Hugo y Bola 8: si le hurgan, brota sangre

No toquen a Hugo. No lo investiguen. No se vaya a saber qué tanto se implicó el secretario de Seguridad Pública de Veracruz en la desaparición forzada del Archi, y en otras desapariciones, y en la extorsión policíaca al comercio, y en la quema de negocios y en la siembra de armas.

No investiguen a Hugo Gutiérrez Maldonado, titular de la SSP, exige Eric Patrocinio Cisneros Burgos, el marrullero secretario de Gobierno, cuando lo que ha estallado precisa ser indagado a fondo por ser el peor caso de corrupción criminal policíaca, el levantón del director de la Policía Vial, Juan Alan Cuetero Meza, El Archi, a manos de dos mandos —Alan Ciprián y Roberto de Jesús N— y dos elementos policíacos, todos sujetos a proceso penal.

Que nadie hurgue, ordena el secretario Bola 8, sabiendo que la desaparición forzada que sacude a la SSP, se urdió y cometió en la cúpula de la corporación.

Y que nadie repare en eso y que nadie recuerde que entre Hugo Gutiérrez Maldonado y Alan Ciprián Canseco, entonces director operativo de la SSP y al que se acusa de haber ordenado el levantón, sólo había un mando: Cuauhtémoc Zúñiga Bonilla, capitán de la Marina que hoy es el nuevo secretario de Seguridad.

Y en ese punto, Eric Cisneros no da un paso atrás.

Hugo Gutiérrez, apunta Bola 8, no fue omiso. No amerita una investigación como exigen otros policías, y los allegados al Archi, y el diputado federal del Partido de la Revolución Democrática, Jesús Velázquez Flores, y su partido en Veracruz.

Velázquez Flores fue categórico: la renuncia del secretario de Seguridad no basta; se le tiene que investigar. Y propuso en la Cámara de Diputados un punto de acuerdo que conmine a la Fiscalía General de la República a abrir una investigación y deslindar responsabilidades.

Pero el secretario Bola 8 se opone.

“Los partidos políticos politizan todo y la justicia no se puede politizar, la justicia tiene que aplicar para todos cuando haya responsabilidad y en este caso yo no veo responsabilidad de nada por el momento”.

Eric Patrocinio y su títere, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, ven el volcán haciendo erupción y se alarman. Y lo quieren sofocar… con gasolina.

Cinco meses después, El Archi no aparece. Se le vio el 29 de mayo, cuando salió de casa rumbo a la iglesia. Ahí se perdió el rastro. No volvió a comunicarse ni respondió a las llamadas de su madre, esposa y compañeros de corporación.

Y en eso irrumpió Hugo Gutiérrez, simulando que el objetivo era hallarlo. Estableció un código rojo, el 30 de mayo. Dirigió la investigación hacia el sur del puerto de Veracruz cuando que Juan Alan Cuetero había desaparecido en el norte de la ciudad.

Al día siguiente, el 31 de mayo, en Coatzacoalcos, afirmó categórico que al Archi lo habían levantado delincuentes que operaban desde hacia tiempo, en gobiernos anteriores.

Sólo por esa afirmación, debió ser llamado a declarar. ¿De dónde obtuvo información Hugo Gutiérrez relativa a que El Archi había sido levantado por la delincuencia?

Luego maniobró. El 17 de agosto relevó a Alan Ciprián de la dirección operativa de la SSP y lo envió a la Academia Regional de Seguridad Pública del Sureste. Lo estaba encubriendo.

El 13 de octubre Alan Ciprián Canseco fue aprehendido bajo cargos de desaparición forzada. El 14 se detuvo a Roberto de Jesús N, alias Galeno, y a los policías Jacobo N y Federico N.

Y el 20 de octubre, luego que el caso se ventiló en la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, Hugo Gutiérrez Maldonado cayó.

