* Caso Capoacán: la denuncia y la maniobra * Minatitlán: usa la ley para limpiar el camino a la alcaldía * Denuncia Duarte a Yunes por enriquecimiento * Alí Babá y los 40 ladrones en la Fiscalía * “La verdad os hará presos”, responde Yunes azul * CEAPP debe desaparecer * Su misión no fue proteger periodistas * El fumigador de Peri
Dispara Saúl Wade y se da en un pie. Manipula L’enfant terrible —el chico malo— la denuncia por el puente Capoacán, la transa millonaria de Lu-pilla Porras, una bomba que amenaza estallar en el seno del sindicato petrolero, en el feudo de su padre, Jorge Wade, en el nido de corrupción que es la Sección 10.
Ahí se fraguó la omisión y el silencio que hoy va camino a los tribunales, la complicidad con Guadalupe Porras David en sus días en la alcaldía de Minatitlán y en el trienio que le sucedió, para mantener intocada a la operadora del fidelismo en el sur. Un acuerdo de impunidad entre Fidel Herrera y el viejo Wade que hoy explota.
Intocable, también, Noé Hernández, síndico municipal cuya mano no suscribió decenas de cheques, no avaló cuentas públicas, no aprobó estados financieros de los que sólo tenían conocimiento Lu-pilla Porras, su tesorera y el equipo financiero. No lo hizo Noé pero tampoco impidió el robo a las arcas públicas.
Nada hizo el síndico pese a tener el pulso del saqueo y la corrupción, la simulación financiera que permitía a la alcaldesa disponer de los haberes del erario y darle destino incierto, presumiblemente a sus cuentas y las de su padrino político, Fidel, no Flavino Ríos.
Noé Hernández, petrolero, detestado por muchos, al que ni en casa quieren, potencial candidato a la alcaldía de Minatitlán hoy, tiene un problema legal mayor. De proceder la denuncia del Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz, reventará en el seno del poder de la Sección 10.
Otro petrolero está en la mira del tesorero Saúl Wade León, alcalde real, hijo de la reina de los casinos, Reyna León Cheluja, y del vetusto cacique sindical, Jorge Wade: Leopoldo Torres Hernández, alcalde que sucediera en el cargo a Lu-pilla Porras David.
Su caso es sui generis. Tuvo todo para denunciar a Lu-pilla Porras, lo pensó, fue orillado a recular y hoy el denunciado es él.
Vio Leopoldo Torres que la inversión de 46 millones de pesos —30 de Banobras, 18 de Pemex— se esfumó y que del puente sólo colocaron los pilotes, y decidió no sumarse al atraco. Pero no hizo más.
Sabía que lo construido era un embuste. La construcción del puente Capoacán era inviable de origen, un gasto inútil, un robo sin pudor, y no le invirtió ni un peso más, su decisión avalada por Jorge Wade. Si Guadalupe Porras pretendiera regresar o imponer a su descendencia en la alcaldía, el caso podría revivir.
Hoy Leopoldo Torres, los ex síndicos Noé Hernández y Nicolás Ruiz Rosset, la misma Lu-pilla Porras, enfrentan una denuncia por daño patrimonial, interpuesta por el ORFIS.
Y el que atiza el fuego en la prensa y en los tribunales es Saúl Wade, L’enfant terrible, con ínfulas de jefe de la plaza política, con derecho a vetar e imponer candidatos, como si la calidad moral fuera algo suyo, como si no transgrediera la ley, como si no lucrara con el erario, como si no engañara a la Auditoría Superior de la Federación, como si su imagen tuviera algo pulcro.
Consigna la denuncia que la corrupción en Minatitlán es mayúscula. Dispuso Lu-pilla Porras del erario cuando ya estaba a punto de irse, de un crédito de Banobras por 30 millones de pesos y otros 18 millones de recursos aportados por Petróleos Mexicanos que serían aplicados en la construcción del puente, que uniría Minatitlán con la isla de Capoacán.
De los 48 millones de pesos no quedó prácticamente nada. Pagó Lu-pilla 46 millones 667 mil pesos a la empresa Secort, compañía que a trasmano pertenece a su yerno, Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”—, entonces secretario de Comunicaciones del gobierno fidelista y más tarde alcalde de Coatzacoalcos. Secort aparece registrada a nombre de Sergio Cortés, secretario particular de Theurel.
Consta el caso en la carpeta de investigación número 55/2013, en contra de la ex presidenta municipal de Minatitlán, Guadalupe Porras David, por el daño causado, y contra el ex alcalde Leopoldo Torres y los ex síndicos Noé Hernández y Nicolás Ruiz Rosset.
