La vedette está de fiesta. Anda eufórica. Quiere luces, reflectores. Quiere aplausos, quiere la mirada de todo Veracruz. Anda plena, ciega, engañada, burlada, sin ver el caos social, el baño de sangre, la terrible corrupción que corroe las entrañas del gobierno, el abuso, el cinismo, la represión y la invención de delitos, el asedio político y la proclividad a violar la ley.
Cuitláhuac García es la vedette. Es exhibicionista al máximo. Y trae un mal esquizofrénico. Oye voces. Ve un mundo irreal. Describe a un Veracruz en desarrollo, pujante, seguro. Ve el paraíso donde hay un infierno. Ve paz donde los sicarios vacían el instinto animal. Oye cánticos de ángeles sin advertir que no es el coro celestial sino el retumbar de las ráfagas de las AK47, y supone que son odas los lamentos de los torturados y el llanto de las madres que hurgan en la tierra buscando al hijo del que no volvió a saber.
El gobernador es un divo y anda suelto. Veracruz se incendia y él, con su banda, se pasea en El Torito, el turibus descapotado, por las calles de Tlacotalpan, placeando y tirando saludos, abrazos a la distancia como reina de carnaval.
Al burlesque lleva a Norma Rocío Nahle García, matriarca de una de las pandillas de Morena que detentan el poder, esta vez ostentando la representación presidencial. La corte atiborra El Torito. Gozan, ríen y Cuitláhuac evade la realidad de Veracruz.
Su Tercer Informe es la visión de otro Veracruz. Es perorata, show, demagogia, rasgos esquizoides. Es irrealidad. Más farándula que acción.
A la vedette le urgía carpa y la montó. El teatro Netzahualcóyotl fue escenario de un informe sin fuelle, sin empaque político, la fábula de los otros datos, el retrato de un vulgar antidemócrata que usa el poder para rendir culto al mesianismo obradorista; un pincelazo del deplorable analfabetismo social de Cuitláhuac García, la fachada del tirano que usa el aparato policíaco y la estructura judicial con fines de represión.
El informe de Cuitláhuac es como todo los informes: muchas cifras y pocas nueces. Centra su argumento en el saneamiento de las finanzas, descenso en la inseguridad y el combate a la pobreza. Y como eje, la transformación.
El espíritu del lacayo queda ahí. La transformación —dice— le permitió vencer la inercia del neoliberalismo; con recursos suficientes, sin Fonden, se enfrentaron los estragos del huracán Grace; disminuyó la deuda pública en más de mil 900 millones de pesos; la pobreza extrema se redujo 2 por ciento; la inseguridad a la baja un 27 por ciento, duplicando el número de policías en la Secretaría de Seguridad Pública.
Una tanda de números para ocultar el desgobierno de Morena.
Vedettito no aludió al Veracruz real, catalogado entre las seis entidades donde se generan mayor número de “atrocidades”, de acuerdo con la organización no gubernamental Causa en Común.
Veracruz es líder nacional en secuestro desde que el obradorismo detenta el poder. De diciembre de 2018 a octubre de 2021, en Veracruz se interpusieron 729 denuncias por secuestro; en el Estado de México, 682; Ciudad de México, 319; Puebla, 173, y Morelos, 166. Esas son las cifras reales, no las mafufadas de Cuitláhuac.
Veracruz es tercer lugar nacional en feminicidio con 31 casos de enero a mayo de 2021, detrás de Estado de México que registró 60 y Jalisco 36, y por encima de Ciudad de México que presentó 27 casos y Chiapas 24.
Las cifras son de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que advirtió que la Fiscalía de Veracruz maquilló el número de casos, dejando de clasificar la muerte de mujeres como feminicidios y atribuyéndolas únicamente a homicidios dolosos.
El maquillaje es propio de Cuitláhuac García. Lo usa en Día de Muertos, cuando baila en las calles y se contonea, y como estrategia para enmascarar la realidad violenta de Veracruz.
En 2020 se voló. Redujo el número de feminicidios por decreto. La fiscal espuria, Verónica Hernández Giadáns, a la que impuso con un golpe de estado perpetrado en el Congreso de Veracruz, es la operadora del maquillaje de cifras.
Su tarea es por demás inmoral. En aquel año se registraron 182 muertes violentas de mujeres pero la fiscal sólo acreditó 84 feminicidios. Otros 97 decesos fueron categorizados como muertes violentas de mujeres y hubo un secuestro.
La farsa es tan burda que hasta la CNDH la repudió. Una fanática del presidente López Obrador, Rosario Piedra, le entró a arrancarle la careta al gobernador de Veracruz y a su fiscal espuria.