La implicación es evidente. Y la maniobra de Eric Cisneros y Cuitláhuac García también. Es un caso de colusión criminal al más alto nivel, estallando la desaparición forzada en el entorno del secretario de Seguridad, siendo relevado por el Subsecretario de Operaciones, jefe inmediato de Alan Ciprián Canseco, principal señalado en el levantón al Archi.

Cisneros y Cuitláhuac no sólo intentan salvar el pellejo de Hugo Gutiérrez. Les duele más el suyo. Lo intentan preservar de la implicación legal porque saben que son cómplices.

El secretario Bola 8 se ha jactado que en su gobierno —suyo, no de Cuitláhuac— no tienen cabida los delincuentes. Falso. El delincuente es él. El delincuentes es Cuitláhuac. El delincuente es Hugo y Ciprián y Galeno y Jacobo y Federico. La delincuente es la fiscal Verónica Hernández Giadáns y su grupo de ministeriales torturadores.

La transgresión a la ley comenzó en los primeros minutos del 1 de diciembre de 2018, al iniciar la pesadilla obradorista. Frente a los integrantes de su gabinete, Cuitláhuac les tomó la protesta. La rindieron todos, incluido Gutiérrez Maldonado. Ahí violó la ley.

Hugo Gutiérrez era inelegible en ese momento. Requería la dispensa del Congreso para asumir el cargo de secretario de Seguridad Pública de Veracruz. La anuencia es requisito para los no nacidos en suelo veracruzano o no ser hijos de veracruzanos. Hugo Gutiérrez Maldonado es originario de Nuevo León.

Días después, alertado de la invalidez de la designación, se concedió la dispensa y el espurio se entronizó en la Secretaría de Seguridad Pública, iniciando así una macabra historia de terror.

Dice Patrocinio que en el gobierno de Veracruz los cargos no los ocupan los delincuentes. Falso.

La policía estatal delinque, siembra armas a inocentes, siembra droga, atropella a ciudadanos, desmantela policías municipales para quedarse con el control de la plaza y luego la negocia con el crimen organizado.

La policía de Hugo está implicada en crímenes. A dos ciudadanos los encarceló en cuartel de San José, en Xalapa, y luego aparecieron muertos. Por ello, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, a cuyo frente despacha la duartista Namiko Matsumoto, emitió dos recomendaciones contra los policías asesinos.

La 013/2022 señala que Carlos Navarro, de 33 años, fue ingresado a San José el 2 de mayo de 2020. Horas después se le declaró muerto por presunto infarto. Falso. Su cuerpo presentaba golpes que presumen tortura.

La 031/2022 establece que Gustavo Ortiz, de 36 años, ingresó al cuartel de San José el 24 de octubre de 2020. Mismo desenlace. Lo declararon muerto por un infarto pero tenía huellas de tortura.

Y así los crímenes. Y así, por ejemplo, la siembra de armas a ciudadanos radicados en Estados Unidos que se hallaban de visita en Actopan, el 31 de diciembre de 2018, debiendo intervenir la embajada norteamericana para su liberación. Los agentes de la Fuerza Civil siguieron en la corporación. Como si fueran sicarios de una mafia. Y Hugo los encubría.

La policía criminal de Cuitláhuac y Cisneros reprime manifestaciones, agrede ciudadanos, roba y golpea periodistas. Y al ex secretario de Seguridad, Hugo Gutiérrez, le bastaba con reponer los objetos hurtados y ofrecía que sus gorilas se someterían a cursos de derechos humanos.

Que a Hugo no lo investiguen. No vaya a ser que hurguen de más y hallen la complicidad con Eric Cisneros que provocó el asesinato de la alcaldesa de Jamapa, la perredista Florisel Ríos Delfín.

Por meses, la asediaron. La hostigaron. Pretendían que entregara el control de la policía municipal. Y como no cedió, desarmaron a su policía. Una noche, un grupo de sicarios la levantó. Fue hallada con huellas de tortura, con cuatro disparos y el tiro de gracia.

