Mónica y Roselia: hasta Morena olió la derrota

* El Clan de la Succión resta votos  * Ni Nahle quiso a Mónica Robles en la fórmula  * Se cae registro de su mamá  * Anaya y el pleito EPN-Salinas  * Mineros insultan al Peje  * Tras la aprehensión del Cubano, ¿sigue El Chileno?  * Por desaparición forzada, detienen a policías  * Basurero de los Quintanilla no va  * Con denuncias encima, vuelve Marcelo

Tan corrosiva Mónica como Roselia, su madre, que Morena las midió y decidió desecharlas para contender por la senaduría de Veracruz y por una diputación federal, la de Coatzacoalcos, olfateando que si algo olía mal era por el tufo a la derrota que se veía venir.

De soberbia impresionante, Mónica Robles de Hillman no hace click con nadie, ni entre el priismo que nunca la aceptó —aunque ella sí lo ordeñó—, ni con la izquierda que le sirviera para etiquetarse como seguidora de Andrés Manuel López Obrador.

Su madre, Roselia Barajas de Robles Martínez, pasó por el PRD como ave solitaria, cactus en el desierto, témpano en un glaciar, sola y su alma cosechando una diputación de regalo que no se ganó en las urnas, usurpando una plurinominal, sin grupo y sin tribu desde los cuales adoctrinar, formar estructuras, mover masas, allegarle votos al sol azteca.

Y hoy en Morena desdeña la democracia interna, anula comités que no le son afines, margina aspirantes que no se le cuadran, extingue procesos de elección con el embuste de condiciones de inseguridad o por faltar al procedimiento para finalmente consumar la imposición.

Nada suman las matriarcas del Clan de la Succión, las que pregonan su izquierdismo light y viven en la opulencia y entre millones que les vienen del negocio de la publicidad, vía contratos de sus medios de comunicación con gobiernos del PRI.

Del seno de la familia Robles surgió el proyecto de convertir a Mónica Robles de Hillman en suplente de Rocío Nahle García, su pieza en el mando pejista, actual coordinadora del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, en la candidatura al Senado por Veracruz.

Lo deslizaron sus corifeos en la plaza, sabiendo que desde que saltó del barco duartista, en el que llegó al Congreso estatal, bajo las siglas del PRI-Partido Verde, su única opción era treparse en la nave del Movimiento de Regeneración Nacional, el partido de López Obrador, así fuera a contrapelo de una militancia que la repudia por su vinculación con los clanes priistas de los que se sirvió para hacer fortuna y acumular poder.

Mónica Robles tiene todo, menos la magia para borrar la verdad. Así como su padre fue ariete gutierrezbarrista y dantista, ella comenzó a succionarle al poder en los tiempos alemanistas. Y ya con Fidel Herrera enfilado al gobierno de Veracruz, cachó la alcaldía de Coatzacoalcos para su esposo, Iván Hillman Chapoy, de funestos resultados y escandaloso enriquecimiento una vez que secó la tesorería sin dejar una sola obra decente en su gestión municipal.

Fue, pues fidelista. Y con Javier Duarte ya no fue la consorte de Iván sino la diputada local que no ganó por cosechar votos sino por tener a su lado al marcelismo que impulsaba a Joaquín Caballero Rosiñol a la presidencia municipal de Coatzacoalcos.

De la mano del ex gobernador que vació las arcas y se robó las participaciones federales, el que pactó con los cárteles y convirtió a la policía estatal en escuadrones de la muerte, torturando y asesinando, desapareciendo cadáveres, llegó a los círculos de poder.

Su paso por el Congreso de Veracruz fue más rollo que acción. Sus proyectos a favor de la mujer, se aprobaban en el papel y se olvidaban en los hechos. Fue una tomadura de pelo que sólo Mónica Robles se creyó.