La violencia en Veracruz es el pan nuestro de cada día. Y viene de dos fuentes: la de la delincuencia y la que ejercen los cuerpos de seguridad contra la población. Y ya no se sabe quién es peor.
Al tercer año, los cárteles siguen de plácemes. Atacan para conquistar territorios o para repeler la escalada de bandas rivales.
La aprehensión de células del crimen organizado son golpes tangenciales. Cae uno que otro líder delictivo y de inmediato son sustituidos. Así, las estructuras delictivas permanecen y se fortalecen.
Fuerza Civil, la agrupación de élite en Seguridad Pública, acumula más negativos que aciertos. Prolifera el repudio de la sociedad por los constantes atropellos, incluso el asesinato de dos menores de edad en Amatlán de los Reyes, en la región montañosa del centro de Veracruz. Y qué decir de la aprehensión de ciudadanos de Estados Unidos a los que les sembró armas.
El informe de la vedette es un bodrio. Es una danza de cifras a modo. Pero no es la realidad que los veracruzanos tienen que sortear.
Hay un tema cumbre: el respeto a la mujer. Cuitláhuac García lo exalta; Veracruz lo desmiente. Y otra vez la esquizofrenia. Oye voces que le dicen que en el sexenio pasado desde el más alto nivel, o sea Miguel Ángel Yunes Linares, se protegió la agresión a la mujer, o sea lo que le imputan al ex secretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán, y que las propias hijas refutan.
No oye la vedette los lamentos de una mujer que acusa penalmente al delegado de Sedesol federal, Manuel Huerta, ex líder estatal de Morena, por violación. La denuncia cayó en en manos de la fiscal espuria, Verónica Hernández Giadáns, y pasó a la congeladora. Sirvió para apretar a Huerta y la dama no le hicieron justicia.
No escucha la vedette a decenas de empleadas del gobierno de Veracruz, hostigadas por enfermos mentales que pululan en torno al secretario de Gobierno, Eric Cisneros, acosadores sexuales a los que no se les aplica la ley, que cambian de área para continuar hostigando a la mujer.
La vedette se maquilla. Baila y baila. Declama, recita, aturde con su voz chiclosa mientras el caos social inunda a Veracruz, mientras la corrupción devora a su gobierno, mientras endeuda y endeuda pregonando —vaya contradicción— que paga deudas del pasado.
Hay otro factor, aún peor. Es el tema político. Cuitláhuac García, su círculo rojo, sus operadores, Morena, abusan del poder.
La vedette expresa que un rufián es su operador. Sin Juan Javier Gómez Cazarín está incompleto. El abusivo líder de Morena en el Congreso de Veracruz no sólo se roba las alcaldías y viola las leyes, no sólo persigue y desafuera alcaldes, no sólo le roba la diputación plurinominal a una integrante mujer de Morena. También le ha robado el corazón a Cuitláhuac.
Son una banda de delincuentes con poder. 2021 dio la medida del uso del aparato judicial para reprimir políticamente. El 23 por ciento de los candidatos asesinados durante el proceso electoral federal y local, corresponde a Veracruz. La indefensión fue total. Y por lo menos tres candidatos de oposición terminaron en la cárcel —Rogelio Franco Castán, Gregorio Gómez y Nicolás Ruiz Roset—. A otros, como Jesús Uribe, quien aspiró a la alcaldía de Las Choapas, le imputaron el crimen de un ex militar y está tras las rejas en el penal Duport Ostión, en Coatzacoalcos.
No hay obra pública que valga cuando el aparato de poder se usa para sembrar terror. Como en la máxima química, el atropello a la ley ni se crea ni se destruye, sólo se transforma. Eso es la 4T.
Puede bailar la vedette. Puede danzar. Y maquillarse, y declamar, y aturdir. Puede manotear y engallarse, imitar a López Obrador, pero no puede ocultar el caos social.
La vedette, pues, ha rendido un informe irreal.