Lleva el caso Juliana del Moral Amador, fiscal cuarta adscrita a la Fiscalía de Investigaciones Criminales. Se ventila el uso ilegal de los recursos asignados al contrato CO-PUENTE/CAPOACAN-001/10 para la construcción del puente Capoacán con longitud de 600 metros lineales en el municipio de Minatitlán.
Parte la investigación de la denuncia interpuesta por el director de Asuntos Jurídicos y representante del ORFIS, Oscar Ocampo Acosta. Implica el caso a Lu-pilla Porras por el uso de los recursos, pagar 46 millones en sus últimos días en la alcaldía a la empresa de su yerno, Marcos Theurel, justificando apenas Secort un avance de obra del 5 por ciento por 2 millones 89 mil pesos.
Les resultaría responsabilidad a Noé Hernández, Leopoldo Torres y Nicolás Ruiz por omisión de un deber legal, aunque éste sí reunió evidencia, documentó el fraude, obtuvo dictámenes periciales y valoraciones técnicas para proceder, pero encontró resistencia del alcalde y su negativa a proceder por la vía jurídica.
Lucra Saúl Wade con el cochinero del caso Capoacán. Le da vuelo a la denuncia, la aterriza en los medios de comunicación cuando en dos años y medio soslayó el fraude. Ni el alcalde de hojalata, Damián Cheng Barragán, ni él, el alcalde real, movieron un dedo para traer a cuentas a Lu-pilla Porras. Ahí también hubo omisión del deber legal.
Hay acción legal a toro pasado. Se da luego que el ORFIS, el mismo que había exonerado a Guadalupe Porras en las cuentas públicas, en los más de 500 millones de pesos manejados ilegalmente, en el caso Capoacán, regresa, procede y denuncia.
Es un hervidero la alcaldía. Flavino Ríos maniobra y mete la mano. Le pega a Lu-pilla Porras, su ex pupila, la que apenas pudo le mordió la mano, y a los petroleros, a los Wade, a Noé Hernández, potencial candidato a la presidencia municipal, en 2017, a Leopoldo Torres por la responsabilidad que le resulte. Allanaría así el camino de Ricardo Orozco, candidato priista derrotado en la contienda por la diputación local, el 5 de junio.
Secort —o sea Marcos Theurel— también golpea. Acusa al ayuntamiento de Leopoldo Torres de usar material de construcción abandonado en el puente Capoacán para realizar otras obras. Le refutan en la denuncia: cemento y varillas se los llevó la gente de Minatitlán y Capoacán “ya que no les pagaron renta de los terrenos que ocuparon para la obra, así que no se tomó de parte de ningún funcionario, como lo han insinuado”.
L’enfant terrible arreció la campaña mediática cuando el nombre de Guadalupe Porras David fue incluido en la terna para integrar la Sala Anticorrupción, la coraza de impunidad fraguada por Javier Duarte, y porque Ciro Félix Porras bloqueó al ayuntamiento de Minatitlán, desde el Congreso de Veracruz, en la entrega de recursos federales.
Tipo gris, vilipendiado por todos, Noé Hernández fue laxo con Lu-pilla Porras por un acuerdo de cúpula. No procedió, no exhibió a la alcaldesa a cambio de que ella lo apoyara para ser diputado federal.
No es pobre la cantera de políticos en la Sección 10, es paupérrima. Jorge Wade carece de cartas para jugar la próxima alcaldía. Es Noé Hernández o es Saúl Wade, que sería tanto como una reelección de facto, pues Héctor Cheng no manda. Está a las órdenes del tesorero.
Si el PRI veta a Saúl Wade por el repudio social que se ha ganado, Noé sería el candidato a la alcaldía y L’enfant terrible se mantendría en la tesorería municipal con su títere a modo.
Cunde la omisión en el ayuntamiento de Minatitlán. Hay incumplimiento del deber legal en cada acción. Se apresuran a denunciar el caso Capoacán pero incumplen el acuerdo de la décima sesión de cabildo del 23 de mayo de 2016, en que por enésima ocasión se mandata a su área jurídica a interponer dos denuncias por el tema de los basureros de Coatzacoalcos y Cosoleacaque, que constituyen delito ambiental. Lo acuerdan los ediles pero no se cumple.
Atiza el caso Saúl Wade. Así barre el camino a la alcaldía de Minatitlán. Deja fuera a Guadalupe Porras, a su hijo Ciro y al ex síndico Nicolás Ruiz Rosset. No busca justicia. Quiere allanarse el camino, barrer a sus adversarios. Lo que es sentirse el jefe de plaza.