Sus negativos le afloran en el cenit de Morena en Coatzacoalcos, cuando alcanzan la presidencia municipal y comienza el desgaste por convertirse en gobierno, por los desatinos del alcalde Víctor Manuel Carranza Rosaldo, que en dos meses acumula yerros y torpezas, un pleito fenomenal con los empleados del ayuntamiento, a quienes acusa de “aviadores”, de cobrar sueldos estratosféricos, recortando salarios en forma unilateral; atrapado en el tema de la recolección de basura y el negocio armado para el Clan Quintanilla, uno de ellos, Arturo, compadre de la diputada Rocío Nahle, dueños del predio en Chinameca y con todo para instalar una planta procesadora, rentando camiones de volteo y adquiriendo unidades recolectoras sin pasar por el cabildo ni ser sometida a licitación.

Si Mónica Robles es políticamente acre, su madre, Roselia Barajas ni se ve. Son más de 30 años pregonando que su filiación es de izquierda, amiga de Heberto Castillo, de Camilo Valenzuela, el ex guerrillero, de Cuauhtémoc Cárdenas, del Peje López Obrador. Y en 30 años es innegable su incapacidad para formar cuadros, para llevar el mensaje de la salvación pejista, para aterrizar con el cuento de la redención de la mafia del poder, ya exorcizada y purificada por el dueño de Morena.

Repudiada por morenistas y no morenistas, por los que fueron fundadores del pejepartido y los que llegaron después, Roselia Barajas protagonizó una maniobra legaloide para arrebatar la candidatura a diputada federal.

Primero se fraguó la anulación de la asamblea distrital, que de hecho carece de validez en todo Veracruz puesto que sólo con los comités municipales podían conformarse tales asambleas. Pero los comités fueron extinguidos para dar pie a los centralazos orquestados por el grupo afín a López Obrador.

Un dictamen emitido por acuerdo del Comité Ejecutivo Nacional y la Comisión Nacional de Elecciones, el 1 de febrero, determinó que en el distrito de Coatzacoalcos y otros cinco de Tamaulipas, se anulara la asamblea para “elegir” al candidato a diputado federal. El argumento es de risa:

“Lo anterior, a fin de evitar poner en riesgo la seguridad e integridad física de los compañeros y compañeras comisionadas/os por los órganos nacionales y de la propia militancia de MORENA”.

Un día después, el 2 de febrero, Roselia Barajas fue impuesta. Y el razonamiento de la Comisión de Elecciones irritaron a las bases de Morena:

“Es fundamental señalar que la calificación del perfil de los aspirantes a ocupar una candidatura a un cargo de elección popular obedece a una valoración política del perfil de cada aspirante a fin de seleccionar a los candidatos que resulten idóneos para llevar a cabo y cumplir con la estrategia política y territorial de MORENA en el Distrito de que se trate”.

Descartada para ser suplente de Rocío Nahle en la Senaduría, Mónica Robles quedó al margen. Ese espacio lo cubre la profesora Gloria Sánchez, la de las célebres derrotas, la última a manos de Manuel Huerta Ladrón de Guevara en la disputa por la dirigencia de Morena en Veracruz, en un pleito aún sin resolver por la supuesta clonación de dos boletas que decidieron la presidencia del partido.

Roselia no va. Y mejor para Morena por el repudio que en las redes se expresa hacia el Clan de la Succión. La sustituye Tania Cruz Santos, ex candidata del Movimiento Ciudadano a la diputación federal en 2012, de escasa presencia política, tildada de “Tania Caballero” por su nivel de interlocución con el ex alcalde priista Joaquín Caballero Rosiñol.

Mónica Robles y Roselia Barajas quedan a la espera de incorporarse al proyecto pejista por la vía plurinominal, sin realizar campaña, o trepando al gobierno del Peje de ganar la elección presidencial.

Ligadas a Fernando Gutiérrez Barrios, a Dante Delgado, a Miguel Alemán, a Fidel Herrera, a Javier Duarte, su sello es el sistema político que el Dios Peje dice combatir.