Archivo muerto
Monreal, que donde pega hiere, se la quiso a cantar a Cuitláhuac. Vía video, el líder de la mayoría en el Senado, Ricardo Monreal Ávila, repudia el abuso del delito de ultrajes a la autoridad para encarcelar inocentes. Cita un caso, el de seis jóvenes detenidos en Xalapa desde septiembre luego que se les aprehendiera sin violencia, sin oponer resistencia, y luego se les imputó el delito favorito del gobernador de Veracruz, con el que reprime y retiene tras las rejas al inocente. “Las democracias modernas —acusa Monreal— no pueden permitir que se violen derechos humanos de manera sistemática ni aislada de los ciudadanos”. Tuvo otra expresión: “No queremos aceptar que se sigan fabricando a través de este delito de corte penal, privando de su libertad a ciudadanos y ciudadanas”. Y lo categorizó como el “delito de moda”. El golpe fue demoledor. Y la respuesta fue sesgada y cobarde. La vedette de palacio se valió de un comentario en redes sociales en que el usuario Ricardo Monroy le recomendaba a Monreal voltear la mirada hacia la violencia en Zacatecas, gobernada por su hermano David Monreal. Cuitláhuac García sólo retuiteó el mensaje y no agregó más. Este lunes 22 el gobernador señaló que en Veracruz no se violan derechos humanos —ajá—, que no va a permitir que los delincuentes se salgan con la suya —ajá— y que se hará una revisión del caso —ajá—. Mientras, el titiritero mayor, Eric Cisneros, hizo suya la frase de que el senador mejor voltee a ver lo que ocurre en Zacatecas, donde media docena de personas apareció colgada de un puente. ¿Sabrán los pigmeos el tamaño de político de Ricardo Monreal? ¿Habrán intuido por qué los puso en la mira?… Eusebia Cortés no sabe una pizca del Corredor Interoceánico. Habla y la cuestionan y la diputada local por Coatzacoalcos no tiene qué responder. Su ignorancia es patética. Dice que el proyecto del Corredor Interoceánico generará empleo, lo que cualquier político afirma; que se instalarán empresas, lo que todos saben. Y de ahí no pasa. La mascota mayor de Rocío Nahle García, secretaria de Energía, preside la Comisión de Corredor Interoceánico Coatzacoalcos-Salina Cruz, y no sabe una jota de lo que ese proyecto implica. Basta citar la entrevista que el periodista José Luis Ortega Vidal le realizó y que es un compendio de incapacidad, ausencia de argumento, trapecismo verbal sobre un tema crucial para el sur de Veracruz. Quien sí conoce, quien sí sabe, es el diputado Luis Antonio Luna Rosales, que entre otros cargos ocupó la Dirección General de la Administración Portuaria Integral de Coatzacoalcos, con sobrada experiencia y conocimiento, pero a quien Morena remitió a la secretaría de la Comisión que preside la docta Eusebia Cortés. Habrá que verla si cuando sea cuestionada sobre su desempeño como legisladora, no se le ocurre sacar la matraca o arengar como lo hacía saboteando el transporte público bajo el pretexto de los gasolinazos… Quema lo último del presupuesto el alcalde Víctor Carranza rompiendo calles y realizando reparaciones de ínfimo nivel. Así por todo Coatzacoalcos, con calles en las que por un bache de 30 centímetros terminaron quebrando y sustituyendo losas completas. Reparan en tiempo récord y semanas después se vuelven a quebrar. Hay evidencia por todo el primer cuadro de la ciudad, o frente a las oficinas de Bienestar, o a unos metros de palacio municipal, o en el crucero cercano a la delegación de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción. El área comercial del centro de Coatzacoalcos es otro caos que asemeja a una zona de guerra, el cierre de avenidas sin planeación, convirtiendo aquello en un estacionamiento monumental. Son los últimos contratos del cuatrienio. Sabrá si alcancen a liquidarlos o si el próximo alcalde, Amado Cruz Malpica, asumirá funciones con parte de los recursos comprometidos. ¿No hacen exactamente lo mismo que solían criticarle al PRI?… Una selfie le costó a Jonathán Cruz Santos una andanada. Ahora se sabe que dejó su cargo en la Secretaría de Energía, donde recaló gracias a su madrina, Rocío Nahle. Aquella selfie, con Johny Cruz presumiendo su adscripción a la Sener, en el área jurídica, le valió una felpa a Rocío Nahle. Acusado de haber tenido relación íntima con una joven menor de edad de origen hondureña, el hermano de la diputada federal Tania Cruz Santos paró en la cárcel en Coatzacoalcos. Luego llegó el cabildeo, las palancas políticas, la presión a la familia agraviada, el padre de la joven reculando y la liberación. Pero Jonathán Cruz siguió su proceso penal. Se le recuerda también trenzado a golpes el día que iniciaba campaña Amado Cruz Malpica, hoy alcalde electo de Coatzacoalcos. Y al final la selfie en la Sener. El acusado de pederastia en la madriguera de la matriarca. Nahle cortó por lo sano y le mandó a decir el tiempo le dará otra oportunidad. La memoria cuenta…
Foto: Los Políticos