Certero, el disparo da, sin embargo, en el pie del alcalde real de Minatitlán. Aquel silencio, aquella omisión, se fraguó en la Sección 10, en el seno del sindicato petrolero, por acuerdo de Jorge Wade con Fidel Herrera, protegiendo a Lu-pilla Porras.
Sólo Ruiz Rosset se opuso. Integró el expediente, recabó firmas y cuando debía proceder legalmente, Wade y Leopoldo Torres dieron marcha atrás.
Juega con fuego Saúl Wade. Lo de él es peor. Mintió a la Auditoría Superior de la Federación y al ORFIS con la inversión en obras correspondientes a 2015, en dos rubros de origen federal. Simuló que las obras estaban concluidas y se embolsó 117 millones de pesos, de acuerdo con un documento suscrito por el ex director de Obras Públicas, José Luis Benítez Parga, lo que le costó el cargo. L’enfant es terrible y corrupto.
Mal tirador Saúl Wade. Siempre se dispara en el pie.
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Archivo muerto
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“La verdad os hará presos”, responde en bíblico Yunes azul a Javier Duarte. Denuncia el gobernador saliente a su futuro sucesor por enriquecimiento ilícito, en algo así como la puesta en escena de “El ladrón soy yo pero embarro a los demás”. Qué vodevil del gordobés. Alí Babá y sus 40 ladrones visitaron la Fiscalía General de Veracruz. Javier Duarte, acompañado de la runfla legislativa, diputados federales y locales, Carvallo y Erick Lagos, Mota y Tarek, Spinoso y Kuri, los súbditos del gabinete, Flavino, Pelegrín, Yolanda Gutiérrez, Xóchitl y Harry El Sucio, Deantes y Bermúdez el de las 20 empresas, Garrido y Marcela Aguilera, la rémora Callejas, Chiunti y Tonatiuh. Juntos acumulan más de mil años en sentencias si se les aplica la ley y todavía lo secundan en su treta de pedir justicia. Acusa el desgobernador que él sí tiene pruebas de que Miguel Ángel Yunes Linares se ha enriquecido. Y dice que lo va a demostrar. “La verdad nos hará libres”, recetaba días antes don Javier con ese aire sacramental que hasta San Pablo le tendría envidia… “La verdad os hará presos”, le dice con mofa Yunes Linares. Resume su respuesta a la denuncia penal en su contra por enriquecimiento ilícito, la nueva patraña del gobernador de Veracruz, en tres líneas: “La denuncia que presentó Duarte tiene tanto sustento como su declaración de bienes”, No podrá impedir el cambio ni evadir la acción de la justicia”, y “La verdad os hará presos”… Días contados en la CEAPP. Aplaudidora y cómplice, la Comisión Estatal para la Atención y Protección de los Periodistas sólo sirve al régimen duartista que se extingue. Para eso fue creada. Salvo el comisionado Jorge Morales Vázquez, los demás, periodistas y burócratas, sólo son rémoras del patético Javier Duarte. Matan periodistas, agreden y hostigan a comunicadores, amenazan y siembran pánico los esbirros del gobernador, y no ha habido un sólo pronunciamiento categórico, una condena, un ya basta hacia el duartismo. Para eso están ahí, a costa del erario público, percibiendo un salario inmerecido, convertidos en indignos simuladores que auspician cursos de autoprotección, talleres de redacción, conferencias y más circo, que en nada alivian el ambiente de hostilidad hacia el gremio. Si tuvieran medio gramo de vergüenza, la renuncia sería en masa. Pero es mucho pedir. No conocen la dignidad. Debe extinguirse la CEAPP y dar paso a un organismo autónomo, crítico, que exija garantías de seguridad al gobierno de Veracruz y a la Federación, integrado por periodistas, no por periodistas proclives al poder, serviles a los mecenas. Se requiere una CEAPP con peso moral para generar condiciones de seguridad, que proteja en serio, que acompañe y vigile a la autoridad en la preservación de la integridad de los periodistas. Salvo Jorge Morales, en la CEAPP actual todo está podrido. Benita González y achichincles debieran devolver lo cobrado por sus exiguos resultados… Unos días ahí y la sindicatura ya es un caos. Atiende mal, o no atiende, o carece de estilo, o chorea a la gente. Félix Molina supone que operar la sindicatura del ayuntamiento de Coatzacoalcos es similar a fumigar colonias, su labor en campaña, promoviendo la fallida candidatura de Lu-pilla Félix. Aleja a todos y todos despotrican. De por sí repudiada, Alejandra Theurel —o Peri Buchanan—, ya no sabe qué hacer. Su nueva adquisición resultó un fiasco…
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Foto: Insurgente de Mina