Acumularon fortuna vía contratos millonarios de publicidad, otorgando el aplauso o callando la verdad, los desvíos de recursos, la quiebra de Veracruz, los grandes crímenes del priismo en el poder. Y se ganaron el repudio social.

Nada le suman a Morena. Sólo le restan intención de voto.

Y cuando Morena olfateó, supo que lo que olía mal era el tufo a la derrota que se veía venir.

Y las bateó.

Archivo muerto

Pleito de élites, tras el conflicto de Peña Nieto y Ricardo Anaya. Pleito entre Peña Nieto y Carlos Salinas de Gortari, que viene de la investigación del SAT a Emiliano Salinas Occelli, hijo del expresidente de México, por blanqueo de dinero en paraísos fiscales. Lo plantea Salvador García Soto en su columna Serpientes y Escaleras, en El Universal. Enrique Peña Nieto y su staff habrían intentado así parar a Salinas en su proyecto de impulsar a Claudia Ruiz Massieu a la candidatura presidencial, y que derivó en el cese de la sobrina favorita en la Cancillería Mexicana; los reclamos de CSG en Los Pinos, presente el vilipendiado secretario de Relaciones Exteriores y frustrado delfín de la sucesión, Luis Videgaray; y ahora el truene con Ricardo Anaya, candidato de Por México al Frente, enderezándole la denuncia por lavado de dinero que está por venir. Y todo porque el brazo que llevó al primer plano a Anaya es el de Salinas. Y por eso pasó de ser el opositor consentido del peñanietismo al gran traidor que no habrá de llegar. Odio en las alturas, que no es circo, como lo categoriza Andrés Manuel López Obrador, pero sí pleito de mafias. Y mientras el escándalo sigue y Anaya se ve frenado en su avance en la intención de voto, los otros dos candidatos tácitamente ya definieron dónde quedarán: José Antonio Meade, refundido en su tercer lugar, so riesgo de que Margarita Zavala y El Bronco Rodríguez lo rebasen, y Andrés Manuel López Obrador, pese a sus habituales errores, se proyecte ya como el ganador de la elección presidencial del 1 de julio. Sólo un milagro salvaría a Ricardo Anaya… Muy procaces, los mineros le tiran lumbre a Su Santidad Andrés Manuel. De loco no lo bajan y le prometen un voto de castigo en la elección presidencial. De los adeptos del cacique sindical, Napoleón Gómez Urrutia, le llegan las loas al dueño de Morena, pero otra ala del sindicato minero lo repudia por inscribir al Na-pillo en la lista de los candidatos al Senado por la vía plurinominal, pese a que el tipo es un tirano, enriquecido por los arreglos con las empresas nacionales y extranjeras, él viviendo como rey y su gremio muriendo por falta de condiciones de seguridad, destruidos sus pulmones o en explosiones como la de Pasta de Conchos. En Fresnillo, Zacatecas, fue el mitin donde a López Obrador se le trató de “culero”, de loco, o el “no te apendejes, ni un voto para El Peje”, o las bambalinas con la leyenda “Mesías de los corruptos”.  Obvio, la yihad chaira salió a increpar con lenguaje igual de florido, la mentada y la corrientez, y el sonsonete de que la protesta la patrocina y auspicia la mafia del poder, el PRI-AN. Como si el Dios peje necesitara del Na-pillo para ganar. Aquí el link del video: https://www.youtube.com/watch?v=EHLbvSC0gVU… Auténtico capo, José Giraldo García Carmenate, alias “El Cubano”, traficaba droga y gozaba de impunidad. Ya está a la sombra. Detenido el 27 de febrero, en Cancún —como aquí se apuntó un día después—, fue trasladado a las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, como le ocurrió a otro de sus colegas, el Comandante H, alias Hernán Martínez Zavaleta, confinado hoy en el penal federal de Villa Aldama por trasiego, extorsión, robo de combustible y asesinato. Por años operó “El Cubano” en el bar Las