Luis Ángel Bravo, Columba Campillo, Ileana Trolle

Columba Campillo e Ileana Mortera: las truculencias del fiscal

Columba Campillo despertaba a la vida. Un día se fue. Sufrió un secuestro, laceraron su cuerpo, le inyectaron una sustancia y sofocaron su respiración. Dejó de existir, agraviada por el odio, atrapada en la violencia, víctima de una mente criminal y de la impunidad que atiza el delito.
Corría por el malecón de Veracruz, la mañana del miércoles 6. De ahí no se volvería a saber. Se alertó su familia. Movió a amigos. Generó un reacción social, una vez que trascendiera su plagio, se conociera su identidad, se advirtiera que sí, que a sus 16 años, apenas despertaba a la vida.

Javier Duarte y Fernando Yunes

Javier Duarte: la pandilla y la cárcel

Algo pasó. En seis meses la PGR fue omisa, calló, no actuó. Dormía la denuncia que la Auditoría Superior de la Federación interpuso para actuar contra la pandilla de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte, acusados de malversar por lo menos 2 mil 100 millones del erario federal. Y de pronto, el Congreso de la Unión apretó.
Día negro para la fidelidad y su extensión política, el duartismo. Sube a tribuna en la Comisión Permanente, el miércoles 6, el senador panista Fernando Yunes Márquez. Propone el punto de acuerdo con el que se exhorta a la Procuraduría General de la República a actuar. Y todos le dicen que sí.

Ola de sangre en Veracruz

Veracruz: otro baño de sangre

Por la mente de Javier Duarte no pasa nada. Todo está en blanco. Veracruz, en cambio, se tiñe de rojo por la sangre que brota en cada rincón, los ejecutados por la delincuencia, los cuerpos cercenados que aparecen aquí y allá, el miedo que se transpira, el terror en su más brutal expresión.
Dice el gobernador que no pasa nada. Veracruz es un paraíso. Y sí. No pasa nada cuando se vive rodeado de escoltas, a costo millonario para el erario, a su alcance helicópteros, aviones y vehículos blindados, la burbuja del poder.

Armando Saldaña

Armando Saldaña: 12 periodistas veracruzanos asesinados

Le guste al duartismo o no, lo desvirtúe o lo tenga que asumir, Armando Saldaña Morales representa hoy más que un nombre: es el doceavo periodista asesinado en los días del reinado de Javier Duarte en Veracruz.
Su muerte ocurre a tres años de la partida de Regina Martínez Pérez, ultimada el 28 de abril, y de Gabriel Huge, Guillermo Luna Varela y Esteban Rodríguez, victimados brutalmente, el 3 de mayo siguiente. Todos de 2012.

Protestas en Veracruz por periodista asesinados

Los otros periodistas ejecutados

Regina Martínez fue el parteaguas de la crisis, el detonante, metástasis del cáncer duartista. Su muerte puso los ojos de todos sobre Veracruz, evidente el peligro, el riesgo, el clima de hostigamiento hacia la prensa crítica, ruin el ambiente, el desprecio de un tipo que por accidente político, por el capricho de Fidel Herrera, llegó a ser gobernador.
Regina murió en su hogar, la tarde del 28 de abril de 2012. La hallaron sin vida, sobre su piel las huellas del odio, estrangulada, agraviada, silenciada por lo que sabía, por la información que atesoraba y por lo que llegó a escribir.

Marcelo Montiel, Mónica Robles

Marcelo Montiel: videos que incriminan

“Cruzada por el fraude”, les dicen con sorna. Vulgarizan así la “Cruzada contra el Hambre” del maltrecho gobierno peñista, que usa por segunda vez en Veracruz desde que el PRI regresó a Los Pinos los programas sociales para ganar elecciones, que dispone de cientos, casi mil millones de pesos, porque de otra forma no sabría cómo permanecer en el poder.
“Cruzada por el fraude” replica en las redes sociales, suyo el escarnio de los internautas, e impacta en el gobierno federal, tocada la Secretaría de Desarrollo Social, su titular Rosario Robles Berlanga, y el delegado estatal, Marcelo Montiel Montiel, al que le escarban y, como siempre, le encuentran pecados en su paso por las instituciones.

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Sedesol y Marcelo Montiel: ¿para quién son los 500 millones?

En 2012, Marcelo Montiel tenía tres razones para pervertir, usar y lucrar con los programas sociales federales: su candidato era Joaquín Caballero Rosiñol, recuperar la alcaldía de Coatzacoalcos y detentar mil millones de presupuesto anual. Ahora no. Ahora es por el PRI. Y por el hijo de Fidel Herrera Beltrán.
Lo acusa el senador Alejandro Encinas Rodríguez de malversar 500 millones de pesos, manipular los programas de la Secretaría de Desarrollo Social federal y sacar ventaja electoral para los candidatos del PRI. O sea, la reedición de los “Ladrones de Elecciones”.

Marcelo Montiel

Marcelo Montiel: el mapache y el Congreso

No ha sido diputado federal, pero Marcelo Montiel ya es la estrella del Congreso. Ahí le llueve lodo. Le reviven denuncias del pasado, lo acusan de abuso de autoridad y le condenan el lucro electoral con los programas sociales. Y fuera de la Cámara, lo instan a irse de Sedesol.
“Sedesol Mapaches del PRI”, decían las cartulinas con que los diputados del Partido de la Revolución Democrática elevaban su protesta —martes 28—, tras revelar el senador Alejandro Encinas Rodríguez, que el ex alcalde de Coatzacoalcos opera una red que desvía recursos y manipula los programas sociales para la compra de votos.

Marcelo Montiel Montiel - Sedesol

Marcelo Montiel, entre Sedesol y el fraude electoral

Rara vez se altera. Rara vez reacciona. Y no es que Marcelo Montiel sea de piedra. Es su piel gruesa y el cinismo que lo distingue. No lo punza la crítica ni lo sacude la controversia; elude el ataque, es insensible a la denuncia. Nada lo inquieta, excepto cuando se trata de la verdad.
Acusado de malversar recursos públicos, de lucrar con los programas sociales, de ser parte de los “ladrones de elecciones”, ha tenido que salir el delegado de la Sedesol federal en Veracruz a enfrentar el escándalo y a mitigar el caos.

Debate entre candidatos en Coatzacoalcos. Elecciones 2015

Debate en Coatzacoalcos: nada para nadie

Planos y chatos, contestatarios y retadores, nueve candidatos hablan del paraíso y del México real, del cielo y el infierno, de la transparencia y la corrupción, de la magia con que dicen pueden transformar y de la promesa para enfrentar a un sistema político que devora a quienes se estacionan en la ilusión.
Debatieron sin cuestionar proyectos. Arañaron sin provocar dolor. Cada uno ofertaba su propuesta, limitada por el tiempo, apenas en unos trazos, rasgos de imaginación para decir qué harían de llegar a la Cámara de Diputados, pero sin revelar cómo podrían vencer las inercias del poder.