Protestas en Veracruz por periodista asesinados

Los otros periodistas ejecutados

Regina Martínez fue el parteaguas de la crisis, el detonante, metástasis del cáncer duartista. Su muerte puso los ojos de todos sobre Veracruz, evidente el peligro, el riesgo, el clima de hostigamiento hacia la prensa crítica, ruin el ambiente, el desprecio de un tipo que por accidente político, por el capricho de Fidel Herrera, llegó a ser gobernador.
Regina murió en su hogar, la tarde del 28 de abril de 2012. La hallaron sin vida, sobre su piel las huellas del odio, estrangulada, agraviada, silenciada por lo que sabía, por la información que atesoraba y por lo que llegó a escribir.

Marcelo Montiel, Mónica Robles

Marcelo Montiel: videos que incriminan

“Cruzada por el fraude”, les dicen con sorna. Vulgarizan así la “Cruzada contra el Hambre” del maltrecho gobierno peñista, que usa por segunda vez en Veracruz desde que el PRI regresó a Los Pinos los programas sociales para ganar elecciones, que dispone de cientos, casi mil millones de pesos, porque de otra forma no sabría cómo permanecer en el poder.
“Cruzada por el fraude” replica en las redes sociales, suyo el escarnio de los internautas, e impacta en el gobierno federal, tocada la Secretaría de Desarrollo Social, su titular Rosario Robles Berlanga, y el delegado estatal, Marcelo Montiel Montiel, al que le escarban y, como siempre, le encuentran pecados en su paso por las instituciones.

fidel-hijo-marcelo-montiel

Sedesol y Marcelo Montiel: ¿para quién son los 500 millones?

En 2012, Marcelo Montiel tenía tres razones para pervertir, usar y lucrar con los programas sociales federales: su candidato era Joaquín Caballero Rosiñol, recuperar la alcaldía de Coatzacoalcos y detentar mil millones de presupuesto anual. Ahora no. Ahora es por el PRI. Y por el hijo de Fidel Herrera Beltrán.
Lo acusa el senador Alejandro Encinas Rodríguez de malversar 500 millones de pesos, manipular los programas de la Secretaría de Desarrollo Social federal y sacar ventaja electoral para los candidatos del PRI. O sea, la reedición de los “Ladrones de Elecciones”.