Un audio grabado previamente, registra la voz de Florisel Ríos. Ahí señala que pidió ayuda a Eric Cisneros y se la negó. Pretendía obligarla a que su esposo, sobre el que se había iniciado una acción legal, se entregara. Mientras no lo hiciera, no le devolverían las armas a sus policías. El chantaje terminó en tragedia.

Hurgar en la Secretaría de Seguridad es letal para el secretario Bola 8. Su implicación es criminal. Es el protagonista en un escenario de intimidación, amenazas, atropello a la ley y señalamientos de vínculos con el crimen organizado. Y a lo que ya era público se sumó la filtración de Guacamaya Leaks revelando que la Secretaría de la Defensa Nacional detectó al gobierno de Veracruz y a su policía estatal coludida con el crimen organizado.

Por eso no quiere que le toquen a Hugo, su Hugo.

Archivo muerto

Dos joyas de “austeridad republicana”: artículos de limpieza por más de 9.5 millones de pesos y artículos de papelería por 5 millones. Todo para el ayuntamiento de Coatzacoalcos. Las licitaciones simplificadas fueron realizadas en abril de 2022 y aunque las cifras escandalizan, fueron las menos elevadas. Los artículos de papelería, que incluyen desde borradores hasta pizarrones de cristal, pasando por clips, grapas, plumas, lápices, marcadores, hojas, cartulina, enmicadora, impresora multifuncional, por casi 10 millones de pesos los suministrará Yazmín Janeth Antonio Velasco; los artículos de limpieza, Lisbeth Raquel Ruz Sastré. Los contratos fueron signados por la tesorera municipal, Grace del Carmen Mendoza Chesty, y por la directora de Adquisiciones, Maribel Barradas Cabañas. Y así como esas, una decena de asignaciones más. Millonaria austeridad republicana… Víctor Manuel Mendoza Villegas dejó su cargo de analista en la Subdirección de Proyectos y Costos de Obras Públicas en el ayuntamiento de Coatzacoalcos y ahora se halla en Desarrollo Urbano. O sea, tras la evidente trastada, haber sido colocado por su padre, el director de Obras Públicas, Onésimo Mendoza Flores, en el área en que controla los pagos a contratistas, decidieron guardarlo mientras amaina el vendaval. Lo escondieron. Aunque ya se sabe que es él quien opera todas las asignaciones de contratos y su ejecución, autorizadas por su padre, el director de Obras Públicas. Mendoza Villegas ahora hace mancuerna con el tal Eliezer Sánchez Carrillo, el que pretendió apuñalar a Braskem con un cobro de casi 100 millones de pesos… Le llaman Mister Ten Percent y es el cobrador del diezmo. Es el que asigna, acuerda, rasura a los contratistas con los que trabaja el ayuntamiento de Nanchital. Mister Ten Percent pide 10 para la jefa y cinco para él. Mister Ten Percent exige que una vez asignado el anticipo al contratista, haga la del Puebla, caerse con el 10 para la jefa. Su cinco por ciento lo cobra en cuanto se pague la primera estimación. Y doña Esmeralda Mora feliz. Mister Ten Percent es, tácitamente, el hombre con más poder en el ayuntamiento de Nanchital, el de los dineros subterráneos. Y es de casa. Así como Alfredo Yuen tuvo en su hijo, el Diablo Jorge Yuen, a su mayor operador, y Brenda Manzanilla a su esposo Eduardo, y Zoyla Balderas a su sobrino Ramón Abascal, doña Esmeralda Mora tiene a su Mister Ten Percent, un poderoso familiar. Y todavía se llena la boca diciendo que lo suyo es la honestidad… ¿Quién es ese desadaptado, malviviente, drogadicto, líder de una banda dedicada a la extorsión que día a día siembra miedo, sangre, muerte y terror en Coatzacoalcos, a tal grado que ya rivaliza con el CJNG y que más tarda en caer en prisión que ser liberado para volver a delinquir? Impunidad al estilo Morena. Pista 1: su madrina sigue operando en el Senado. Pista 2: miau…

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Fotos: Noticiero Sureste, AVC