Maruchi Bravo: las amenazas y el espionaje

¿Quién se deja hackear? Tácitamente nadie. Maruchi Bravo Pagola sí. Sus teléfonos están intervenidos. Sus cuentas en internet también. Monitorean las cuentas apócrifas en las redes sociales, las que llevan su nombre pero con las que no tiene que ver. Está, pues, en manos de Gobernación.
“Soy considerada —puntualiza— por parte de la Segob como persona que se encuentra en alto riesgo”.

Karime Macías: pensión miserable y no paga

Vivía Karime días de ensueño, los negocios del poder, la casa de Maricopa, Miami a sus pies, Europa como si fuera día de campo, el DIF usado como plataforma de vanidad personal. Sólo un pendiente la perturba: la pensión a los adultos mayores, miserable la ayuda, regateada o escamoteada.
Ya no es la Karime Macías de los primeros días, cuando la tenebra de Fidel Herrera, imaginando que tendría el títere a modo para consolidar el fidelato, llevó a la familia feliz, Javier Duarte al frente, a comerse a Veracruz en un ejercicio de gula política.

Javier Duarte: ejecuciones en cascada

A la deriva, Veracruz se proyecta en la una espiral de violencia, los muertos a diario, la tortura, las ejecuciones, los cuerpos desmembrados y los que aparecen embolsados. Es el Veracruz de Javier Duarte, el del fracaso en seguridad.
Cada día, teléfono en mano, Javier Duarte escucha el mismo reporte. Le cuentan las cifras, los números, a detalle la violencia, la ola roja, de rojo sangre, que avasalla su gobierno, su estrategia de seguridad, el sueño de la Prosperidad.

Veracruz: oleada de muerte

Son 11. Mueren en el campo, en la ciudad, cerca de Veracruz, en Yanga, en la zona cercana a Xalapa, mutilados y decapitados, con las huellas de una violencia que parece interminable, sello del desgobierno de Javier Duarte, devorado por el crimen organizado.
Fin de semana brutal, Veracruz volvió a ser la arena de los odios y del desprecio a la vida, la vida arrancada con saña y el espectáculo de la sangre que ha marcado a un gobierno, a un gobernador, a un sistema cuya insensibilidad al tema de la seguridad terminó por robar la tranquilidad a los veracruzanos.

Carlos Slim: el túnel de nunca acabar

No siempre compra Carlos Slim gato por liebre. En Veracruz sí. Aquí adquirió la concesión del túnel sumergido bajo el río Coatzacoalcos, que no es una obra magna ni el negocio ideal. Es, eso sí, conflictos por doquier, corrupción y demagogia, deudas y denuncias, y un desfalco de 2 mil millones de pesos.
Carso, su emporio, encabeza ahora el rescate de la fallida obra del gobierno de Veracruz, mina de oro de Fidel Herrera Beltrán, el ex gobernador que le diera vida, que inflara sus costos, que modificara el título de concesión y en cuyo reinado se fuera tejiendo un descomunal fraude con cargo, por supuesto y como siempre, al erario público.

Víctor Rodríguez y la dama bronca

En medio de dos varones, la mujer de negro, la consejera de mente lúcida, la audacia sin freno que conjuga el instinto, la intuición y desde luego la ambición. La toma de la cintura Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, y sonríe, complacido, Víctor Rodríguez, El Chochol.

Felicia Parra no es un accidente en la vida de Víctor Rodríguez Gallegos; es un milagro. Con ella crece, se agiganta, supera a los hijos del marcelismo, se encumbra en lides estatales a los que nadie, sólo su mentor, Marcelo Montiel Montiel, ha podido acceder.

Javier Duarte: otro apretón

¿Qué sabía Pepe Yunes? Habló y denunció. Diagnosticó el desastre financiero, la bancarrota de Veracruz, el colapso, el endeudamiento sin mesura, el desvío de recursos, la complicidad y la necesidad de que “se castigue realmente al primer funcionario por corrupción”. Y días después, Javier Duarte reventó.

Algo sabía el senador pues su lectura era el preámbulo del escándalo que no suelta al gobernador, a la vista el uso de los dineros públicos federales en tareas, obras y acciones para los que no fueron etiquetados, y la simulación perversa, reintegrando los millones y volviéndolos a tomar, al margen de la ley.

Joaquín Caballero y Theurel: trapitos al sol

* Deuda, aviadores, violaciones a la ley * Acusa Marcos delitos que él mismo cometió * Caín y Abel, versión Coatza * Show en Minatitlán: el Congreso sesiona * Diputados bufones * Cena para periodistas y no periodistas * PT denuncia a Héctor Yunes y Buganza * Mil 400 petroleros jubilados Son Caín y Abel. Lo que no se sabe es quién es Caín y quién Abel, quién es grato a su creador y a quién lo domina el odio y el rencor. Riñen Marco César Theurel Cotero y Joaquín Caballero Rosiñol por los dineros de Coatzacoalcos, por la deuda, …

Con Flavino Ríos asoma el alemanismo

Oaxaqueño, falsamente veracruzano, Flavino Ríos Alvarado gusta del truco y del documento falso, de un acta de nacimiento a modo, del veto y la inquina de Javier Duarte y del cinismo con que ha terminado por amar a sus verdugos. Sea todo para abrirle paso, una vez más, al alemanismo.
Vuelve Flavino a la Secretaría de Gobierno. Llega a operar la sucesión, sin rumbo la maquinaria de poder, rebasado el gobernador por las corrientes priístas que maniobran y avanzan, que acuden a sus referentes nacionales porque él carece de peso político, en un Veracruz hecho trizas por la deuda descomunal, la quiebra financiera, la violencia sin fin y el rezago social.

Héctor Yunes: el falso demócrata

De rodillas ante Javier Duarte, echador ayer, servil hoy, Héctor Yunes Landa ya olvidó que el gobernador de Veracruz es insensato, caprichoso, que impuso un gobierno de dos años para “enmascarar la reelección de una facción” política, sectario, autoritario y factor de desunión entre los priístas.

Lo tildaba así en el clímax de sus frecuentes iras, del odio que lo domina, la vesania y el rencor, en los días de la sucesión adelantada, herido el senador porque Javier Duarte, el inexperto títere de Fidel Herrera, le había roto el sueño y frustrado la ambición de gobernar Veracruz por seis años.