Tortugas, de Las Palmitas, frente al Club Campestre de Coatzacoalcos. Cita una ficha de la Secretaría de Seguridad Pública de Veracruz, que tenía el nivel de mando del Julio Briones, alias “El Caballero”, y tras su ejecución pasó a compartir el mando con El H y El Conchas. Aprehendido en Cancún, Quintana Roo, justo luego de la explosión en un ferry que atracaba en Playa del Carmen luego de cubrir el trayecto desde la isla de Cozumel, García Carmenate es técnicamente hombre muerto. Lo que sabe es clave para terminar de extinguir esa célula zeta que por años operó en el sur de Veracruz, Tabasco y la Península de Yucatán. Unos muertos, otros en la cárcel, sólo ven llegar a los cárteles rivales, las traiciones de los suyos, la ejecución de halcones, estacas, capos menores. De Pablo Herrera no se ha vuelto a saber. Es el Famoso Mamito. Del Pana tampoco. Se estrecha el círculo en torno al “Chileno” y al “Tito”, según fuentes policíacas… Por desaparición forzada, un delegado del Mando Único Policial y siete elementos, adscritos a la  están vinculados a proceso. Habrían detenido a un joven, Juan Arturo Méndez Alcántara, en el fraccionamiento Nuevo Córdoba, el 21 de febrero. Su madre denunció el levantón y días después su cuerpo, con visibles huellas de tortura, fue hallado sin vida en el río Blanco, cerca de Orizaba. Con Javier Duarte y su secretario de Seguridad Pública de Veracruz, hubo complicidad y hasta una política de exterminio, usando a los cuerpos de élite de la Policía Estatal como escuadrones de la muerte, y si había bronca el falso general “les hacía el paro”. Al delegado Patricio Lagunes y los siete elementos involucrados se les detuvo y se abrió la carpeta de investigación 6328/2018. Menudo lío en que sometieron… No frío sino muerto, el basurero del Clan de la Succión, el de los Robles con los Nahle y los Quintanilla. Se murió el proyecto cuando se agitó Chinameca, negándose el alcalde Antonio Carmona Trolle a dar su aval y los ejidatarios que reclaman parte del predio y que sus tierras sean el tiradero de desechos de Coatzacoalcos y la región. Sin el respaldo del presidente municipal y los líos judiciales de los hermanos Quintanilla —Jaime, tripulador de la ex diputada duartista Mónica Robles de Hillman; Arturo, compadre de la diputada morenista, Rocío Nahle de Peñita, y Enrique, líder de los macheteros—, incluida la denuncia por robo de materiales en el predio Chacalapa, propiedad de Donaciano Baeza Gutiérrez, el proyecto ya no va. No pasa en el gobierno de Veracruz, así la Secretaría de Medio Ambiente le haya dado su aval, basándose en los permisos obtenidos por los piratas de la basura. Hay ya una investigación en curso para determinar el origen y, sobre todo, la autenticidad de los documentos que sirvieron para lograr que el proyecto del grupo Quintanilla avanzara. Se presume una “clonación”. Un funcionario de altísimo nivel expresó categórico: “Ese basurero no se hará”… De la delegación de Sedesol federal en Veracruz, Marcelo Montiel salió entre gritos y chiflidos, acusado de malversar recursos, de servirse de los programas sociales. Y su sucesora, Anilú Ingram, con otro más, lo denunció. Hoy está a un paso de regresar, enfilado a otra delegación federal, presuntamente el Centro SCT, donde el correr de millones, las obras carreteras, la inversión en tiempos electorales, es el instrumentos de los mapaches del PRI. A operar regresa Marcelo Montiel, tratando de enderezar la nave priista y la desfondada campaña de Pepe Yunes y José Antonio Meade en Veracruz. Se ve que en el PRI no miden la realidad…

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Foto: Chapuz

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