra que lo vio nacer. En esa línea va Martha Fernández, una cara nueva en el PRI, a propósito de aquello del relevo generacional…  Caciquín en ciernes, Gersaín Hidalgo practica el esclavismo sindical. Un día le pide a los integrantes del Sindicato de Empleados al Servicio del Municipio de Coatzacoalcos ir a barrer calles y embellecer camellones. Luego “invita” a su gremio a realizar “labor social” en las instalaciones de la Expo Feria. Usa la jerga de los caciques petroleros de antaño. Le llaman “labor social” al trabajo forzado, en día de descanso, sin obligación legal. Lo categoriza como “voluntario” cuando los empleados del SUEM saben las consecuencias de ir contra el capricho del amo sindical. Así actuaban los caciques petroleros y terminaron mal, granjeándose en repudio, la ira, el rencor de los suyos. Cuando cayeron —algunos en prisión— todo fue felicidad…

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Foto: Costa Veracruz, Diario Gráfico, Especial